jueves, 12 de junio de 2014

Lecciones 162 a 170 - Un Curso de milagros

LECCIÓN 162 - 11 de junio

Soy tal como Dios me creó.

1. Sólo con que mantuvieses este pensamiento fijo en la mente, el mundo se salvaría. 2Lo repetiremos de vez en cuando, según vayamos alcanzando nuevos niveles en nuestro aprendizaje. 3Y a medida que avances tendrá cada vez más significado para ti. 4Estas palabras son sagradas, pues son las palabras que Dios dio como respuesta al mundo que tú construiste. 5Con ellas éste de­saparece, y todo lo que se ve en sus brumosas nubes y vanas ilusiones se desvanece cuando se pronuncian estas palabras, 6pues proceden de Dios.
2. He aquí la Palabra mediante la cual el Hijo se convirtió en la felicidad de Su Padre, en Su Amor y en Su compleción. 2He aquí donde se proclama la creación y donde se honra tal como es. 3No hay sueño que no se disipe con estas palabras; no hay pensa­miento de pecado o ilusión en dicho sueño que no se desvanezca ante su poder. 4Estas palabras son la trompeta del despertar que resuena por todo el mundo. 5Los muertos despiertan en res­puesta a su llamada. 6Y los que viven y oyen este sonido jamás verán la muerte.
3. Santo es en verdad aquel que hace suyas estas palabras; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día, y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir. 2Sus sueños son felices y su descanso está asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza de perfecta salud porque duerme y despierta con la verdad ante sí en todo momento. 3Salvará al mundo porque le da a éste lo que él mismo recibe cada vez que practica las palabras de la verdad.
4. Nuestra práctica de hoy es muy simple. 2Pues las palabras que utilizamos son poderosas y no necesitan pensamientos adiciona­les para poder producir un cambio en la mente de aquel que las utiliza. 3Este cambio es tan absoluto, que ahora dicha mente se convierte en la tesorería en la que Dios deposita todos Sus dones y todo Su Amor, para que sean distribuidos por todo el mundo, se multipliquen al darse y se conserven intactos porque su com­partir es ilimitado. 4Y así aprendes a pensar con Dios. 5La visión de Cristo ha restaurado tu vista al haber rescatado tu mente.
5. Hoy te honramos a ti. 2Tienes derecho a la perfecta santidad que ahora aceptas. 3Con esta aceptación todo el mundo se salva, pues, ¿quién seguiría abrigando el pecado cuando una santidad como ésta ha bendecido al mundo? 4¿Quién podría desesperarse cuando la perfecta dicha es suya y está al alcance de todos como remedio para el pesar y la miseria, para toda sensación de pér­dida y para escapar totalmente del pecado y la culpabilidad?
6. Y ¿quién no sería ahora un hermano para ti, al ser tú su salva­dor y redentor? 2¿Quién no te abriría su corazón amorosamente, ansioso de unirse a uno que es tan santo como él? 3 eres tal como Dios te creó. 4Estas palabras disipan la noche, y ya no hay más oscuridad. 5La luz ha venido hoy a bendecir el mundo. 6Pues tú has reconocido al Hijo de Dios, y en ese reconocimiento radica el del mundo.

LECCIÓN 163 - 12 de junio

La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre.

1. La muerte es un pensamiento que adopta muchas formas, las cuales a menudo no se reconocen. 2La muerte puede manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira, falta de fe y desconfianza; preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en las que el deseo de ser como no eres pueda venir a tentarte. 3Todos ésos pensamientos no son sino reflejos de la veneración que se le rinde a la muerte como salvadora y portadora de la liberación.
2. En cuanto que encarnación del miedo, anfitrión del pecado, dios de los culpables y señor de toda ilusión y engaño, el pensa­miento de la muerte parece ser muy poderoso. 2Pues parece ence­rrar a todas las cosas vivientes en sus marchitas manos y a todos los deseos y esperanzas en su puño funesto, así como percibir toda meta únicamente a través de sus ojos invidentes. 3Los débi­les, los indefensos, así como los enfermos se postran ante su ima­gen, al pensar que sólo ella es real, inescapable y digna de su confianza. 4Pues la muerte es lo único que inevitablemente lle­gará.
3. Todas las cosas excepto la muerte parecen ser inciertas y per­derse demasiado pronto independientemente de cuán difícil haya sido adquirirlas, aNinguna de ellas parece ofrecernos seguridad con respecto a lo que nos ha de brindar, y son propensas a defrau­dar las esperanzas que una vez nos hicieron abrigar y a dejar tras sí un mal sabor de boca, en lugar de aspiraciones y sueños. 2Pero con la muerte se puede contar. 3Pues vendrá con pasos firmes cuando haya llegado su hora:4Jamás cesará de tomar todo lo que tiene vida como rehén.
4. ¿Te postrarías ante ídolos como éste? 2Aquí la fortaleza y el poderío de Dios Mismo se perciben dentro de un ídolo hecho de barro. 3Aquí se proclama que lo opuesto a Dios es señor de toda la creación, más fuerte que la Voluntad de Dios por lavida, o que la infinitud del amor y la perfecta e inmutable constancia del Cielo. 4Aquí por fin se derrota la Voluntad del Padre y del Hijo; y se entierra bajo la lápida que la muerte ha colocado sobre el cuerpo del santo Hijo de Dios.
5. Impío ahora debido a la derrota, el Hijo de Dios se ha convertido en lo que la muerte quiere hacer de él. 2En su epitafio, que la propia muerte ha escrito, no se menciona su nombre, pues ha pasado a ser polvo. 3En él sólo se menciona lo siguiente: “Aquí yace un testigo de que Dios ha muerto”. 4Y eso es lo que la muerte escribe una y otra vez, mientras sus veneradores asienten, y, postrándose con sus frentes en el suelo, susurran llenas de miedo que así es.
6. Es imposible venerar a la muerte en cualquiera de las formas que adopta, y al mismo tiempo seleccionar unas cuantas que no favoreces y que incluso deseas evitar, mientras sigues creyendo en el resto. 2Pues la muerte es total. 3O bien todas las cosas mueren, o bien todas viven y no pueden morir. 4En esto no hay términos medios. 5Pues aquí nos encontramos de nuevo ante algo que es obvio y que debemos aceptar si queremos gozar de cordura: lo que contradice totalmente un pensamiento no puede ser verdad, a menos que se haya demostrado la falsedad de su opuesto.
7. La idea de que Dios ha muerto es algo tan descabellado que incluso a los dementes les resulta difícil creerlo. 2Pues implica que Dios estuvo vivo una vez y que de alguna manera murió, aparentemente asesinado por aquellos que no querían que sobreviviese. 3Al ser la voluntad de éstos más fuerte, pude vencer a la Suya y, de esta manera, la vida eterna sucumbió ante la muerte. 4Y al morir el Padre, murió también el Hijo.
8. Puede que los que veneran la muerte tengan miedo. 2Sin embargo, ¿pueden ser realmente temibles estos pensamientos? 3Si se diesen cuenta de que eso es lo que creen, se liberarían de inmediato. 4Esto es lo que tú les vas a mostrar hoy. 5La muerte no existe, y renunciamos a ella en todas sus formas, por la salvación de ellos, así como por la nuestra. 6Dios no creo la muerte. 7Cualquier forma que adopte, por lo tanto, tiene que ser una ilusión. 8Ésta es la postura que hoy adoptamos.9Y se nos concede poder mirar allende la muerte, y ver la vida que se encuentra más allá.

