martes, 1 de abril de 2014

Lecciones 91 a 100 de Un Curso de Milagros

LECCIÓN 91 - 1* de Abril
Los milagros se ven en la luz.

1. Es importante recordar que los milagros y la visión van nece­sariamente de la mano. 2Esto necesita repetirse una y otra vez. 3Es una de las ideas centrales de tu nuevo sistema de pensa­miento, y de la percepción a la que da lugar. 4El milagro está siempre aquí. 5Tu visión no causa su presencia, ni su ausencia es el resultado de que no veas. 6Es únicamente tu conciencia de los milagros la que se ve afectada.7Los verás en la luz, mas no los verás en la oscuridad.
2. Para ti, pues, la luz es crucial. 2Mientras sigas en la oscuridad no podrás ver el milagro. 3Por lo tanto, estarás convencido de que no está ahí. 4Esto se deriva de las mismas premisas de las que procede la oscuridad. 5Negar la luz hace que te resulte imposi­ble percibirla. 6No percibir la luz es percibir la oscuridad. 7La luz entonces no te sirve de nada, a pesar de que está ahí. 8No la puedes usar porque su presencia te es desconocida. 9Y la apa­rente realidad de la oscuridad hace que la idea de la luz no tenga sentido.
3. Si se te dijera que lo que no ves se encuentra ahí, ello te parece­ría una locura. 2Es muy difícil llegar a convencerse de que lo que en verdad es una locura es no ver lo que se encuentra ahí, y, en su lugar, ver lo que no está ahí. 3Tú no dudas de que los ojos del cuerpo puedan ver. 4No dudas de la realidad de las imágenes que te muestran. 5Tienes absoluta fe en la oscuridad, no en la luz. 6¿Cómo se puede invertir esto?7Tú no lo podrías hacer solo, pero no estás solo en esto.
4. Tus esfuerzos, por insignificantes que sean, están fuertemente respaldados. 2Sólo con que te percatases de cuán grande es esa fortaleza, tus dudas desaparecerían. 3Hoy dedicaremos el día a tratar de que sientas esa fortaleza. 4Cuando hayas sentido la for­taleza que mora en ti, la cual pone fácilmente a tu alcance todos los milagros, dejarás de dudar. 5Los milagros que tu sensación de debilidad ocultan se harán patentes de inmediato en tu concien­cia una vez que sientas la fortaleza que mora en ti.
5. Reserva diez minutos en tres ocasiones hoy para tener un rato de quietud en el que trates de dejar atrás tu debilidad. 2Esto se puede lograr fácilmente si te das instrucciones a ti mismo de que no eres un cuerpo. 3La fe se canaliza hacia lo que deseas, y tú diriges la mente en conformidad con ello. 4Tu voluntad sigue siendo tu maestro, y dispone de toda la fortaleza necesaria para hacer lo que desea. 5Puedes escaparte del cuerpo si así lo decides. 6Puedes experimentar la fortaleza que mora en ti.
6. Comienza las sesiones de práctica más largas con esta declara­ción que entraña una auténtica relación de causa y efecto:

2Los milagros se ven en la luz.
3Los ojos del cuerpo no perciben la luz.
4Mas yo no soy un cuerpo. 5¿Qué soy entonces?

6La pregunta con la que finaliza esta declaración es crucial para los ejercicios de hoy. 7Lo que piensas que eres es una creencia que debe ser erradicada. 8Pero lo que realmente eres es algo que tiene que serte revelado. 9La creencia de que eres un cuerpo necesita ser corregida, ya que es un error. 10La verdad de lo que eres apela a la fortaleza que mora en ti para que lleve a tu conciencia lo que el error oculta.
7. Si no eres un cuerpo, ¿qué eres entonces? 2Necesitas hacerte consciente de lo que el Espíritu Santo utiliza para reemplazar en tu mente la imagen de que eres un cuerpo. 3Necesitas sentir algo en lo que depositar tu fe a medida que la retiras del cuerpo. 4Nece­sitas tener una experiencia real de otra cosa, algo más sólido y seguro; algo más digno de tu fe y que realmente esté ahí.
8. Si no eres un cuerpo, ¿qué eres entonces? 2Hazte esta pregunta honestamente, y dedica después varios minutos a dejar que los pensamientos erróneos que tienes acerca de tus atributos sean corregidos y a que sus opuestos ocupen su lugar. 3Puedes decir, por ejemplo:

4No soy débil, sino fuerte.
5No soy un inútil, sino alguien todopoderoso.
6No estoy limitado, sino que soy ilimitado.
7No tengo dudas, sino seguridad.
8No soy una ilusión, sino algo real.
9No puedo ver en la oscuridad, sino en la luz.

