Introducción a las lecciones 181-200
1. El
propósito de estas próximas lecciones es intensificar tu buena voluntad a fin de
fortalecer tu débil compromiso y de fundir todos tus variados objetivos en un
solo empeño. 2No se te
pide que tu dedicación sea total todo el tiempo. 3Pero sí que practiques ahora a fin de llegar a
alcanzar la sensación de paz que, aunque sólo sea de manera intermitente, tal
compromiso unificado brinda. 4Experimentar eso es lo que hará que estés
completamente dispuesto a seguir el camino que este curso
señala.
2. Nuestras
lecciones están ahora orientadas específicamente a ampliar tus horizontes, y a
tratar de manera directa con determinados obstáculos que mantienen tu visión
constreñida y demasiado limitada para dejarte ver el valor de nuestro
objetivo.2Lo que nos proponemos ahora es
trascender esos obstáculos, aunque sólo sea brevemente. 3Las palabras en sí no pueden transmitir la
sensación de liberación que se experimenta una vez que se han eliminado dichos
obstáculos. 4Mas la
experiencia de libertad y de paz que descenderá sobre ti cuando renuncies a tu
férreo control de lo que ves será más que suficiente para convencerte. 5Tu motivación
se intensificará de tal manera que las palabras dejarán de ser relevantes. 6Sabrás con certeza lo que quieres y lo que no
tiene valor.
3. Así
pues, comencemos la jornada que nos llevará más allá de las palabras,
concentrándonos en primer lugar en lo que todavía supone un escollo para tu
progreso. 2La
experiencia de lo que existe más allá de toda actitud defensiva sigue siendo
inalcanzable mientras se siga negando. 3Quizá
esté ahí, pero tú no puedes aceptar su presencia. 4De modo que lo que nos proponemos ahora es ir
más allá de todas las defensas por un breve intervalo cada día. 5No se te pide nada más porque no se necesita
nada más. 6Ello
será suficiente para garantizar que todo lo demás
llegue.
LECCIÓN 181 - 30 de junio
Confío
en mis hermanos, que son
uno conmigo.
1. Confiar
en tus hermanos es esencial para establecer y sustentar tu fe en tu propia
capacidad para trascender tus dudas y tu falta de absoluta convicción en ti
mismo. 2Cuando
atacas a un hermano, proclamas que está limitado por lo que tú has percibido en
él. 3No estás viendo más allá de sus errores. 4Por el contrario, éstos se exageran,
convirtiéndose en obstáculos que te impiden tener conciencia del Ser que se
encuentra más allá de tus propios errores, así como de sus aparentes pecados y
de los tuyos.
2. La
percepción tiene un enfoque. 2Eso es
lo que hace que lo que ves sea consistente. 3Cambia
de enfoque, y, lo que contemples, consecuentemente cambiará. 4Ahora se producirá un cambio en tu visión para
apoyar la intención que ha reemplazado a la que antes tenías. 5Deja de concentrarte en los pecados de tu
hermano, y experimentarás la paz que resulta de tener fe en la
impecabilidad. 6El único
apoyo que esta fe recibe procede de lo que ves en otros más allá de sus
pecados. 7Pues sus
errores, si te concentras en ellos, no son sino testigos de tus propios
pecados. 8Y no
podrás sino verlos, lo cual te impedirá ver la impecabilidad que se encuentra
más allá de ellos.
3. En
nuestras prácticas de hoy, por lo tanto, lo primero que vamos a hacer es dejar
que todos esos insignificantes enfoques den paso a la gran necesidad que tenemos
de que nuestra impecabilidad se haga evidente. 2Damos instrucciones a nuestras mentes para que,
por un breve intervalo, eso, y sólo eso, sea lo que busquen. 3No vamos a preocuparnos por objetivos
futuros. 4Lo que
vimos un instante antes no nos preocupará en absoluto dentro de este lapso de
tiempo en el que nuestra práctica consiste en cambiar de intención. 5Buscamos la inocencia y nada más. 6Y la
buscamos sin interesarnos por nada que no sea el
ahora.
4. Uno
de los mayores obstáculos que ha impedido tu éxito ha sido tu dedicación a metas
pasadas y futuras. 2El que
las metas que propugna este curso sean tan extremadamente diferentes de las que
tenías antes ha sido motivo de preocupación para ti. 3Y también te has sentido consternado por el
pensamiento restrictivo y deprimente de que, incluso si tuvieses éxito,
volverías inevitablemente a perder el rumbo.
5. ¿Por
qué habría de ser esto motivo de. preocupación? 2Pues el pasado ya pasó y el futuro es tan solo
algo imaginario. 3Preocupaciones de esta índole no son sino
defensas: para impedir que cambiemos el enfoque de nuestra percepción en el
presente. 4Nada
más. 5Vamos a dejar de lado estas absurdas
limitaciones por un momento. 6No vamos
a recurrir a creencias pasadas, ni a dejar que lo que hayamos de creer en el futuro nos estorbe ahora. 7Damos comienzo a nuestra sesión de práctica con
un solo propósito: ver la impecabilidad que mora dentro de
nosotros.
6. Reconoceremos
que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone
en nuestro camino. 2Y si se
nos ocurre pensar en los pecados de un hermano, nuestro restringido foco nos
nublará la vista y nos hará volver los ojos hacia nuestros propios errores, que
exageraremos y llamaremos "pecados". 3De modo
que, por un breve intervalo, de surgir tales obstáculos, los transcenderemos sin
ocuparnos del pasado o del futuro, dando instrucciones a nuestras mentes para
que cambien de foco, según decimos:
4No es esto lo que
quiero contemplar.
5Confío en mis
hermanos, que son uno conmigo.
7. Y
nos valdremos asimismo de este pensamiento para mantenernos a salvo a lo largo
del día. 2No
estamos interesados en metas a largo plazo. 3Conforme
cada uno de los obstáculos nuble la visión de nuestra impecabilidad, lo único
que nos interesará será poner fin, por un instante, al dolor que, de
concentrarnos en el pecado experimentaríamos, y que, de no corregirlo,
persistiría.
8. No
vamos en pos de fantasías. 2Pues lo
que procuramos contemplar está realmente ahí. 3Y conforme
nuestro foco se extienda más allá del error, veremos un mundo completamente
impecable. 4Y cuando
esto sea lo único que queramos ver y lo único que busquemos en nombre de la
verdadera percepción, los ojos de Cristo se volverán inevitablemente los
nuestros. 5El Amor
que Él siente por nosotros se volverá también el nuestro. 6Esto será lo único que veremos reflejado en el
mundo, así como en nosotros mismos.
9. El
mundo que una vez proclamó nuestros pecados se convierte ahora en la prueba de
que somos incapaces de pecar. 2Y nuestro
amor por todo aquel que contemplemos dará testimonio de que recordamos al santo
Ser que no conoce el pecado, y que jamás podría concebir nada que no compartiese
Su impecabilidad. 3Éste es
el recuerdo que queremos evocar hoy cuando consagramos nuestras mentes a la
práctica. 4No
miramos ni hacia adelante ni hacia atrás. 5Miramos
directamente al presente. 6Y
depositamos nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos. 7Nuestra impecabilidad no es sino la Voluntad
de Dios. 8En este
instante nuestra voluntad dispone lo mismo que la Suya.
LECCIÓN 182 - 1* de julio
Permaneceré muy quedo por un instante e iré a mi
hogar.
1. Este
mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. 2Y en
algún recodo de tu mente sabes que esto es verdad. 3El recuerdo de tu hogar sigue rondándote, como
si hubiera un lugar que te llamase a regresar, si bien no reconoces la voz, ni
lo que ésta te recuerda. 4No
obstante, sigues sintiéndote como un extraño aquí, procedente de algún lugar
desconocido. 5No es
algo tan concreto que puedas decir con certeza que eres un exilado aquí. 6Es más bien un sentimiento persistente, no más
que una leve punzada a veces, que en otras ocasiones apenas recuerdas, algo que
descartas sin ningún miramiento, pero que sin duda ha de volver a rondarte otra
vez.
2. No
hay nadie que no sepa de qué estamos hablando. 2Sin embargo, hay quienes tratan de ahogar su
sufrimiento entreteniéndose en juegos para pasar el tiempo y no sentir su tristeza: 3Otros prefieren negar que están tristes, y no
reconocen en absoluto que se están tragando las lágrimas. 4Hay quienes afirman incluso que esto de lo que
estamos hablando son ilusiones y que no se debe considerar más que como un
sueño. 5Sin
embargo, ¿quién podría honestamente afirmar, sin ponerse a la defensiva o
engañarse a sí mismo, que no sabe de lo que estamos
hablando?
3. Hoy
hablamos en nombre de todo aquel que vaga por este mundo, pues en él no está en
su hogar. 2Camina a
la deriva enfrascado en una búsqueda interminable, buscando en la
oscuridad lo que no puede hallar, y sin
reconocer qué es lo que anda buscando. 3Construye miles de casas, pero ninguna de ellas
satisface a su desasosegada mente. 4No se da
cuenta de que las construye en vano. 5El hogar
que anda buscando, él no lo puede construir. 6El Cielo
no tiene sustituto. 7Lo único
que él jamás construyó fue un infierno.