9. Padre nuestro, bendice hoy nuestros ojos. 2Somos Tus emisarios, y deseamos contemplar el glorioso reflejo de Tu Amor que refulge en todas las cosas. 3Vivimos y nos movemos únicamente en Ti. 4No estamos separados de Tu vida eterna.5La muerte no existe, pues la muerte no es Tu Voluntad. 6Y moramos allí donde Tú nos ubicaste, en la vida que compartimos Contigo y con toda cosa viviente, para ser como Tú y parte de Ti para siempre. 7Aceptamos Tus Pensamientos como nuestro, y nuestra voluntad es una con la Tuya eternamente. 8Amén.

LECCIÓN 164 - 13 de junio

Ahora somos uno con Aquel que es nuestra Fuente.

1. ¿En qué otro momento sino ahora mismo puede reconocerse la verdad?. 2El presente es el único tiempo que hay. 3Y así, hoy, en este mismo instante, ahora mismo, podemos contemplar lo que se encuentra ahí eternamente, no ante nuestra vista sino ante los ojos de Cristo. 4Él mira más allá del tiempo y ve la eternidad representada allí. 5Él oye los sonidos que engendra el insensato y Él oye el himno del Cielo y la Voz que habla por Dios con más claridad, con más sentido y más de cerca.
2. El mundo desaparece fácilmente ante Su vista. 2Sus sonidos se vuelven más tenues. 3Una melodía procedente de mucho más allá del mundo se vuelve cada vez más clara: una Llamada ancestral a la que Cristo da una respuesta ancestral. 4Tú conocerás tanto una como otra, pues no son sino tu propia respuesta a la Llamada que te hace tu Padre. 5Cristo responde por ti, haciéndose eco de tu Ser, usando tu voz para dar Su jubiloso consentimiento y aceptando tu liberación por ti.
3. ¡Cuán santas son tus prácticas hoy, al darte Cristo Su visión, al oír por ti y al contestar en tu nombre la Llamada que Él oye! 2¡Cuán serenos son los momentos que pasas con Él, más allá del mundo! 3¡Cuán fácilmente te olvidas de todos tus aparentes pecados y dejas de recordar todos tus pesares! 4En este día se dejan de lado las aflicciones, pues a ti, que hoy aceptas los dones que él te da, te resultan claros los sonidos y las vistas procedentes de aquello que está más cerca de ti que el mundo.
4. Hay un silencio que el mundo no puede perturbar. 2Hay una paz ancestral que llevas en tu corazón y que no has perdido. 3Hay en ti una sensación de santidad que el pensamiento de pecado jamás ha mancillado. 4Hoy recordarás todo esto. 5La fe con la  que practiques hoy te aportará recompensas tan grandes y tan radicalmente diferentes de toda las cosas que antes perseguías, que sabrás que ahí está tu tesoro y tu descanso.
5. Éste es el día en que todas las vanas imaginaciones se descorren como si de una cortina se tratase, para revelar lo que se encuentra tras ellas. 2Ahora se hace visible lo que realmente está ahí, mientas que todas las sombras que parecían ocultarlo simplemente se sumergen en la nada. 3Ahora se recupera el equilibrio, y la balanza del juicio se deja en manos de Aquel que juzga correctamente. 4Y mediante Su juicio, se desplegará ante tus ojos un mundo de perfecta inocencia.5Ahora lo contemplarás con los ojos de Cristo. 6Ahora su transformación te resultará evidente.
6. Hermano, éste es un día sagrado para el mundo. 2La visión que se te ha concedido, la cual procede de mucho más allá de todas las cosas del mundo, las contempla ahora bajo una nueva. luz. 3Y lo que ves se convierte en la curación y salvación del mundo. 4Tanto lo valioso como lo insignificante se percibe y se reconoce tal como es. 5Y lo que es digno de tu amor recibe tu amor, y no queda nada que puedas temer.
7. Hoy no juzgaremos. 2No recibiremos sino aquello que nos llega procedente de un juicio que se emitió desde más allá del mundo. 3Nuestras prácticas de hoy se convierten en un regalo de gratitud por nuestra liberación de la ceguera y de la aflicción. 4Todo cuanto veamos no hará sino aumentar nuestra dicha, pues su santidad refleja la muestra. 5Nos alzamos perdonados ante los ojos de Cristo, tal como el mundo se alza perdonado ante los nuestros. 6Bendecimos al mundo alcontemplarlo en la luz en la que nuestro Salvador nos contempla a nosotros, y le ofrecemos la libertad que se nos ha dado a través de Su visión redentora, no a través de la nuestra.
8. Descorre la cortina durante tus prácticas  renunciando simple­mente a todo lo que crees desear. 2Guarda tus frívolos tesoros, y deja un espacio limpio y despejado en tu mente donde Cristo pueda venir a ofrecerte el tesoro de la salvación. 3Élnecesita tu santísima mente para salvar al mundo. 4¿Acaso no es este propósito digno de ser tu objetivo? 5¿No es la visión de Cristo algo digno de procurarse en lugar de todos los objetivos mundanos que no producen ninguna satisfacción?
9. No dejes que este día transcurra sin que los regalos que tiene reservados para ti reciban tu aprobación y aceptación. 2Si los reconoces, podemos cambiar el mundo 3Tal vez no puedas ver el valor que tu aceptación de ellos le ofrece al mundo.4Pero sin duda quieres esto: poder cambiar todo sufrimiento por dicha hoy mismo. 5Practica con fervor y ése será tu regalo. 6¿Iba Dios a engañarte? 7¿Podría dejar Él de cumplir Su promesa? 8¿Le negarías lo poco que te pide cuando Sus Manos le ofrecen a Su Hijo la salvación en su totalidad?

 
LECCIÓN 165 - 14 de junio
Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios.
1. ¿Qué es lo que hace que este mundo parezca real sino tu negación de la verdad que se encuentra más allá de él? 2¿Qué otra cosa sino tus pensamientos de aflicción y de muerte ensombrecen la perfecta felicidad y vida eterna que la Voluntad de tu Padre dispone para ti? 3¿Y qué otra cosa sino las ilusiones podrían ocul­tar lo que no puede ser ocultado? 4¿Qué podría privarte de lo que te pertenece sino tu propia decisión de no verlo, al negar que se encuentra ahí?
2. El Pensamiento de Dios te creó. 2Y no te ha abandonado, ni tú has estado nunca separado de él ni siquiera por un instante. 3Te pertenece. 4Gracias a él vives. 5Es tu Fuente de vida, pues te man­tiene unido a él, y todo es uno contigo porque él jamás te aban­donó. 6El Pensamiento de Dios te protege, cuida de ti, hace que tu lecho sea mullido y allana tu camino, al iluminar tu mente con gozo y amor. 7Tanto la eternidad como la vida eterna refulgen en tu mente porque el Pensamiento de Dios no te ha abandonado y todavía se encuentra en ti.
3. ¿Quién negaría su seguridad, su paz, su alegría, su curación y tranquilidad de espíritu, así como su sereno descanso y apacible despertar, si reconociese dónde se encuentran? 2¿No se prepara­ría de inmediato para salir a su encuentro, abandonando todo lo demás como algo sin valor en comparación? 3Y una vez que los hubiera encontrado, ¿no se aseguraría de que permanecieran con él y él con ellos?
4. No niegues el Cielo. 2Hoy se te concede sólo con que lo pidas. 3No es necesario tampoco que percibas cuán grande es este regalo ni cuánto habrá cambiado tu mente antes de que te llegue. 4Pídelo y se te concederá. 5La convicción radica en él. 6Hasta que no le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la incerti­dumbre. 7Mas Dios es justo. 8No tienes que tener certeza para reci­bir lo que sólo tu aceptación puede otorgar.
5. Pide con fervor. 2No tienes que estar seguro de que lo que estás pidiendo es lo único que deseas. 3Mas cuando lo hayas recibido sabrás que estás en posesión del tesoro que siempre anhelaste. 4¿Por qué otra cosa ibas a querer intercambiarlo? 5¿Qué podría inducirte ahora a dejarlo desaparecer de tu extática visión? 6Pues verlo te demuestra que has cambiado tu ceguera por los ojos videntes de Cristo, y que tu mente ha decidido abandonar la negación y aceptar el Pensamiento de Dios como tu herencia.
6. Y ahora las dudas son cosa del pasado, el final de la jornada es indudable y se te ha concedido la salvación. 2Ahora el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado. 3Pues ahora te cuentas entre los salvadores del mundo. 4Ése es tu único destino. 5¿Consentiría Dios acaso que Su Hijo permaneciese eternamente hambriento por haberse negado a sí mismo el sustento que le es menester para poder vivir? 6La abun­dancia mora en él, y la privación no puede separarlo del Amor vivificante de Dios, ni de su hogar.
7. Practica hoy lleno de esperanza. 2Pues tener esperanzas está ciertamente justificado. 3Tus dudas no tienen sentido, pues Dios goza de perfecta certeza. 4Y el Pensamiento de Él nunca está ausente. 5La certeza no puede sino morar en ti que eres Su anfitrión. 6Este curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre Él y tu cer­teza acerca de Él.
8. Contamos con Dios, no con nosotros mismos, para que nos dé certeza. 2Y en Su Nombre practicamos tal como Su Palabra nos indica que hagamos. 3Su certeza se encuentra tras cada una de nuestras dudas. 4Su Amor, tras cada uno de nuestros temores. 5El Pensamiento de Él todavía se encuentra en nuestras mentes más allá de todo sueño, tal como Su Voluntad dispone.
LECCIÓN 166 - 15 de junio
Se me han confiado los dones de Dios.
1. Se te ha dado todo. 2La confianza que Dios tiene en ti es infi­nita. 3Él conoce a Su Hijo. 4Él da sin hacer excepciones y sin reser­varse nada que pudiera contribuir a tu felicidad. 5Sin embargo, a menos que tu voluntad sea una con la Suya, no podrás recibir Sus dones. 6Mas ¿qué podría hacerte pensar que hay otra voluntad aparte de la Suya?
2. He aquí la paradoja que sirve de fundamento a la fabricación de este mundo. 2Este mundo no es la Voluntad de Dios, por lo tanto, no es real. 3No obstante, aquellos que creen que lo es no pueden sino creer que hay otra voluntad, la cual produce efectos opuestos a los que Él dispone. 4Esto es claramente imposible, mas la mente de aquel que contempla el mundo y lo juzga como real, sólido, digno de confianza y verdadero cree en dos creadores, o mejor dicho en uno: él mismo. 5Mas nunca en un solo Dios.
3. Todo aquel que alberga creencias tan extrañas como éstas no puede aceptar los dones de Dios, 2pues se ve obligado a creer que aceptarlos, por muy evidentes que se vuelvan, por muy grande que sea la urgencia con la que se le exhorta a reclamarlos como propios, es verse presionado a traicionarse a sí mismo. 3Por lo tanto, tiene que negar la existencia de dichos dones, contradecir la verdad y sufrir para preservar el mundo que él mismo construyó.
4. He aquí el único hogar que cree conocer. 2He aquí la única seguridad que cree poder encontrar. 3Sin ese mundo que él mismo construyó se siente como un paria, sin hogar y preso del miedo. 4No se da cuenta de que en ese mundo es donde en verdad es presa del miedo y donde no tiene un hogar; donde es un paria que en su vagar se ha alejado tanto de su hogar, y por tanto tiempo, que no se da cuenta de que se ha olvidado de dónde vino, adónde va, e incluso de quién es en realidad.