4. Tal
vez pienses que lo que quieres encontrar es el hogar de tu infancia. 2La infancia de tu cuerpo y el lugar que le dio
cobijo son ahora recuerdos tan distorsionados que lo que guardas es simplemente
una imagen de un pasado que nunca tuvo lugar.3Mas en ti hay un Niño que anda buscando la casa
de Su Padre, pues sabe que Él es un extraño aquí. 4Su infancia es eterna, llena de una inocencia
que ha de perdurar para siempre. 5Por
dondequiera que este Niño camina es tierra santa. 6Su santidad es lo que ilumina al Cielo, y lo
que trae a la tierra el prístino reflejo de la luz que brilla en lo alto, en la
que el Cielo y la tierra se encuentran unidos cual uno
solo.
5. Este
Niño que mora en ti es el que tu Padre conoce como Su Hijo. 2Este Niño que mora en ti es el que conoce a Su
Padre. 3Él anhela
tan profunda e incesantemente volver a Su hogar, que Su voz te suplica que lo
dejes descansar por un momento.4Tan sólo
pide unos segundos de respiro: un intervalo en el que pueda volver a respirar el
aire santo que llena la casa de Su Padre. 5Tú eres
también Su hogar. 6Él retornará. 7Pero dale un poco de tiempo para que pueda ser
lo que es dentro de la paz que es Su hogar, y descansar en silencio, en paz y en
amor.
6. Este
Niño necesita tu protección. 2Se
encuentra muy lejos de Su hogar. 3Es tan
pequeño que parece muy fácil no hacerle caso y no oír Su vocecilla, quedando así
Su llamada de auxilio ahogada en los estridentes sonidos y destemplados y
discordantes ruidos del mundo. 4No
obstante, Él sabe que en ti aún radica Su protección. 5Tú no le fallarás. 6Él volverá
a Su hogar, y tú lo acompañarás.
7. Este
Niño es tu indefensión, tu fortaleza. 2Él confía
en ti. 3Vino
porque sabía que tú no le fallarías. 4Te habla
incesantemente de Su hogar con suaves murmullos. 5Pues desea llevarte consigo de vuelta a él, a
fin de poder Él Mismo
permanecer allí y no tener que regresar de nuevo a donde no le corresponde estar
y donde vive proscrito en un mundo de pensamientos que le son ajenos. 6Su paciencia es infinita. 7Esperará hasta que oigas Su dulce Voz dentro de
ti instándote a que lo dejes ir en paz, junto contigo, a donde Él se
encuentra en Su casa, al igual que tú.
8. Cuando
estés en perfecta quietud por un instante, cuando el mundo se aparte de ti y las
vanas ideas que abrigas en tu desasosegada mente dejen de tener valor, oirás Su
Voz. 2Su llamada
es tan conmovedora que ya no le ofrecerás más resistencia. 3En ese instante te llevará a Su hogar, y tú
permanecerás allí con Él en perfecta quietud, en silencio y en paz, más allá de
las palabras, libre de todo temor y de toda duda, sublimemente seguro de que
estás en tu hogar.
9. Descansa
a menudo con Él hoy. 2Pues Él estuvo dispuesto a convertirse en un
Niño pequeño para que tú pudieras aprender cuán fuerte es aquel que viene sin
defensas, ofreciendo únicamente los mensajes del amor a quienes creen ser sus
enemigos. 3Con el
poder del Cielo en Sus manos, los llama amigos y les presta Su fortaleza para
que puedan darse cuenta de que Él quiere ser su Amigo. 4Les pide que lo protejan, pues Su hogar está
muy lejos, y Él no quiere regresar a él solo.
10. Cristo
renace como un Niño pequeño cada vez que un peregrino abandona su hogar. 2Pues éste debe aprender que a quien quiere
proteger es sólo a este Niño, que viene sin defensas y a Quien la indefensión
ampara. 3Ve con
Él a tu hogar de vez en cuando hoy. 4Tú eres
un extraño aquí, al igual que Él.
11. Dedica
algún tiempo hoy a dejar a un lado tu escudo que de nada te ha servido, y a
deponer la espada y la lanza que blandiste contra un enemigo imaginario. 2Cristo te ha llamado amigo y hermano. 3Ha venido incluso a pedirte ayuda para que lo
dejes regresar a Su hogar hoy, íntegro y completamente. 4Ha venido como lo haría un niño pequeño, que
tiene que implorar la protección y el amor de su padre. 5Él rige el universo, y, sin
embargo, te pide incesantemente que regreses con Él y que no sigas convirtiendo
a las ilusiones en dioses.
12. Tú
no has perdido tu inocencia. 2Y eso es
lo que anhelas, 3lo que
tu corazón desea. 4Ésa es
la voz que oyes y la llamada que no se puede ignorar. 5Ese santo Niño todavía sigue a tu lado. 6Su hogar es el tuyo. 7Hoy Él te da Su indefensión, y tú la aceptas a
cambio de todos los juguetes bélicos que has fabricado. 8Y ahora el camino está libre y despejado, y el
final de la jornada puede por fin vislumbrarse. 9Permanece muy quedo por un instante, regresa a
tu hogar junto con Él y goza de paz por un rato.
LECCIÓN 183 - 2 de Julio
Invoco el Nombre de Dios y el mío
propio.
1. El
Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. 2Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. 3Un padre le da su nombre a su hijo y, de este
modo, identifica a su hijo con él. 4Sus
hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vínculo en el que
encuentran su identidad. 5El Nombre
de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso
cuando tú mismo no lo has recordado.
2. El
Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una respuesta, ni pronunciado
sin que produzca un eco en la mente que te exhorta a recordar. 2Di Su Nombre, y estarás invitando a los ángeles
a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus
alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que
quisiera mancillar tu santidad.
3. Repite
el Nombre de Dios, y el mundo entero responderá abandonando las ilusiones. 2Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de
repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella, un
milagro de gracia. 3Los
enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. 4Los ciegos podrán ver y los sordos oír. 5Los afligidos
abandonarán su duelo, y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de
felicidad venga a bendecir al mundo.
4. Repite
el Nombre de Dios y todo nombre nimio deja de tener significado. 2Ante el Nombre de Dios, toda tentación se
vuelve algo indeseable y sin nombre. 3Repite
Su Nombre, y verás cuán fácilmente te olvidas de los nombres de todos los dioses
que honrabas. 4Pues
habrán perdido el nombre de dios que les otorgabas. 5Se volverán anónimos y dejarán de ser
importantes para ti, si bien, antes de que dejases que el Nombre de Dios
reemplazase a sus nimios nombres, te postrabas reverente ante ellos llamándolos
dioses.
5. Repite
el Nombre de Dios e invoca a tu Ser, Cuyo Nombre es el Suyo. 2Repite Su Nombre, y todas las cosas
insignificantes y sin nombre de la tierra se ven en su correcta
perspectiva. 3Aquellos
que invocan el Nombre de Dios no pueden confundir lo que no tiene nombre con el
Nombre, el pecado con la gracia, ni los cuerpos con el santo Hijo de Dios. 4Y si
te unes a un hermano mientras te sientas con él en silencio y repites dentro de
tu mente quieta el Nombre de Dios junto con él, habrás edificado ahí un altar
que se eleva hasta Dios Mismo y hasta Su Hijo.
6. Practica
sólo esto hoy: repite el Nombre de Dios lentamente una y otra vez. 2Relega al olvido cualquier otro nombre que no
sea el Suyo. 3No oigas
nada más. 4Deja que
todos tus pensamientos se anclen en Esto. 5No
usaremos ninguna otra palabra, excepto al principio, cuando repetimos la idea de
hoy una sola vez. 6Y
entonces el Nombre de Dios se convierte en nuestro único pensamiento, nuestra
única palabra, lo único que ocupa nuestras mentes, nuestro único deseo, el
único sonido que tiene significado y el único Nombre de todo lo que deseamos ver
y de todo lo que queremos considerar nuestro.
7. De
esta manera extendemos una invitación que jamás puede ser rechazada. 2Y Dios vendrá, y Él Mismo responderá a
ella. 3No pienses que Él oye las vanas oraciones de
aquellos que lo invocan con nombres de ídolos que el mundo tiene en gran
estima. 4De esa
manera nunca podrán llegar a Él. 5Dios no
puede oír peticiones que le pidan que no sea Él Mismo o que Su Hijo reciba otro
nombre que no sea el Suyo.
8. Repite
el Nombre de Dios, y lo estarás reconociendo como el único Creador de la
realidad. 2Y
estarás reconociendo asimismo que Su Hijo es parte de Él y que crea en Su
Nombre. 3Siéntate
en silencio y deja que Su Nombre se convierta en la idea todo abarcadora que
absorbe tu mente por completo. 4Acalla
todo pensamiento excepto éste. 5Deja que
ésta sea la respuesta para cualquier otro pensamiento, y observa cómo el Nombre
de Dios reemplaza a los miles de nombres que diste a todos tus pensamientos,
sin darte cuenta de que sólo hay un Nombre para todo lo que existe y jamás
existirá.
9. Hoy
puedes alcanzar un estado en el que experimentarás el don de la gracia. 2Puedes escaparte de todas las ataduras del
mundo, y ofrecerle a éste la misma liberación que tú has encontrado. 3Puedes recordar lo que el mundo olvidó y
ofrecerle lo que tú has recordado. 4Puedes
también aceptar el papel que te corresponde desempeñar en su salvación, así como
en la tuya propia. 5Y ambas
se pueden lograr perfectamente.
10. Recurre
al Nombre de Dios para tu liberación y se te concederá. 2No se necesita más oración que ésta, pues
encierra dentro de sí a todas las demás. 3Las
palabras son irrelevantes y las peticiones innecesarias cuando el Hijo de Dios
invoca el Nombre de su Padre. 4Los
Pensamientos de su Padre se vuelven los suyos propios. 5El Hijo de Dios reivindica su derecho a todo lo
que su Padre le dio, le está dando todavía y le dará
eternamente. 6Lo
invoca para dejar que todas las cosas que creyó haber hecho queden sin nombre
ahora, y en su lugar el santo Nombre de Dios se convierta en el juicio que él
tiene de la intranscendencia de todas ellas.
11. Todo
lo insignificante se acalla. 2Los
pequeños sonidos ahora son inaudibles. 3Todas
las cosas vanas de la tierra han desaparecido. 4El universo consiste únicamente en el Hijo de
Dios, que invoca a su Padre. 5Y la Voz
de su Padre responde en el santo Nombre de su Padre. 6La paz eterna se encuentra en esta eterna y
serena relación, en la que la comunicación transciende con creces todas las
palabras, y, sin embargo, supera en profundidad y altura todo aquello que las
palabras jamás pudiesen comunicar. 7Queremos experimentar hoy esta paz en el
Nombre de nuestro Padre. 8Y en Su
Nombre se nos concederá.
LECCIÓN 184 - 3 de julio
El Nombre de Dios es mi
herencia.
1. Vives
a base de símbolos. 2Has
inventado nombres para todas las cosas que ves. 3Cada una de ellas se ha convertido en una
entidad aparte, identificada por su propio nombre. 4De esta manera la segregas de la unidad. 5De esta manera designas sus atributos
especiales y la distingues de otras cosas al hacer hincapié en el espacio que la
rodea. 6Éste es
el espacio que interpones entre todas las cosas a las que has dado un nombre
diferente; entre todos los acontecimientos desde el punto de vista del tiempo y
del lugar en que ocurrieron, así como entre todos los cuerpos que se saludan con
un nombre.
2. Este
espacio, al que ves como lo que separa unas cosas de otras, es el medio a través
del cual tiene
lugar la percepción del mundo. 2Ves algo
allí donde no hay nada y, asimismo, no ves nada donde hay unidad; ves un espacio
entre todas las cosas, así como entre todas las cosas y tú. 3De esa manera, crees haber "creado" vida en la
separación. 4Y debido
a esta división crees ser una unidad que opera con una voluntad
independiente.
3. ¿Qué
son todos esos nombres mediante los cuales el mundo se convierte en una serie de
acontecimientos independientes, de cosas desunidas y de cuerpos que se mantienen
aparte y que contienen fragmentos de mente como si de conciencias separadas se
tratase? 2Tú les
diste esos nombres, dando lugar a la percepción tal como querías que fuese. 3A las cosas sin nombre se les dio nombre y de
esta manera se les dio también realidad. 4Pues a
lo que se le da un nombre se le da significado y, de este modo, se considera
significativo: una causa que produce efectos reales, con consecuencias
inherentes a sí misma.
4. Así
es como se construye la realidad a base de una visión parcial, la cual se
contrapone deliberadamente a lo que de hecho es la verdad. 2Su enemigo es la unidad. 3Concibe cosas sin importancia y las
contempla. 4Y la
ausencia de espacio, así como la sensación de unidad o la visión que ve de
manera distinta, se convierten en las amenazas que debe superar, combatir y
negar.
5. Esta
otra visión, no obstante, sigue siendo aún la dirección natural para que la
mente canalice su percepción. 2Es
difícil enseñarle a la mente miles de nombres extraños, y luego mil más. 3No obstante,
crees que eso es lo que significa aprender y que es el objetivo principal por
medio del cual se puede entablar comunicación y compartir conceptos de manera
que tengan sentido.
6. Ésta
es la suma total de la herencia que el mundo dispensa. 2Y todo
aquel que aprende a pensar que ello es cierto, acepta los signos y los símbolos
que afirman que el mundo es real. 3Eso es
lo que propugnan. 4No dan
lugar a que se dude de que lo que tiene nombre no esté ahí. 5Se puede ver, tal como es de esperar. 6Lo que niega que ello es verdad es lo que es
una ilusión, pues lo que tiene nombre es la realidad suprema. 7Cuestionarlo es una locura, pero aceptar su
presencia es prueba de cordura.
7. Tal
es la enseñanza del mundo. 2No
obstante, es una fase de aprendizaje por la que todo el que viene aquí tiene que
pasar. 3Mas
cuanto antes se perciba su base, lo cuestionable de sus premisas y cuán dudosos
son sus resultados, más pronto se pondrá en duda sus efectos. 4El aprendizaje que se limita. a lo que el mundo
enseña se queda corto en lo que respecta al significado. 5Debidamente empleado, puede servir como punto
de partida desde donde se puede comenzar otro tipo de aprendizaje, adquirir una
nueva percepción, y desde donde se pueden erradicar todos los nombres
arbitrarios que el mundo confiere al ser puestos en
duda.
8. No creas que fuiste tú quien
hizo el mundo. 2¡Las
ilusiones, sí! 3Mas lo
que es cierto en la tierra y en el Cielo está más allá de tu capacidad de
nombrar. 4Cuando
llamas a un hermano es a su cuerpo a lo que te diriges. 5Su verdadera
Identidad queda oculta debido a lo que crees que él es realmente. 6Su cuerpo responde al nombre con que lo llamas,
pues su mente ha consentido en aceptar ese nombre que le das como su
nombre. 7Y de
esta manera, su unidad queda doblemente negada, pues tú lo percibes como algo
separado de ti, y él acepta como propio ese nombre
separado.
9. Sería
en verdad extraño si se te pidiese que fueses más allá de todos los símbolos del
mundo y los olvidaras para siempre, y, al mismo tiempo, se te pidiera asumir una
función docente. 2Todavía
tienes necesidad de usar los símbolos del mundo.3Mas no te dejes engañar por ellos. 4No representan nada en absoluto, y éste será el
pensamiento que en tus prácticas te liberará de ellos. 5Los símbolos no son sino medios a través de los
cuales puedes comunicarte de manera que el mundo te pueda entender, pero
reconoces que no son la unidad en la que puede hallarse la verdadera
comunicación.
10. Así pues, lo que necesitas cada
día son intervalos en los que las enseñanzas del mundo se convierten en una fase
transitoria: una prisión desde la que puedes salir a la luz del sol y olvidarte
de la oscuridad. 2Ahí
entiendes la Palabra, el Nombre que Dios te ha dado; la única Identidad que
comparten todas las cosas; el reconocimiento de lo que es verdad. 3Y luego vuelves a la oscuridad, no porque creas
que es real, sino sólo para proclamar su irrealidad usando términos que aún
tienen sentido en el mundo regido por la
oscuridad.
11. Usa
todos los nombres y símbolos nimios que caracterizan el mundo de la
oscuridad. 2Mas no
los aceptes como tu realidad. 3El
Espíritu Santo se vale de todos ellos, pero no se olvida de que la creación
tiene un solo Nombre, un solo Significado y una sola Fuente que une a todas las
cosas dentro de Sí Misma. 4Usa
todos los nombres que el mundo da a esas cosas, pero sólo por conveniencia, mas
no te olvides de que comparten el Nombre de Dios junto
contigo.
12. Dios
no tiene nombre. 2Sin
embargo, Su Nombre se convierte en la lección final de que todas las cosas son
una ay con
esta lección finaliza todo aprendizaje. 3Todos
los nombres se unifican, todo espacio queda lleno con el reflejo de la
verdad.4Toda brecha se cierra y la
separación se subsana. 5El
Nombre de Dios es la herencia que Él les dio a los que eligieron que las
enseñanzas del mundo ocupasen el lugar del Cielo. 6Lo que nos proponemos en nuestras prácticas es
dejar que nuestras mentes acepten lo que Dios ha dado como respuesta a la mísera
herencia que tú fabricaste como justo tributo para el Hijo que Él
ama.
13. Nadie
que busque el significado del Nombre de Dios puede fracasar. 2La experiencia es necesaria como complemento de
la Palabra. 3Pero
primero tienes que aceptar que Su Nombre abarca toda la realidad y reconocer que
los innumerables nombres que diste a todos sus aspectos han distorsionado lo que
ves, pero no han afectado a la verdad en absoluto. 4Invocamos un solo Nombre en nuestras
prácticas. 5Y nos
valemos de un solo Nombre para unificar nuestra visión.
14. Y
si bien utilizamos un nombre distinto para cada aspecto de la conciencia del
Hijo de Dios, comprendemos que todos comparten el mismo Nombre, el cual Él les
ha dado. 2Este es
el Nombre que usamos en nuestras prácticas. 3Y al
usarlo, todas las separaciones insensatas que nos mantenían ciegos
desaparecen. 4Y se
nos concede la fortaleza necesaria para poder ver más allá de
ellas. 5Ahora
nuestra vista queda bendecida con las bendiciones que podemos dar según las
recibimos.