5. No obstante, los dones de Dios lo acompañan en su solitario e insensato vagar, aunque él no se dé cuenta. 2No puede perderlos. 3Pero no ve lo que se le ha dado. 4Continúa errante, consciente de la futilidad que le rodea por todas partes, viendo cómo lo poco que tiene no hace sino menguar, conforme él sigue adelante sin ir a ninguna parte. 5Pero aun así, continúa deambulando en la miseria y en la pobreza, solo, aunque Dios está con él, y en posesión de un tesoro tan grande que, ante su magnitud, todo lo que el mundo ofrece no tiene ningún valor.
6. Su aspecto da lástima, está cansado y rendido, viene hara­piento, y los pies están ensangrentados por los abrojos del camino que ha venido recorriendo. 2No hay nadie que no se haya identifi­cado con él, pues todo el que viene aquí ha seguido la misma senda que él recorre, y se ha sentido derrotado y desesperanzado tal como él se siente ahora. 3Mas, ¿es su situación realmente trá­gica, si te percatas de que está recorriendo el camino que él mismo eligió, y que no tiene más que darse cuenta de Quién camina a su lado y abrir sus tesoros para ser libre?
7. Este es el ser que has elegido, el que forjaste para reemplazar a la realidad. 2Éste es el ser que defiendes ferozmente contra toda muestra de razón, toda prueba, así como contra todos los testigos que te pueden demostrar que eso no es lo que tú eres. 3No les haces caso. 4Sigues el camino que te has trazado, cabizbajo, no vaya a ser que captes un atisbo de la verdad, te libres del auto­engaño y quedes en libertad.
8. Te retraes temerosamente no vaya a ser que sientas el toque de Cristo sobre tu hombro y percibas Su amorosa mano apuntando hacia tus dones. 2¿Cómo podrías decir entonces que la pobreza te acompaña en el exilio? 3Él te haría reír de semejante percepción de ti mismo. 4¿Cómo podrías entonces seguir teniendo lástima de ti mismo? 5¿Y qué pasaría entonces con toda la tragedia que pro­curaste para aquel que Dios dispuso que gozase únicamente de dicha?
9. Tu miedo ancestral te ha salido al encuentro ahora, y por fin la justicia ha dado contigo. 2Cristo ha puesto Su mano sobre tu hom­bro, y ya no te sientes solo. 3Piensas incluso que el miserable yo que creíste ser tal vez no sea tu verdadera Identidad. 4Tal vez la Palabra de Dios sea más cierta que la tuya. 5Tal vez los dones que Él te ha dado son reales. 6Tal vez tu plan de mantener a Su Hijo sepultado en el olvido y de seguir por el camino que elegiste reco­rrer separado de tu Ser no lo ha engañado del todo.
10. La Voluntad de Dios no se opone a nada. 2Simplemente es. 3No es a Dios a Quien has aprisionado con tu plan de querer perder tu Ser. 4Él no sabe nada de un plan tan ajeno a Su Voluntad. 5Hubo una necesidad que Él no entendió, y Él simplemente dio una Res­puesta. 6Eso es todo. 7Y tú, a quien se le ha dado esa Respuesta, no tienes necesidad de nada más.
11. Ahora vivimos, pues ahora no podemos morir. 2El deseo de morir ha recibido respuesta, y la vista mediante la cual se contem­plaba a la muerte ha sido sustituida por una visión que percibe que tú no eres lo que pretendes ser. 3Uno que marcha a tu lado le ofrece a cada uno de tus temores esta piadosa respuesta: "Eso no es cierto". 4Cada vez que el pensamiento de pobreza te oprime, Él te recuerda todos los dones que posees, y cuando te percibes solo y atemorizado, te recuerda que Él siempre está a tu lado.
12. Y te recuerda también algo más que tú habías olvidado. 2Pues al tocarte ha hecho que seas igual que Él. 3Los dones que posees no son sólo para ti. 4Ahora tienes que aprender a dar lo que Él vino a ofrecerte. 5Esta es la lección que está implícita en lo que Él da, pues Él te ha salvado de la soledad que quisiste forjar para ocul­tarte de Dios. 6Él te ha recordado todos los dones con los que Dios te bendijo. 7Te habla asimismo de aquello en lo que se ha de con­vertir tu voluntad cuando los aceptes y reconozcas que son tuyos.
13. Los dones de Dios te pertenecen, y se te han confiado para que se los des a todos aquellos que eligen recorrer el solitario camino del que tú te has escapado. 2Ellos no entienden que lo único que están haciendo es ir en pos de sus deseos.3Ahora eres tú quien les tiene que enseñar. 4Pues has aprendido de Cristo que hay otro camino que pueden recorrer. 5Les puedes enseñar esto demos­trándoles la felicidad que colma a aquellos que sienten el toque de Cristo y que reconocen los dones de Dios. 6No permitas que tus pesares te tienten a no ser fiel a tu cometido.
14. Tus suspiros no harían ahora sino truncar las esperanzas de aquellos que cuentan contigo para su liberación. 2Tus lágrimas son las suyas. 3Si enfermas, no haces sino impedir su curación. 4Tus temores no hacen sino enseñarles que los suyos están justifi­cados. 5Tu mano se convierte en la que otorga el toque de Cristo; tu cambio de mentalidad se convierte en la prueba de que quien acepta los dones de Dios jamás puede sufrir por nada. 6Se te ha encomendado liberar al mundo de su dolor.
15. No lo defraudes. 2Conviértete en la prueba viviente de lo que el toque de Cristo puede ofrecerle a todo el mundo. 3Dios te ha confiado Sus dones. 4¡Que tu felicidad dé testimonio de la gran transformación que experimenta la mente que elige aceptarlos y sentir el toque de Cristo! 5Ésa es tu misión ahora. 6Pues Dios les ha encomendado a todos los que reciben Sus dones que a su vez los den. 7Él ha compartido Su gozo contigo. 8Áhora tú vas a com­partirlo con el mundo.

LECCIÓN 167 - 16 de junio

Sólo hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios.
1. No existen diferentes clases de vida, pues la vida es como la verdad. 2No admite grados. 3Es la única condición que todo lo que Dios creó comparte. 4Y al igual que todos Sus Pensamientos, no tiene opuesto. 5La muerte no existe porque lo que Dios creó comparte Su Vida. 6La muerte no existe porque Dios no tiene opuesto. 7La muerte no existe porque el Padre y el Hijo son uno.
2. En este mundo parece haber un estado que es lo opuesto a la vida. 2Tú lo llamas muerte. 3Sin embargo, hemos aprendido que la idea de la muerte adopta muchas formas. 4Es la idea subya­cente a todos los sentimientos que no son de suprema felicidad. 5Es la alarma a la que respondes cuando reaccionas de cualquier forma que no sea con perfecta alegría. 6Todo pesar, sensación de pérdida, ansiedad, sufrimiento y dolor, e incluso el más leve sus­piro de cansancio, cualquier ligera incomodidad o fruncimiento de ceño, dan testimonio de la muerte. 7Por lo tanto, niegan que vives.
3. Tú crees que la muerte es algo que sólo tiene que ver con el cuerpo. 2Sin embargo, es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico. 3Los pensamientos se encuentran en la mente. 4Éstos pueden entonces aplicarse según lo dicte la mente. 5Y es en su punto de origen donde debe efectuarse el cam­bio si es que éste ha de tener lugar. 6Las ideas no abandonan su fuente. 7El énfasis que este curso ha puesto en esta idea se debe al papel central que ocupa en nuestros intentos de que cambies de parecer con respecto a ti mismo. 8Es la razón de que puedas curar. 9Es la causa de la curación. 10Es la razón de que no puedas morir. 11Su veracidad te estableció como uno con Dios.
4. La muerte es el pensamiento de que estás separado de tu Crea­dor. 2Es la creencia de que las condiciones cambian y de que las emociones varían debido a causas que no están bajo tu control, que no son obra tuya y que tú jamás puedes cambiar. 3Es la creen­cia fija de que las ideas pueden abandonar su fuente y adquirir cualidades que ésta no posee, convirtiéndose así en algo dife­rente de su origen, aparte de éste en lo relativo a su naturaleza, así como en lo relativo al tiempo, a la distancia y a la forma.
5. La muerte no puede proceder de la vida. 2Las ideas permane­cen unidas a su fuente. 3Pueden extender todo lo que su fuente contiene. 4En este sentido, pueden ir mucho más allá de sí mis­mas. 5Pero no pueden dar origen a lo que jamás se les dio. 6Tal como fueron concebidas, así será como ellas a su vez conciban. 7Tal como nacieron, así es como darán a luz. 8Y de allí de donde provinieron, allí mismo regresarán.
6. La mente puede pensar que duerme, pero eso es todo. 2No puede cambiar su estado de vigilia. 3No puede hacer un cuerpo, ni tampoco habitar en un cuerpo. 4Lo que es ajeno a la mente no existe porque no tiene una fuente. 5La mente crea todas las cosas que existen, pero no puede otorgarles los atributos que no posee, ni tampoco cambiar su propio estado eterno de plena conciencia. 6No puede dar lugar a lo físico. 7Lo que parece morir no es sino la señal de que la mente está dormida.
7. Lo opuesto a la vida tan sólo puede ser otra forma de vida. 2Como tal, se puede reconciliar con lo que la creó porque no es realmente un opuesto. 3Su forma puede cambiar, así como apa­rentar ser lo que no es. 4Mas la mente es mente, tanto si está des­pierta como dormida. 5No es lo opuesto a nada que ella misma haya creado, ni a lo que parece hacer mientras cree estar dormida.
8. Dios sólo crea mentes despiertas. 2Él no duerme, y Sus creacio­nes no pueden poseer algo que Él no les confiera, ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. 3El pensamiento de muerte no es lo opuesto a los pensamientos de vida.4Libres para siempre de toda oposición, los Pensamientos de Dios son eterna­mente inmutables, y tienen el poder de extenderse inmutable­mente para siempre, aunque dentro de sí mismos, pues son omnipresentes.
9. Lo que parece ser lo opuesto a la vida es meramente un sueño. 2Cuando la mente elige ser lo que no es y asumir un poder que le es ajeno y que no posee, un estado foráneo al que no puede adap­tarse o una condición falsa que no forma parte de su Fuente, simplemente parece que se va a dormir por un rato. 3Y sueña al tiempo: un intervalo en el que lo que parece acontecer en reali­dad nunca ha sucedido, los cambios ocurridos carecen de funda­mento y los acontecimientos que parecen tener lugar no están en ninguna parte. 4Cuando la mente despierta, sencillamente conti­núa siendo como siempre fue.
10. Seamos hoy criaturas de la verdad, y no neguemos nuestro santo patrimonio. 2Nuestra vida no es como nos la imaginamos. 3¿Quién podría cambiar la vida sólo porque cierre los ojos, o porque haga de sí mismo lo que no es al estar dormido y ver en sueños algo opuesto a lo que él es? 4 Hoy no pediremos la muerte en ninguna de sus formas. 5Tampoco dejaremos que ni siquiera por un instante cosas imaginarias que aparentemente se oponen a la vida moren allí donde Dios Mismo estableció el Pensamiento de vida eterna.
11. Hoy procuraremos mantener su santo hogar tal como Él lo esta­bleció y como Su Voluntad dispone que sea eternamente. 2Él es Dueño y Señor de lo que hoy pensamos. 3Y en Sus Pensamientos, que no tienen opuesto, entenderemos que sólo hay una vida, y ésa es la vida que compartimos con Él, con toda la creación, así como con sus pensamientos, los cuales Él creó como una unidad de vida que no puede separarse con la muerte ni abandonar la Fuente de vida de donde provino.
12. Compartimos una sola vida porque tenemos una sola Fuente desde la que nos llega la perfección, la cual permanece por siem­pre en las santas mentes que Él creó perfectas. 2Somos ahora tal como siempre hemos sido y como seremos siempre. 3La mente que duerme no puede sino despertar, según ve su propia perfec­ción reflejando al Señor de la Vida tan perfectamente que se funde con lo que allí se ve reflejado. 4Y ahora ya no es un simple reflejo, 5sino que se convierte en aquello que refleja y en la luz que hace que el reflejo sea posible. 6La visión deja ahora de ser necesaria. 7Pues una mente despierta es aquella que conoce su Fuente, su Ser y su Santidad.