15. Padre,
nuestro Nombre es el Tuyo. 2En
Él estamos unidos con toda cosa viviente, y Contigo que eres su único
Creador. 3Lo
que hemos hecho y a lo que hemos dado muchos nombres diferentes no es sino una
sombra que hemos tratado de arrojar sobre Tu Realidad. 4Y
nos sentimos contentos y agradecidos de haber estado equivocados. 5Te entregamos todos nuestros errores, a fin de
ser absueltos de cuantos efectos parecían tener. 6Y
aceptamos la verdad que Tú nos das en lugar de cada uno de ellos. 7Tu
Nombre es nuestra salvación y la manera de escapar de lo que nosotros mismos
hemos hecho. 8Tu
Nombre nos une en la unicidad* que es nuestra
herencia. y nuestra paz. 9Amén.
LECCIÓN 185 - 4 de
julio
Deseo la paz de Dios.
1. Decir
estas palabras no es nada. 2Pero
decirlas de corazón lo es todo. 3Si
pudieras decirlas de corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás volverías
a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento. 4Recobrarías plena conciencia del Cielo, el
recuerdo de Dios quedaría completamente reinstaurado y la resurrección de toda
la creación plenamente reconocida.
2. No
hay nadie que pueda decir estas palabras de todo corazón y no curarse. 2Ya no podría entretenerse con sueños o creer
que él mismo es un sueño. 3No
podría inventar un infierno y creer que es real. 4Desea la paz de Dios, y se le concede. 5Eso es todo lo que desea y todo lo que
recibirá. 6Son muchos
los que han dicho estas palabras. 7Pero
ciertamente son muy pocos los que las han dicho de todo corazón. 8No tienes más que contemplar el mundo que ves a tu alrededor
para cerciorarte de cuán pocos han sido. 9EI mundo
cambiaría completamente sólo con que hubiese dos que estuviesen de acuerdo en
que esas palabras expresan lo único que ellos
anhelan.
3. Dos
mentes con un solo
empeño se vuelven tan fuertes que lo que disponen se convierte en la Voluntad de
Dios. 2Pues las mentes sólo se pueden unir en la
verdad. 3En
sueños, no hay dos mentes que puedan compartir la misma intención. 4Para cada una de ellas, el héroe del sueño es
distinto, y el desenlace deseado no es el mismo. 5El perdedor y el ganador simplemente alternan
de acuerdo con patrones cambiantes, según la proporción entre ganancia y pérdida
y entre pérdida y ganancia adquiere un matiz diferente o adopta otra
forma.
4. No
obstante, lo único que se puede hacer en sueños es transigir. 2A veces ello adopta la forma de una unión, pero
sólo la forma. 3En los
sueños nada tiene significado, pues su meta es transigir. 4Las mentes no pueden unirse en sueños. 5Sólo
pueden negociar. 6Mas ¿qué
trato podrían hacer que les proporcionase la paz de Dios? 7Las ilusiones pasan a ocupar Su lugar. 8Y lo que Él es deja de tener significado para
las mentes dormidas empeñadas en hacer tratos, cada cual en beneficio propio y a
costa de la pérdida de otros.
5. Desear
la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. 2Pues nadie que diga estas palabras de todo
corazón desea ilusiones o busca la manera de obtenerlas. 3Las ha examinado y se ha dado cuenta de que no
le ofrecen nada.4Ahora procura ir más allá
de ellas, al reconocer que otro sueño sólo le ofrecería lo mismo que los
demás. 5Para él,
todos los sueños son uno. 6Y ha
aprendido que la única diferencia entre ellos es la forma que adoptan, pues
cualquiera de ellos suscitará la misma desesperación y zozobra que los
demás.
6.
La mente que desea la paz de todo corazón debe unirse a otras mentes, pues así
es como se alcanza la paz. 2Y cuando
el deseo de paz es genuino, los medios para encontrarla se le conceden en una
forma tal que cada mente que honradamente la busca pueda entender. 3Sea cual sea la forma en que se presente la
lección, ha sido planeada para él de tal forma que si su petición es sincera, no
dejará de verla. 4Mas si
su petición no es sincera, no habrá manera de que pueda aceptar la lección o
realmente aprenderla.
7. Dediquemos
hoy nuestra práctica a reconocer que nuestras palabras son sinceras. 2Deseamos la paz de
Dios. 3No es éste un deseo vano. 4Estas palabras no piden que se nos dé otro
sueño. 5No
procuran transigir, ni es su afán hacer otro trato con la esperanza de que aún
haya un sueño que pueda tener éxito cuando todos los demás han fracasado. 6Decir estas palabras de corazón es reconocer la
futilidad de las ilusiones y pedir lo eterno en lugar de sueños cambiantes que
parecen ofrecerte distintas cosas, pero que en realidad son igualmente
insubstanciales.
8. Dedica hoy tus sesiones de
práctica a escudriñar minuciosamente tu mente a fin de descubrir los sueños que
todavía anhelas. 2¿Qué es
lo que realmente deseas de corazón? 3Olvídate
de las palabras que empleas al hacer tus peticiones.4Considera solamente lo que crees que te
brindará consuelo y felicidad. 5Pero no
te desalientes por razón de las ilusiones que aún perduran, pues la forma que
éstas adoptan no es lo que importa ahora. 6No dejes
que algunos sueños te resulten más aceptables, mientras que te avergüenzas de
otros y los ocultas. 7Son
todos el mismo sueño. 8Y puesto
que todos son el mismo, debes hacer la siguiente pregunta con respecto a cada uno de ellos: "¿Es esto lo
que deseo en lugar del Cielo y de la paz de
Dios?"
9. Ésta
es la elección que tienes ante ti. 2No te
dejes engañar pensando que es de otra manera. 3En esto no es posible transigir. 4Pues o bien eliges la paz de Dios o bien pides
sueños. 5Y éstos
vendrán a ti tal como los hayas pedido. 6Mas la
paz de Dios vendrá con igual certeza para permanecer contigo para siempre. 7No desaparecerá con cada curva o vuelta del
camino, para luego reaparecer sin que sea reconocible, en formas que cambian y
varían con cada paso que das.
10. Deseas la paz de Dios. 2Y eso
es lo que desean también todos los que parecen ir en pos de sueños. 3Esto es lo único que pides tanto para ellos
como para ti cuando haces esta petición con profunda sinceridad. 4Pues de esa manera procuras alcanzar lo que
ellos desean realmente, y unes tu intención a lo que ellos quieren por encima de
todas las cosas, hecho éste que tal vez les sea desconocido, si bien para ti es
indudable. 5Ha
habido ocasiones en las que has sido débil y en las que has estado indeciso
acerca de tu propósito, inseguro con respecto a lo que quieres, adónde ir a
buscarlo o adónde acudir en busca de ayuda. 6Mas la
ayuda ya se te ha dado. 7¿No la
aprovecharías ahora compartiéndola?
11. Nadie
que realmente busque la paz de Dios puede dejar de hallarla. 2Pues lo único que pide es dejar de engañarse a
sí mismo, al negarse lo que la Voluntad de Dios dispone. 3¿Quién que pida lo que ya es suyo podría quedar
insatisfecho?4¿Quién que pida una respuesta
que él puede dar puesto que dispone de ella puede decir que no se le ha
contestado? 5La paz
de Dios es tuya.
12. La
paz fue creada para ti; tu Creador te la dio y la estableció como Su propio
regalo eterno. 2¿Cómo
ibas a poder fracasar cuando tan sólo estás pidiendo lo que Él dispone para
ti? 3¿Y cómo podría ser que lo que pides fuese
solamente para ti?4No hay ningún don de
Dios que no sea para todos. 5Éste es
el atributo que distingue a los dones de Dios de todos los sueños que jamás
parecieron ocupar el lugar de la verdad.
13. Cuando
un don de Dios ha sido pedido y aceptado por cualquiera, nadie pierde, sino que
todos salen ganando. 2Dios da
sólo con el propósito de unir. 3Para Él,
quitar no tiene sentido. 4Y cuando
tampoco lo tenga para ti, sabrás a ciencia cierta que compartes una sola
Voluntad con Él, así como Él contigo. 5Y también
sabrás que compartes una sola Voluntad con todos tus hermanos, cuya intención es
la tuya.
14. Es
esa única intención lo que buscamos hoy al unir nuestros deseos a la necesidad
de cada corazón, al llamamiento de cada mente, a la esperanza que se encuentra
más allá de toda desesperación, al amor que el ataque quisiera ocultar y a la
hermandad que el odio ha intentado quebrantar, pero que aún sigue siendo tal
como Dios la creó. 2Con
semejante ayuda a nuestro lado, ¿cómo íbamos a poder fracasar hoy cuando pedimos
que se nos conceda la paz de Dios?
LECCIÓN 186 - 5 de
julio
De mí depende la salvación del
mundo.
1. Ésta
es la afirmación que algún día habrá de erradicar de toda mente todo vestigio de
arrogancia. 2Éste es
el pensamiento de la verdadera humildad, que no te adjudica ninguna otra
función, excepto la que se te ha encomendado. 3Dicho pensamiento supone tu aceptación del
papel que te fue asignado, sin insistir en que se te asigne otro. 4No se detiene a considerar qué papel es el que
es adecuado para ti. 5Tan sólo
reconoce que la Voluntad de Dios se hace tanto en la tierra como
en el Cielo. 6Une a
todas las voluntades de la tierra en el plan celestial para la salvación del
mundo, y les restituye la paz del Cielo.
2. No
nos opongamos a nuestra función. 2No
fuimos nosotros quienes la establecimos. 3No fue
idea nuestra. 4Se nos
han proporcionado los medios para llevarla a cabo perfectamente. 5Lo único que se nos pide
es que aceptemos nuestro papel con genuina humildad, y que no neguemos con un
aire de falsa arrogancia que somos dignos de él. 6Poseemos la fuerza necesaria para hacer lo que
se nos pide llevar a cabo. 7Nuestras
mentes están perfectamente capacitadas para desempeñar el papel que nos asignó
Uno que nos conoce bien.
3. Mientras
no entiendas su significado, puede que la idea de hoy te parezca muy ardua. 2Lo único que dice es que tu Padre te recuerda
todavía y te ofrece la perfecta confianza que tiene en ti, Su Hijo. 3No te pide que seas diferente de como eres en
modo alguno. 4¿Qué
otra cosa sino esto podría pedir la humildad? 5¿Y qué otra cosa sino esto podría negar la
arrogancia? 6Hoy no
dejaremos de cumplir nuestro cometido con la engañosa excusa de que es un
insulto a la modestia. 7Es el
orgullo el que se niega a responder a la Llamada del Propio
Dios.
4. Hoy
dejaremos a un lado todo vestigio de falsa humildad para poder escuchar la Voz
de Dios revelarnos lo que desea que hagamos. 2No pondremos
en duda nuestra capacidad para llevar a cabo la función que Él nos ofrezca. 3Sólo estaremos seguros de que Él conoce
nuestras fuerzas, nuestra sabiduría y nuestra santidad. 4Y si
Él nos considera dignos, es que lo somos. 5Es sólo
la arrogancia la que opina de otra manera.
5. Hay
una manera, y sólo una, de liberarte del encarcelamiento al que te ha llevado tu
plan de probar que lo falso es verdadero. 2Acepta
en lugar de él el plan que tú no trazaste. 3No
juzgues si eres o no merecedor de él. 4Si la
Voz de Dios te asegura que la salvación necesita que tú desempeñes tu papel y
que la totalidad depende de ti, ten por seguro que así es. 5Los arrogantes tienen que aferrarse a las
palabras, temerosos de ir más allá de ellas y de experimentar lo que podría
poner en entredicho su postura. 6Los
humildes, en cambio, son libres para oír la Voz que les dice lo que son y lo que
deben hacer.
6. La
arrogancia forja una imagen de ti que no es real. 2Ésa es la imagen que se estremece y huye
aterrorizada cuando la Voz que habla por Dios te asegura que posees la fuerza,
la sabiduría y la santidad necesarias para ir más allá de toda imagen.3Tú, a diferencia de la imagen de ti mismo, no
eres débil. 4No eres
ignorante ni impotente. 5El
pecado no puede mancillar la verdad que mora en ti, ni la aflicción puede
acercarse al santo hogar de Dios.
7. Esto
es lo que te dice la Voz que habla por Dios. 2Y según
Él te habla, la imagen se estremece e intenta atacar la amenaza que le resulta
desconocida; al sentir que sus cimientos se derrumban. 3Abandónala. 4La
salvación del mundo depende de ti, y no de ese pequeño montón de polvo. 5¿Qué podría esa imagen decirle al santo
Hijo de Dios? 6¿Por qué
tiene él que preocuparse por ella en absoluto?
8. Y
así hallamos nuestra paz. 2Aceptaremos la función que Dios nos encomendó,
pues toda ilusión descansa sobre la absurda creencia de que podemos inventar
otra función para nosotros. 3Los
papeles que nosotros mismos nos hemos auto-otorgado son inestables y parecen
oscilar entre la aflicción y la dicha extática del amor y de amar. 4Podemos reír o llorar, recibir el día de buen
grado o bien recibirlo con lágrimas. 5Nuestro
propio ser parece cambiar según experimentamos múltiples cambios en nuestro
estado de ánimo, y nuestras emociones nos remontan hacia lo alto o nos estrellan
contra el suelo sumiéndonos en la desolación.
9. ¿Es
éste el Hijo de Dios? 2¿Habría
podido Él crear semejante inestabilidad y llamarla Su Hijo? 3Aquel que es inmutable comparte Sus atributos
con Su creación. 4Ninguna
de las imágenes que Su Hijo aparenta forjar afecta lo que él es. 5Dichas imágenes revolotean por su mente como
hojas arrastradas por el viento, que forman diseños fugaces y se desbandan para
volverse a agrupar hasta finalmente dispersarse. 6O como
los espejismos que se ven en el desierto.
10. Estas
imágenes insustanciales desaparecerán y dejarán tu mente libre y serena cuando
aceptes la función que se te ha encomendado. 2Las imágenes que fabricas sólo dan lugar a
metas conflictivas, transitorias y vagas, inciertas y ambiguas.3¿Quién podría mantener un esfuerzo constante o
poner todas sus energías y empeño en metas como éstas? 4Las funciones que el mundo tiene en gran estima
son tan inciertas, que aun las más sólidas cambian por lo menos diez veces por
hora.5¿Qué se puede esperar de metas como
éstas?
11. Como
bello contraste, tan seguro como el retorno del sol cada mañana para disipar la
noche, tu verdadera función se perfila clara e inequívocamente. 2No hay duda acerca de su validez. 3Pues procede de Uno que no conoce el error y
Cuya Voz está segura de Sus mensajes. 4Éstos
nunca cambiarán ni estarán en conflicto. 5Todos
ellos apuntan hacia un solo objetivo, el cual puedes alcanzar. 6Puede que tu plan sea imposible, pero el de
Dios jamás puede fracasar porque Él es su Fuente.
12. Haz
lo que la Voz de Dios te indique. 2Y si
te pide que hagas algo que parece imposible, recuerda Quién es el que te lo pide
y quién el que quiere negarse. 3Luego
considera esto: ¿Quién de los dos es más probable que esté en lo cierto, 4la Voz que habla por el Creador de todas las
cosas y que las conoce exactamente como son, o la distorsionada imagen de ti
mismo, que es inconsistente y está confundida, perpleja e insegura de todo? 5No permitas que su voz
te dirija. 6Oye en
su lugar una Voz que es inequívoca y que te habla de la función que te encomendó
tu Creador, Quien te recuerda y te exhorta a que te acuerdes de Él
ahora.
13. Su
dulce Voz llama desde lo conocido a lo que no conoce. 2Él quiere consolarte, aunque no conoce el
pesar. 3Él
quiere hacer una restitución, si bien goza de absoluta plenitud. 3Él quiere hacerte un regalo, si bien sabe que
ya lo tienes todo. 4Él tiene
Pensamientos que satisfacen cualquier necesidad que Su Hijo perciba, si bien Él
no las ve. 5Pues el
Amor sólo puede dar, y lo que se da en Su Nombre se manifiesta en la forma más
útil posible en un mundo de formas.
14. Ésas
son las formas que jamás pueden engañar, ya que proceden de la Amorfía
Misma. 2El
perdón es una forma terrenal de amor, que, como tal, no tiene forma en el
Cielo. 3No
obstante, lo que aquí se necesite, aquí se concederá. 4Valiéndote de esta forma puedes desempeñar tu
función incluso aquí, si bien el amor significará mucho más para ti cuando se
haya restaurado en ti el estado de amorfía. 5La
salvación del mundo depende de ti que puedes perdonar. 6Ésa es tu función
aquí.
LECCIÓN 187 - 6 de
julio
Bendigo al mundo porque me
bendigo a mí mismo.
1. Nadie
puede dar lo que no tiene. 2De
hecho, dar es la prueba de que se tiene. 3Hemos
hecho mención de esto anteriormente. 4Mas no
es eso lo que hace que sea difícil de creer. 5Nadie
duda de que primero se debe poseer lo que se quiere dar. 6Es en la segunda parte de la afirmación donde
el mundo y la percepción verdadera difieren. 7Si has
tenido y has dado, el mundo afirma que has perdido lo que poseías. 8La verdad mantiene que dar incrementa lo que
posees.
2. ¿Cómo
va a ser posible esto? 2Pues es
seguro que si das una cosa finita tus ojos físicos dejarán de percibirla como
tuya. 3No obstante, hemos aprendido que las cosas sólo
representan los pensamientos que dan lugar a ellas. 4Y no careces de pruebas de que cuando compartes
tus ideas, las refuerzas en tu propia mente. 5Tal vez
la forma en que el pensamiento parece manifestarse cambie al darse. 6No obstante, éste tiene que retornar al que lo
da. 7Y la forma que adopte no puede ser menos
aceptable. 8Tiene
que ser más.
3. Las
ideas tienen primero que pertenecerte antes de que las puedas dar. 2Y si
has de salvar al mundo, tienes que primero aceptar la salvación para ti
mismo. 3Mas no
creerás que ésta se ha consumado en ti hasta que no veas los milagros que les
brinda a todos aquellos a quienes contemples. 4Con esto, la idea de dar se clarifica y cobra
significado. 5Ahora
puedes percibir que al dar, tu caudal aumenta.