LECCIÓN 168 - 17 de junio
Tu gracia me es dada. La reclamo ahora.
1. Dios nos habla. 2¿No deberíamos nosotros acaso hablarle a Él? 3Dios no es algo distante. 4No trata de ocultarse de nosotros. 5Somos nosotros los que tratamos de ocultarnos de Él, y somos víctimas del engaño. 6Él siempre está enteramente accesible. 7Él ama a su Hijo. 8De nada, excepto de esto se puede estar seguro, pero con eso basta. 9Él amará a su Hijo eternamente. 10Aun cuando su mente duerme, Él lo ama. 11Y cuando su mente despierte, Él lo seguirá amando con un Amor que jamás ha de cambiar.
2. Si supieras el significado de Su Amor, tanto la esperanza como la desesperación serían imposibles. 2Pues toda esperanza queda­ría colmada para siempre y cualquier clase de desesperación sería inconcebible. 3Su gracia es Su respuesta para toda desespe­ración, pues en ella radica el recuerdo de Su Amor. 4¿Cómo no iba Él a proporcionar gustosamente los medios a través de los cuales puede reconocerse Su Voluntad? 5Su gracia es tuya sólo con que la reconozcas. 6Y Su memoria despertará en la mente que le pida los medios a través de los cuales su sueño termina.
3. Hoy le pedimos a Dios el regalo que con más celo ha conser­vado dentro de nuestros corazones, en espera de que se le reco­nozca. 2Se trata del regalo mediante el cual Dios se inclina hasta nosotros y nos eleva, dando así Él Mismo el último paso de la salvación. 3Todos los pasos, excepto éste, los aprendemos siguiendo las instrucciones de Su Voz. 4Pero al final es Él Mismo Quien viene, y tomándonos en Sus Brazos hace que todas las telarañas de nuestro sueño desaparezcan.5Su regalo de gracia es algo más que una simple respuesta, 6pues restaura todas las memorias que la mente que duerme había olvidado y toda la certeza acerca del significado del Amor.
4. Dios ama a Su Hijo. 2Pídele ahora que te proporcione los medios a través de los cuales este mundo desaparece, y primero vendrá la visión, y un instante más tarde, el conocimiento. 3Pues en la gracia ves una luz envolver al mundo con amor, y al miedo borrarse de todos los semblantes conforme los corazones se alzan y reclaman la luz como suya. 4¿Qué queda ahora que pueda demorar al Cielo un sólo instante más? 5¿Qué queda aún por hacer cuando tu perdón descansa sobre todas las cosas?
5. Hoy es un día nuevo y santo, pues recibimos lo que se nos ha dado. 2Nuestra fe radica en el Dador, no en nuestra aceptación. 3Reconocemos nuestros errores, pero Aquel que no sabe de erro­res es Quien ha de responder a ellos, proporcionándonos los medios con los que podemos dejarlos atrás y elevarnos hasta Él con gratitud y amor.
6. Y Él desciende para recibirnos, según nosotros nos acercamos a Él. 2Pues lo que Él nos ha preparado, Él lo da y nosotros lo recibi­mos. 3Tal es Su Voluntad, pues Él ama a Su Hijo. 4A Él elevamos nuestras oraciones hoy, devolviéndole tan sólo la palabra que Él nos dio a través de Su Propia Voz, Su Palabra, Su Amor:
5Tu gracia me es dada. 6La reclamo ahora. 7Padre, vengo a Ti. 8Y Tú vendrás a mí que te lo pido, 9pues soy el Hijo que Tú amas.