4. Protege
todas las cosas que valoras dándolas, y así te asegurarás de no perderlas
nunca. 2Y con
ello queda demostrado que lo que no creías tener te pertenece. 3Mas no le atribuyas valor a su forma. 4Pues ésta cambiará, y con el tiempo no será
reconocible por mucho que trates de conservarla. 5Ninguna forma perdura. 6El pensamiento tras la forma de todo es lo que
es inmutable.
5. Da
gustosamente, 2pues con
ello sólo puedes beneficiarte. 3El
pensamiento sigue vivo y su fuerza aumenta a medida que se refuerza al
darse. 4Los
pensamientos se extienden al compartirse, pues no se pueden perder. 5No hay un dador y un receptor en el sentido en
el que el mundo los concibe. 6Hay un
dador que conserva lo que da, y otro que también habrá de dar. 7Y ambos ganarán en este
intercambio, pues cada uno de ellos dispondrá del pensamiento en la forma que le
resulte más útil. 8Lo que
aparentemente pierde es siempre algo que valorará menos que aquello que con
toda seguridad le será devuelto.
6. Nunca
olvides que sólo te das a ti mismo. 2El que
entiende el significado de dar, no puede por menos que reírse de la idea del
sacrificio. 3Tampoco
puede dejar de reconocer las múltiples formas en que se puede manifestar el
sacrificio. 4Se ríe
asimismo del dolor y de la pérdida, de la enfermedad y de la aflicción, de la
pobreza, del hambre y de la muerte. 5Reconoce
que el sacrificio sigue siendo la única idea que yace tras todo esto, y con su
dulce risa todo ello sana.
7. Una vez
que una ilusión se reconoce como tal, desaparece. 2Niégate a aceptar el sufrimiento, y eliminarás
el pensamiento de sufrimiento. 3Cuando
eliges ver todo sufrimiento como lo que es, tu bendición desciende sobre todo
aquel que sufre. 4El
pensamiento de sacrificio da lugar a todas las formas que el sufrimiento
aparenta adoptar. 5Mas el
sacrificio es una idea tan demente que la cordura la descarta de
inmediato.
8. jamás
creas que puedes hacer sacrificio alguno. 2No hay
cabida para el sacrificio en lo que tiene valor. 3Si surge tal pensamiento, su sola presencia
demuestra que se ha cometido un error, el cual es necesario corregir. 4Tu bendición lo corregirá.5Habiéndosete dado a ti primero, ahora es tuya
para que tú a tu vez la des. 6Ninguna
forma de sacrificio o de sufrimiento puede prevalecer por mucho tiempo ante la
faz de uno que se ha perdonado y bendecido a sí mismo.
9. Las
azucenas que te ofrece tu hermano se depositan ante tu altar, junto con las que
tú le ofreces a él. 2¿Quién
podría tener miedo de contemplar una santidad tan hermosa? 3La gran ilusión del temor a Dios queda reducida
a la nada ante la pureza que aquí has de contemplar. 4No tengas miedo de mirar. 5La bendición que has de contemplar eliminará
todo pensamiento de forma, y en su lugar dejará allí para siempre el regalo
perfecto, el cual aumentará eternamente, será por siempre tuyo y será por
siempre dado.
10. Ahora somos uno en
pensamiento, pues el miedo ha desaparecido. 2Y aquí,
ante el altar a un solo Dios, a un solo Padre, a un solo Creador y a un solo
Pensamiento, nos alzamos juntos como el único Hijo de Dios. 3No estamos separados de Aquel que es nuestra
Fuente ni distanciados de los hermanos que forman parte de nuestro único Ser,
Cuya inocencia nos ha unido a todos cual uno solo, sino que nos alzamos en
gloriosa bendición y damos tal como hemos recibido. 4Tenemos el Nombre de Dios en nuestros
labios. 5Y cuando
miramos en nuestro interior, vemos brillar la pureza del Cielo en nuestro
reflejo del Amor de nuestro Padre.
11. Ahora
somos bendecidos y ahora bendecimos al mundo. 2Queremos extender lo que hemos contemplado
porque queremos verlo en todas partes. 3Queremos
verlo refulgir con la gracia de Dios en todos nuestros hermanos. 4No queremos que se le niegue a nada de lo que
vemos. 5Y para
cerciorarnos de que esta santa visión es nuestra, se la ofrecemos a todo lo que
vemos. 6Pues
allí donde la veamos, nos será devuelta en forma de azucenas que podremos
depositar sobre nuestro altar, convirtiéndolo así en un hogar para la Inocencia
Misma, la cual mora en nosotros y nos ofrece Su Santidad para que sea
nuestra.
LECCIÓN 188 - 7 de
julio
La paz de Dios refulge en mí
ahora.
1. ¿Por
qué esperar al Cielo? ?Los que buscan la luz están simplemente cubriéndose los
ojos. 3La luz ya está en ellos. 4La iluminación es simplemente un
reconocimiento, no un cambio. 5La luz
es algo ajeno al mundo, y tú en quien mora la luz eres asimismo un extraño
aquí. 6La luz vino contigo desde tu hogar natal, y
permaneció contigo, pues es tuya. 7Es lo
único que trajiste contigo de Aquel que es tu Fuente. 8Refulge en ti porque ilumina tu hogar, y te
conduce de vuelta al lugar de donde vino y donde finalmente estás en tu
hogar.
2. Esta
luz no se puede perder. 2¿Por
qué esperar a encontrarla en el futuro, o creer que se ha perdido o que nunca
existió? 3Es tan
fácil contemplarla que los argumentos que demuestran que no puede existir se
vuelven irrisorios. 4¿Quién
podría negar la presencia de lo que contempla en sí mismo? 5No es difícil mirar en nuestro interior, pues
ahí nace toda visión. 6Lo que
se ve, ya sea en sueños o procedente de una Fuente más verdadera, no es más que
una sombra de lo que se ve a través de la visión interna. 7Ahí comienza la percepción y ahí termina. 8No tiene otra fuente que
ésta.
3. La
paz de Dios refulge en ti ahora, y desde tu corazón se extiende por todo el
mundo. 2Se
detiene a acariciar cada cosa viviente, y le deja una bendición que ha de
perdurar para siempre. 3Lo que
da no puede sino ser eterno. 4EIimina
todo pensamiento de lo efímero y de lo que carece de valor. 5Renueva todos los corazones fatigados e
ilumina todo lo que ve según pasa de largo. 6 Todos sus
dones se le dan a todo el mundo, y todo el mundo se une para darte las gracias a
ti que das y a ti que has recibido.
4. El
resplandor de tu mente le recuerda al mundo lo que ha olvidado, y éste a su
vez, restituye esa memoria en ti. 2Desde ti
la salvación irradia dones inconmensurables, que se dan y se devuelven. 3A ti que das el regalo, Dios Mismo te da las
gracias. 4Y la luz
que refulge en ti se vuelve aún más brillante con Su bendición, sumándose así a
los regalos que tienes para ofrecérselos al mundo.
5. La
paz de Dios jamás se puede contener. 2El que
la reconoce dentro de sí tiene que darla. 3Y los
medios a través de los que puede hacerlo residen en su entendimiento. 4Puede perdonar porque reconoció la verdad en
él. 5La paz de Dios refulge en ti ahora, así como en
toda cosa viviente. 6En la
quietud la paz de Dios se reconoce universalmente. 7Pues lo que tu visión interna contempla es tu
percepción del universo.
6. Siéntate
en silencio y cierra los ojos. 2La luz
en tu interior es suficiente. 3Sólo
ella puede concederte el don de la visión. 4Ciérrate
al mundo exterior, y dale alas a tus pensamientos para que lleguen hasta la paz
que yace dentro de ti. 5Ellos
conocen el camino. 6Pues los
pensamientos honestos, que no están mancillados por el sueño de cosas mundanas
externas a ti, se convierten en los santos mensajeros de Dios
Mismo.
7. Éstos
son los pensamientos que piensas con Él. 2Ellos
reconocen su hogar 3y
apuntan con absoluta certeza hacia su Fuente, donde Dios el Padre y el Hijo son
uno. 4La paz de Dios refulge sobre ellos, pero ellos
no pueden sino permanecer contigo también, pues nacieron en tu mente, tal como
tu mente nació en la de Dios. 5Te
conducen de regreso a la paz, desde donde vinieron con el sólo propósito de
recordarte cómo regresar.
8.
Ellos acatan la Voz de tu Padre cuando tú te niegas a escuchar. 2Y te
instan dulcemente a que aceptes Su Palabra acerca de lo que eres en lugar de
fantasías y sombras. 3Te
recuerdan que eres el co-creador de todas las cosas que viven. 4Así como la paz de Dios refulge en ti, refulge
también en ellas.
9. El
propósito de nuestras prácticas de hoy es acercarnos a la luz que mora en
nosotros. 2Tomamos
rienda de nuestros pensamientos errantes y dulcemente los conducimos de regreso
allí donde pueden armonizarse con los pensamientos que compartimos con
Dios. 3No vamos a permitir que sigan
descarriados. 4Dejaremos que la luz que mora en nuestras
mentes los guíe de regreso a su hogar. 5Los
hemos traicionado al haberles ordenado que se apartasen de nosotros. 6Pero ahora les pedimos que regresen y los
purificamos de cualquier anhelo extraño o deseo confuso. 7Y así, les restituimos la santidad que es su
herencia.
10.
De esta forma, nuestras mentes quedan restauradas junto con ellos, y reconocemos
que la paz de Dios refulge todavía en nosotros, y que se extiende desde
nosotros hasta todas las cosas vivientes que comparten nuestra vida. 2Las perdonamos a todas, y absolvemos al mundo
entero de lo que pensábamos que nos había hecho. 3Pues somos nosotros quienes construimos el
mundo como queremos que sea. 4Ahora
elegimos que sea inocente, libre de pecado y receptivo a la salvación. 5Y sobre
él vertemos nuestra bendición salvadora, según decimos:
6La paz de Dios refulge
en mí ahora. 7Que todas las cosas
refuljan sobre mí en esa paz, y que yo las bendiga con la luz que mora en
mí.
LECCIÓN 189 - 8 de julio
Siento el Amor de Dios dentro
de mí ahora.
1. Hay
una luz en ti que el mundo no puede percibir. 2Y con
sus ojos no la podrás ver, pues estás cegado por él. 3No obstante, tienes ojos con los que poder
verla. 4Está ahí
para que la contemples. 5No se
puso en ti para que se mantuviese oculta de tu vista. 6Esta luz es un reflejo del pensamiento con
el que practicamos ahora. 7Sentir
el Amor de Dios dentro de ti es ver el mundo renovado, radiante de Inocencia,
lleno de esperanza y bendecido con perfecta caridad y
amor.
2. ¿Quién
podría sentir temor en un mundo así? 2Dicho
mundo te da la bienvenida, se regocija de que hayas venido y te canta alabanzas
mientras te mantiene a salvo de cualquier peligro o dolor: 3Te ofrece un hogar cálido y tranquilo en el que
permanecer por un tiempo. 4Te
bendice a lo largo del día, y te cuida durante la noche, cual silencioso
guardián de tu sueño santo. 5Ve en ti
la salvación, y protege la luz que mora en ti, en la que ve la suya propia. 6Te ofrece sus flores y su nieve como muestra de
agradecimiento por tu benevolencia.
3. Éste
es el mundo que el Amor de Dios revela. 2Es tan
diferente del mundo que ves a través de los enturbiados ojos de la malicia y del
miedo, que uno desmiente al otro. 3Sólo uno de ellos puede percibirse en
absoluto. 4El otro
no tiene ningún significado. 5A aquellos
que ven surgir del ataque un mundo de odio listo para vengarse, asesinar y
destruir, les resulta inconcebible la idea de un mundo en el que el perdón
resplandece sobre todas las cosas y la paz ofrece su dulce luz a todo el
mundo. .
4. Sin
embargo, el mundo del odio es igualmente invisible e inconcebible para aquellos que
sienten dentro de sí el Amor de Dios. 2Su mundo
refleja la quietud y la paz que refulge en ellos; la tranquilidad y la inocencia
que ven a su alrededor; la dicha con la que miran hacia afuera desde los
inagotables manantiales de dicha en su interior. 3Contemplan lo que han sentido dentro de sí, y
ven su inequívoco reflejo por todas partes.
5. ¿Cuál
de ellos quieres ver? 2Eres
libre de elegir. 3Mas
debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar que tu mente se olvide de ella: contemplarás
aquello que sientas en tu interior. 4Si el
odio encuentra acogida en tu corazón, percibirás un mundo temible, atenazado
cruelmente por las huesudas y afiladas garras de la muerte. 5Mas
si sientes el Amor de Dios dentro de ti, contemplarás un mundo de misericordia
y de amor.
6. Hoy
pasamos de largo las ilusiones, según intentamos llegar hasta lo que es verdad
en nosotros y sentir su infinita ternura, su Amor que sabe que somos tan
perfectos como él mismo, y su visión, el don que su Amor nos ofrece. 2Hoy
aprenderemos el camino, 3el
cual es tan seguro como el Amor mismo, al que nos conduce. 4Pues
su sencillez nos protege de las trampas que las descabelladas complicaciones del
aparente razonar del mundo tienen como propósito
ocultar..
7. Haz
simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos
acerca de lo que tú eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas
aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti
mismo.2Vacía tu mente de todo lo que ella
piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere
digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. 3No
conserves nada. 4No
traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado, ni
ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia, hayas aprendido con
anterioridad. 5Olvídate
de este mundo, olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ve
a tu Dios.
8. ¿No es acaso Él Quien sabe cómo
llegar a ti? 2Tú
no necesitas saber cómo llegar a Él. 3Tu
papel consiste simplemente en permitir que todos los obstáculos que has
interpuesto entre el Hijo y Dios el Padre sean eliminados silenciosamente para
siempre. 4Dios
hará lo que le corresponde hacer en gozosa e inmediata respuesta. 5Pide y recibirás. 6Mas
no vengas con exigencias, ni le señales el camino por donde Él debe aparecer
ante ti. 7La
manera de llegar a Él es simplemente dejando que Él sea lo que es. 8Pues
de esa forma se proclama también tu realidad.
9. Así
pues, hoy no elegiremos el camino por el que vamos a Él. 2Pero sí elegimos dejar que Él venga a
nosotros. 3Y con
esta decisión descansamos. 4Su
Amor se abrirá paso por su cuenta en nuestros corazones serenos y en nuestras
mentes abiertas. 5Es indudable
que lo que no ha sido negado se encuentra ahí, si es que es verdad y puede
alcanzarse. 6Dios
conoce a Su Hijo y sabe cómo llegar a él. 7No
necesita que Su Hijo le muestre el camino. 8A través
de cada puerta abierta Su Amor refulge hacia afuera desde su hogar interno e
ilumina al mundo con inocencia.
10. Padre, no sabemos cómo
llegar a Ti. 2Pero te
hemos llamado y Tú nos has contestado. 3No
interferiremos. 4Los caminos de la
salvación no son nuestros, pues te pertenecen a Ti. 5Y es a Ti a donde vamos
para encontrarlos. 6Nuestras manos están
abiertas para recibir Tus dones. 7No tenemos ningún pensamiento que no
pensemos contigo, ni abrigamos creencia alguna con respecto a lo que somos o a
Quién nos creó. 8Tuyo es el camino que
queremos hallar y seguir. 9Y sólo pedimos que Tu
Voluntad, que también es la nuestra, se haga en nosotros y en el mundo, para
que éste pase a formar parte del Cielo. 10Amén.
LECCIÓN 190 - 9 de julio
Elijo el júbilo de Dios en
lugar del dolor.
1. El
dolor es una perspectiva errónea. 2Cuando
se experimenta en cualquier forma que sea, es señal de que nos hemos engañado a
nosotros mismos. 3El dolor
no es un hecho en absoluto. 4Sea cual
sea la forma que adopte, desaparece una vez que se percibe correctamente. 5Pues el dolor proclama que Dios es cruel. 6¿Cómo podría entonces ser real en cualquiera de
las formas que adopta? 7El dolor
da testimonio del odio que Dios el Padre le tiene a Su Hijo, de la pecaminosidad
que ve en él y de Su demente deseo de venganza y de
muerte.
2. ¿Es
posible acaso dar fe de semejantes proyecciones? 2¿Qué podrían ser sino falsedades? 3El dolor no es sino un testigo de los errores
del Hijo con respecto a lo que él cree ser. 4Es un
sueño de una encarnizada represalia por un crimen que no pudo haberse cometido;
por un ataque contra lo que es completamente inexpugnable. 5Es una pesadilla en la que hemos sido
abandonados por el Amor Eterno, el cual jamás habría podido abandonar al Hijo
que creó como fruto de Su Amor.
3. El
dolor es señal de que las ilusiones reinan en lugar de la verdad. 2Demuestra que Dios ha sido negado, confundido
con el miedo, percibido como demente y considerado como un traidor a Sí
Mismo. 3Si Dios
es real, el dolor no existe. 4Mas si
el dolor es real, entonces es Dios Quien no existe. 5Pues la venganza no forma parte del amor. 6Y el miedo, negando el amor y valiéndose del
dolor para probar que Dios está muerto, ha demostrado que la muerte ha triunfado
sobre la vida. 7El cuerpo
es el Hijo de Dios, corruptible en la muerte y tan mortal como el Padre al que
ha asesinado.
4. ¡Que
la paz ponga fin a semejantes necedades! 2Ha
llegado el momento de reírse de ideas tan absurdas. 3No es necesario pensar en ellas como si fuesen
crímenes atroces o pecados secretos de graves consecuencias. 4¿Quién sino un loco podría pensar que son la
causa de algo? 5Su
testigo, el dolor, es tan demente como ellas, y no se debe tener más miedo de él
que de las dementes ilusiones a las que ampara, y que trata de demostrar que no
pueden sino seguir siendo verdad.