LECCIÓN 169 - 18 de junio
Por la gracia vivo. Por la gracia soy liberado.
1. La gracia es el atributo del Amor de Dios que más se asemeja al estado que prevalece en la unidad de la verdad. 2Es la aspiración más elevada que se puede tener en el mundo, pues conduce más allá de él. 3Se encuentra más allá del aprendizaje, aunque es su objetivo, pues la gracia no puede arribar hasta que la mente no se haya preparado a sí misma para aceptarla de verdad. 4La gracia se vuelve inevitable para aquellos que han preparado un altar donde ésta pueda ser dulcemente depositada y gustosamente recibida: un altar inmaculado y santo para este don.
2. La gracia es la aceptación del amor de Dios en un mundo de aparente odio y miedo. 2Sólo mediante la gracia pueden desapa­recer el odio y el miedo, pues la gracia da lugar a un estado tan opuesto a todo lo que el mundo ofrece, que aquellos cuyas men­tes están iluminadas por el don de la gracia no pueden creer que el mundo del miedo sea real.
3. La gracia no es algo que se aprende. 2EI último paso tiene que ir más allá de todo aprendizaje. 3La gracia no es la meta que este curso aspira a alcanzar. 4No obstante, nos preparamos para ella en el sentido de que una mente receptiva puede oír la Llamada a despertar. 5Dicha mente no se ha cerrado completamente a la Voz de Dios. 6Se ha dado cuenta de que hay cosas que no sabe, y, por lo tanto, está lista para aceptar un estado completamente dife­rente de la experiencia con la que se siente a gusto por resultarle familiar.
4. Tal vez parezca que estamos contradiciendo nuestra afirma­ción de que el momento en que la revelación de que el Padre y el Hijo son uno ya se ha fijado. 2Pero hemos dicho también que la mente es la que determina cuándo ha de ocurrir ese momento, y que ya lo ha hecho. 3Te exhortamos, no obstante, a que des testi­monio de la Palabra de Dios para hacer que la experiencia de la verdad llegue más pronto y para acelerar su advenimiento a toda mente que reconozca los efectos de la verdad en ti.
5. La unidad es simplemente la idea de que Dios es. 2Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. 3Ninguna mente contiene nada que no sea Él. 4Decimos "Dios es"; y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido.5No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. 6Se ha unido a su Fuente, 7y al igual que ella, simplemente es.
6. No podemos hablar, escribir, ni pensar en esto en absoluto. 2Pues aflorará en toda mente cuando el reconocimiento de que su voluntad es la de Dios se haya dado y recibido por completo. 3Ello hace que la mente retorne al eterno presente, donde el pasado y el futuro son inconcebibles. 4El eterno presente yace más allá de la salvación; más allá de todo pensamiento de tiempo, de perdón y de la santa faz de Cristo. 5El Hijo de Dios simplemente ha desapa­recido en su Padre, tal como su Padre ha desaparecido en él. 6El mundo jamás ha tenido lugar. 7La eternidad permanece como un estado constante.
7. Esto está más allá de la experiencia que estamos tratando de acelerar. 2No obstante, cuando se enseña y se aprende lo que es el perdón, ello trae consigo experiencias que dan testimonio de que el momento en que la mente misma decidió abandonarlo todo excepto esto, está por llegar. 3No es que realmente lo podamos acelerar, toda vez que lo que vas a ofrecer es algo que simple­mente se había ocultado de Aquel que enseña el significado del perdón.
8. Todo aprendizaje ya se encontraba en Su Mente, consumado y completo. 2Él reconoció todo lo que el tiempo encierra, y se lo dio a todas las mentes para que cada una de ellas pudiera determinar, desde una perspectiva en la que el tiempo ha terminado, cuándo ha de ser liberada para la revelación y la eternidad. 3Hemos repe­tido en varias ocasiones que no haces sino emprender una jornada que ya concluyó.
9. Pues la unidad no puede sino encontrarse aquí. 2Sea cual sea el momento que la mente haya fijado para la revelación ello es com­pletamente irrelevante para lo que no puede sino ser un estado constante, eternamente como siempre ha sido, y como ha de seguir siendo eternamente. 3Nosotros simplemente asumimos el papel que se nos asignó hace mucho, y que Aquel que escribió el guión de la salvación en el Nombre de Su Creador y en el Nombre del Hijo de Su Creador, reconoció como perfectamente realizado. 10. No hay necesidad de clarificar más lo que nadie en el mundo puede entender. 2Cuando la revelación de tu unidad tenga lugar, lo sabrás y lo comprenderás plenamente. 3Pero por ahora es mucho lo que aún nos queda por hacer, pues aquellos que se encuentran en el tiempo pueden hablar de cosas que están más allá de él, y escuchar palabras que explican que lo que ha de venir ha pasado ya. 4Mas ¿qué significado pueden tener dichas palabras para los que todavía se rigen por el reloj, y se levantan, trabajan y se van a dormir de acuerdo con él?
11. Baste, pues, con decir que para desempeñar tu papel es mucho lo que aún te queda por hacer. 2El final seguirá siendo nebuloso hasta que hayas desempeñado por completo tu papel. 3Pero eso no importa, 4pues tu papel sigue siendo el pilar sobre lo que todo lo demás descansa. 5Conforme asumas el papel que se te enco­mendó, la salvación se acercará un poco más a cada corazón incierto cuyo latir no esté aún en sintonía con Dios.
12. El perdón es el eje central de la salvación, pues hace que todos sus aspectos tengan una relación significativa entre sí, dirige su trayectoria y asegura su resultado. 2Y ahora pedimos que se nos conceda la gracia, el último regalo que la salvación puede otor­gar. 3La experiencia que la gracia proporciona es temporal, pues la gracia es un preludio del Cielo, pero sólo reemplaza a la idea de tiempo por un breve lapso.
13. Mas ese lapso es suficiente. 2Pues ahí es donde se depositan los milagros, que tú has de devolver de los instantes santos que reci­bes a través de la gracia que experimentas, a todos los que ven la luz que aún refulge en tu faz. 3¿Qué es la faz de Cristo sino la de aquel que se adentró por un momento en la intemporalidad y al volver trajo consigo -para bendecir al mundo- un claro reflejo de la unidad que experimentó allí? 4¿Cómo podrías llegar a alcan­zarla para siempre, mientras una parte de ti se encuentre afuera, ignorante y dormida, necesitada de que tú des testimonio de la verdad?
14. Siéntete agradecido de poder regresar, de la misma manera en que te alegró ir por un instante, y acepta los dones que la gracia te otorgó. 2Es a ti mismo a quien se los traes. 3Y la revelación no está muy lejos. 4Su llegada es indudable.5Pedimos que se nos conceda la gracia y la experiencia que procede de ella. 6Damos la bienvenida a la liberación que les ofrece a todos. 7No estamos pidiendo lo que no se puede pedir. 8No tenemos nuestras miras puestas en aquello que está más allá de lo que la gracia puede conceder. 9Pues eso lo podemos dar con la gracia que se nos ha concedido.
15. Nuestro objetivo de aprendizaje de hoy no excede lo que expresa esta plegaria. 2Mas ¿qué puede haber en el mundo que sobrepase lo que en este día le pedimos a Aquel que nos concede la gracia que pedimos, tal como se le concedió a Él?
3Por la gracia vivo. 4Por la gracia soy liberado. 5Por la gracia doy. 6Por la gracia he de liberar.