5. Son
únicamente tus pensamientos los que te causan dolor. 2Nada externo a tu mente puede herirte o hacerte
daño en modo alguno. 3No hay
causa más allá de ti mismo que pueda abatirse sobre ti y oprimirte. 4Nadie, excepto tú mismo, puede afectarte. 5No hay nada en el mundo capaz de hacerte
enfermar, de entristecerte o de debilitarte. 6Eres tú el que tiene el poder de dominar todas
las cosas que ves reconociendo simplemente lo que eres. 7Conforme percibas su inocuidad, ellas aceptarán
como suya tu santa voluntad. 8Y lo que
antes inspiraba miedo se convierte ahora en una fuente de inocencia y
santidad.
6. Santo
hermano mío, piensa en esto por un momento: el mundo que ves no hace nada. 2No tiene efectos. 3No es otra cosa que la representación de tus
pensamientos. 4Y será
completamente distinto cuando elijas cambiar de parecer y decidas que lo que
realmente deseas es el júbilo de Dios. 5Tu Ser
se alza radiante en este santo júbilo, inalterado e inalterable por siempre
jamás. 6¿Le
negarías a un pequeño rincón de tu mente su propia herencia y lo conservarías
como hospital para el dolor, como un lugar enfermizo a donde toda cosa viviente
tiene que venir finalmente a morir?
7. Tal
vez parezca que el mundo te causa dolor. 2Sin
embargo, al no tener causa, no tiene el poder de ser la causa de nada. 3Al ser un efecto, no puede producir
efectos. 4Al ser
una ilusión, es lo que tú deseas que sea. 5Tus
vanos deseos constituyen sus pesares. 6Tus
extraños anhelos dan lugar a sus sueños de maldad. 7Tus pensamientos de muerte lo envuelven con
miedo, mientras que en tu benévolo perdón halla vida.
8. El dolor es la forma en que se
manifiesta el pensamiento del mal, causando estragos en tu mente santa. 2El dolor es el rescate que gustosamente has
pagado para no ser libre. 3En el
dolor se le niega a Dios el Hijo que Él ama. 4En el
dolor el miedo parece triunfar sobre el amor, y el tiempo reemplazar a la
eternidad y al Cielo. 5Y el
mundo se convierte en un lugar amargo y cruel, donde reina el pesar y donde los
pequeños gozos sucumben ante la embestida del dolor salvaje que aguarda para
trocar toda alegría en sufrimiento.
9. Rinde
tus armas, y ven sin defensas al sereno lugar donde por fin la paz del Cielo
envuelve todas las cosas en la quietud. 2Abandona todo pensamiento de miedo y de
peligro. 3No
permitas que el ataque entre contigo. 4Depón la
cruel espada del juicio que apuntas contra tu propio cuello, y deja a un lado
las devastadoras acometidas con las que procuras ocultar tu
santidad.
10. Así entenderás que el dolor no
existe. 2Así el
júbilo de Dios se vuelve tuyo. 3Éste es
el día en que te es dado comprender plenamente la lección que encierra dentro
de sí todo el poder de la salvación: el dolor es una ilusión; el júbilo es
real. 4Eldolor
es dormir; el júbilo, despertar. 5El dolor
es un engaño; y sólo el júbilo es verdad.
11. Por
lo tanto, volvemos nuevamente a optar por la única alternativa que jamás se
puede elegir, ya que sólo elegimos entre las ilusiones y la verdad, entre el dolor y el júbilo, entre el
Cielo y el infierno. 2Que la
gratitud hacia nuestro Maestro invada nuestros corazones, pues somos libres de
elegir nuestro júbilo en vez de dolor, nuestra santidad en vez de pecado, la paz
de Dios en vez de conflicto y la luz del Cielo en lugar de las tinieblas del
mundo.
LECCIÓN 191 - 10 de
julio
Soy el santo Hijo de Dios Mismo.
1. He
aquí la declaración de tu liberación de las cadenas del mundo. 2Y he
aquí asimismo la liberación del mundo entero. 3No te das cuenta de lo que has hecho al
asignarle al mundo el papel de carcelero del Hijo de Dios. 4¿Qué podría ser entonces sino un mundo
depravado y temeroso, amedrentado por las sombras, vengativo y salvaje,
desprovisto de razón, ciego y enajenado por el odio?
2. ¿Qué
has hecho para que éste sea tu mundo? 2¿Qué has
hecho para que sea eso lo que ves? 3Niega tu
Identidad, y ése es el resultado. 4Contemplas el caos y proclamas que eso es lo
que tú eres. 5No ves
nada que no dé testimonio de ello. 6No hay
sonido que no te hable de la flaqueza que hay dentro y fuera de ti; ni aliento
que respires que no parezca acercarte más a la muerte; ni esperanza que alientes
que no haya de acabar en llanto.
3. Niega
tu verdadera Identidad y no podrás escaparte de la locura que dio lugar a este
extraño, antinatural y fantasmal pensamiento que se burla de la creación y se
ríe de Dios. 2Niega tu
verdadera Identidad, y te enfrentas al universo solo, sin un amigo: una diminuta
mota de polvo contra legiones de enemigos. 3Niega tu
verdadera Identidad y contemplarás la maldad, el pecado y la muerte, y verás la
desesperanza arrebatarte de las manos todo vestigio de esperanza, dejándote
solamente con ansias de morir.
4. Sin
embargo, ¿qué podría ser esto sino un juego en el que puedes negar tu
Identidad? 2Eres tal
como Dios te creó. 3Creer
cualquier otra cosa es absurdo. 4Con este
solo pensamiento todo el mundo se libera. 5Con esta
sola verdad desaparecen todas las ilusiones. 6Con este solo hecho se proclama que la
impecabilidad es eternamente parte integral de todo, el núcleo central de su
existencia y la garantía de su inmortalidad.
5. Deja
que la idea de hoy encuentre un lugar entre tus pensamientos, y te habrás
elevado muy por encima del mundo, así como por encima de todos los pensamientos
mundanos que lo mantienen prisionero. 2Y desde
este lugar de seguridad y escape retornarás a él y lo liberarás. 3Pues aquel que puede aceptar su verdadera
Identidad realmente se salva. 4Y su
salvación es el regalo que les hace a todos, como muestra de gratitud hacia
Aquel que le mostró el camino a la felicidad que cambió toda su perspectiva
acerca del mundo.
6. Basta
con un solo pensamiento santo como éste para liberarte: tú eres el santo Hijo de
Dios Mismo. 2Y con
este pensamiento santo comprendes asimismo que has liberado al mundo. 3No tienes necesidad de usarlo cruelmente, y
luego percibir esa misma necesidad en él. 4Lo
liberas de tu aprisionamiento. 5No verás
una imagen devastadora de ti mismo vagando por el mundo llena de terror,
mientras que éste se retuerce en agonía porque tus miedos han dejado impreso en
su corazón el sello de la muerte.
7. Alégrate
hoy de cuán fácilmente desaparece el infierno. 2No necesitas más que decirte a ti
mismo:
3Soy
el santo Hijo de Dios Mismo. 4No
puedo sufrir ni sentir dolor; no puedo sufrir pérdidas ni dejar de hacer todo lo
que la salvación me pida.
5Y
con ese pensamiento todo lo que contemples cambiará por
completo.
8. Un
milagro ha iluminado todas las lúgubres y viejas cavernas en las que los ritos
de la muerte reverberaban desde los orígenes del tiempo: 2Pues el tiempo ya no
tiene dominio sobre el mundo. 3El Hijo
de Dios ha venido radiante de gloria a redimir a los que estaban perdidos, a
salvar a los desvalidos y a darle al mundo el regalo de su perdón. 4¿Quién podría ver el mundo como un lugar
siniestro y pecaminoso cuando el Hijo de Dios ha venido por fin a liberarlo
nuevamente?
9. Tú
que te percibes a ti mismo como débil y frágil, lleno de vanas esperanzas y de
anhelos frustrados; nacido sólo para morir, llorar y padecer, escucha esto: se
te ha dado todo poder en la tierra y en el Cielo. 2No hay nada que no puedas hacer.3Juegas el juego de la muerte, el de ser
impotente, el de estar lamentablemente encadenado a la disolución en un mundo
que no tiene misericordia contigo. 4No
obstante, cuándo tengas misericordia con él, su misericordia resplandecerá sobre
ti.
10. Deja
entonces que el Hijo de Dios despierte de su sueño, y que al abrir sus ojos
santos, regrese para bendecir el mundo que él fabricó. 2Éste nació de un error, pero acabará en el
reflejo de la santidad del Hijo de Dios. 3Y éste
dejará de dormir y de soñar con la muerte. 4Únete a
mí hoy. 5Tu
gloria es la luz que salva al mundo. 6No sigas
negándote a conceder la salvación. 7Contempla el mundo que te rodea, y observa el
sufrimiento que se abate sobre él. 8¿No está
acaso dispuesto tu corazón a llevarles descanso a tus fatigados
hermanos?
11. Ellos
tienen que esperar hasta que tú te liberes. 2Permanecen encadenados hasta que tú seas
libre. 3No
pueden ver la misericordia del mundo hasta que tú la encuentres en ti
mismo. 4Sufren
hasta que tú niegues que el dolor te atenaza. 5Mueren hasta que tú aceptes tu propia vida
eterna. 6Eres el
santo Hijo de Dios Mismo. 7Recuerda
esto, y el mundo entero se libera. 8Recuerda
esto, y la tierra y el Cielo son uno.
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