LECCIÓN 170 - 19 de junio

En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
1. Nadie ataca sin la intención de herir. 2En esto no hay excepcio­nes. 3Cuando piensas que atacas en defensa propia estás afir­mando que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. 4Estás afirmando que herir a otro te brinda libertad. 5Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que te encuen­tras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de los asaltos del peligro y del temor.
2. ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! 2Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más rabioso. 3Ésta es la manera de proteger el miedo, no de esca­parse de él. 4Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. 5Y es ésta:
6Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. aY al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. 7Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad.
3. Parece ser un enemigo externo a quien atacas. 2Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento extraño que está en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. 3Pues ahora el amor tiene un "enemigo", un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo defiendas contra la amenaza de lo que realmente eres.
4. Si examinases detenidamente los medios por los que tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te per­catarías de las premisas sobre las que se basa la idea. 2En primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. 3No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división a la que has dado lugar es real.
5. En segundo lugar, los atributos del amor se le confieren a su "enemigo". 2 Pues el miedo se convierte en tu refugio y en el pro­tector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la espe­ranza de poder descansar en una quietud sin sueños. 3Y al así despojar al amor de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. 4Pues el amor te pediría que depusie­ses todas tus defensas por ser éstas meras necedades. 5Y cierta­mente tus armas se desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, 6pues eso es lo que son.
6. Al tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte nece­sariamente en un dios. 2Y los dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. 3A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. 4Pues son sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre justos y misericordiosos.
7. Hoy examinaremos friamente a este dios cruel. 2Y nos daremos cuenta de que aunque sus labios están manchados de sangre y de que de su boca parecen salir llamas, está hecho de piedra. 3No puede hacer nada. 4No tenemos que desafiar su poder, 5pues no tiene ninguno. 6Y quienes ven en él su seguridad, no tienen ni guardián ni fortaleza a los que invocar en caso de peligro, ni ningún poderoso guerrero que salga en su defensa.
8. Este momento puede ser terrible. 2Pero también puede ser el momento en que te emancipas de tu abyecta esclavitud. 3Pues al estar frente a este ídolo y verlo exactamente como es, llevas a cabo una elección. 4¿Vas a restituirle al amor lo que has procu­rado arrebatarle para ponerlo a los pies de ese inanimado bloque de piedra? 5¿O vas a inventar otro ídolo para que lo reemplace? 6Pues el dios de la crueldad adopta muchas formas. 7Siempre es posible encontrar otra.
9. Mas no creas que el miedo es la manera de escapar del miedo. 2Recordemos lo que se ha subrayado en el texto con respecto a los obstáculos que la paz tiene que superar. 3De éstos, el último, el más difícil de creer que en realidad no es nada, si bien aparenta ser un bloque sólido, impenetrable, temible e insuperable, es el miedo a Dios Mismo. 4He aquí la premisa básica que entrona como un dios al pensamiento del miedo. 5Pues el miedo es vene­rado por aquellos que le rinden culto, y el amor parece ahora estar revestido de crueldad.
10. ¿De dónde ha surgido la creencia tan irracional de que hay dioses de venganza? 2El amor no ha confundido sus atributos con los del miedo. 3Mas los que le rinden culto al miedo perciben su propia confusión en el "enemigo" del miedo, y la crueldad de éste como parte del amor. 4¿Y qué podría ser ahora más temible que el Corazón del Amor Mismo? 5Sus labios parecen estar man­chados de sangre y de su boca parece brotar fuego. 6Pero sobre todo, Él es terrible e increíblemente cruel, y siega las vidas de todos aquellos que lo consideran su Dios.
11. No hay duda acerca de la elección que hoy has de llevar a cabo. 2Pues hoy posarás tu mirada por última vez sobre ese bloque de piedra que tú mismo esculpiste, y dejarás de llamarle dios. 3Has llegado hasta este punto antes, pero has elegido que ese dios cruel permanezca contigo en otra forma. 4Y por eso el temor a Dios volvió a apoderarse de ti. 5Pero esta vez lo dejarás allí. 6Y al volver regresarás a un mundo nuevo, aliviado de ese peso; un mundo que no se ve a través de sus ojos ciegos, sino a través de la visión que te ha sido restituida gracias a tu elección.
12. Ahora tus ojos le pertenecen a Cristo y es Él quien mira a tra­vés de ellos. 2Ahora tu voz le pertenece a Dios y se hace eco de la Suya. 3Ahora tu corazón permanecerá en paz para siempre. 4Lo has elegido a Él en lugar de los ídolos, y los atributos con los que tu Creador te bendijo te son por fin restituidos. 5La Llamada a Dios ha sido oída y contestada. 6Ahora el miedo ha dado paso al amor, al Dios Mismo reemplazar la crueldad.
13. Padre, somos como Tú. 2En nosotros no hay crueldad, puesto que en Ti no la hay. 3Tu paz es nuestra. 4Y bendecimos al mundo con lo que hemos recibido exclusivamente de Ti. 5Elegimos una vez más, y elegi­mos asimismo por todos nuestros hermanos, sabiendo que son uno con nosotros. 6Les brindamos Tu salvación tal como la hemos recibido ahora. 7Y damos gracias por ellos que nos completan. 8En ellos vemos Tu gloria y en ellos hallamos nuestra paz. 9Somos santos porque Tu santidad nos ha liberado. 10Y Te damos gracias por ello. 11Amén.

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