9. En la segunda parte de tu sesión de práctica, trata de experi­mentar estas verdades acerca de ti mismo. 2Concéntrate en espe­cial en la experiencia de fortaleza. 3Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada con la creencia de que eres un cuerpo, la cual es una creencia errónea y no merece que se tenga fe en ella. 4Deja de tener fe en ella, aunque sólo sea por un instante. 5A medida que avancemos te irás acostumbrando a tener fe en lo que es más valioso en ti.
10. Relájate durante el resto de la sesión de práctica, confiando en que tus esfuerzos, por insignificantes que sean, tienen todo el res­paldo de la fortaleza de Dios y de todos Sus Pensamientos. 2De Ellos es de donde procederá tu fortaleza. 3A través de Su fuerte respaldo es como sentirás la fortaleza que mora en ti. 4Dios y todos Sus Pensamientos se unen a ti en esta sesión de práctica, en la que compartes un propósito semejante al de Ellos. 5De Ellos es la luz en la que verás milagros porque Su fortaleza es tuya. 6Su fortaleza se convierte en tus ojos para que puedas ver.
11. Cinco o seis veces por hora, a intervalos razonablemente regu­lares, recuérdate a ti mismo que los milagros se ven en la luz. 2Asegúrate también de hacerle frente a cualquier tentación con la idea de hoy. 3La siguiente variación podría resultarte útil para este propósito especial:

4Los milagros se ven en la luz.
5No voy a cerrar los ojos por causa de esto.

LECCIÓN 92 - 2 de abril

Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.

1. La idea de hoy es una ampliación de la anterior. 2No asocias la luz con la fortaleza ni la oscuridad con la debilidad. 3Ello se debe a que tu idea de lo que significa ver está vinculada al cuerpo, a sus ojos y a su cerebro. 4De ahí que creas que puedes cambiar lo que ves poniendo trocitos de vidrio delante de tus ojos. 5Ésta es una de las muchas creencias mágicas que proceden de tu convicción de que eres un cuerpo y de que los ojos del cuerpo pueden ver.
2. Crees también que el cerebro puede pensar. 2Si comprendieses la naturaleza del pensamiento, no podrías por menos que reírte de esta idea tan descabellada. 3Es como si creyeses que eres tú el que sostiene el fósforo que le da al sol toda su luz y todo su calor; o quien sujeta al mundo firmemente en sus manos hasta que deci­das soltarlo. 4Esto, sin embargo, no es más disparatado que creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el cerebro puede pensar.
3. La fortaleza de Dios que mora en ti es la luz en la que ves, de la misma manera como es Su Mente con la que piensas. 2Su forta­leza niega tu debilidad. 3Y es ésta la que ve a través de los ojos del cuerpo, escudriñando la oscuridad para contemplar lo que es semejante a ella misma: los mezquinos y los débiles, los enfer­mizos y los moribundos; los necesitados, los desvalidos y los amedrentados; los afligidos y los pobres, los hambrientos y los melancólicos. 4Esto es lo que se ve a través de los ojos que no pueden ver ni bendecir.
4. La fortaleza pasa por alto todas estas cosas al mirar más allá de las apariencias. 2Mantiene su mirada fija en la luz que se encuen­tra más allá de ellas. 3Se une a la luz de la que forma parte. 4Se ve a sí misma. 5Te brinda la luz en la que tu Ser aparece. 6En la oscuridad percibes un ser que no existe. 7La fortaleza es lo que es verdad con respecto a ti, mas la debilidad es un ídolo al que se honra y se venera falsamente a fin de disipar la fortaleza y permi­tir que la oscuridad reine allí donde Dios dispuso que hubiese luz.
5. La fortaleza procede de la verdad, y brilla con la luz que su Fuente le ha otorgado; la debilidad refleja la oscuridad de su hacedor. 2Está enferma, y lo que ve es la enfermedad, que es como ella misma. 3La verdad es un salvador, y su voluntad es que todo el mundo goce de paz y felicidad. 4La verdad le da el caudal ilimi­tado de su fortaleza a todo aquel que la pide. 5Reconoce que si a alguien le faltase algo, les faltaría a todos. 6Y por eso imparte su luz, para que todos puedan ver y beneficiarse cual uno solo. 7Todos comparten su fortaleza, de manera que ésta pueda brin­darles a todos el milagro en el que ellos se unirán en propósito, perdón y amor.
6. La debilidad, que mira desde la oscuridad, no puede ver pro­pósito alguno en el perdón o en el amor. 2Ve todo lo demás como diferente de ella misma, y no ve nada en el mundo que quisiera compartir. 3Juzga y condena, pero no ama. 4Permanece en la os­curidad para ocultarse, y sueña que es fuerte y victoriosa, vence­dora de limitaciones que no hacen sino crecer descomunalmente en la oscuridad.
7. La debilidad se teme, se ataca y se odia a sí misma, y la oscuri­dad cubre todo lo que ve, dejándole sus sueños que son tan temi­bles como ella misma. 2Ahí no encontrarás milagros sino odio. 3La debilidad se separa de lo que ve, mientras que la luz y la fortaleza se perciben a sí mismas cual una sola. 4La luz de la fortaleza no es la luz que tú ves. 5No cambia, ni titila hasta finalmente extin­guirse. 6No cambia cuando la noche se convierte en día, ni se con­vierte en oscuridad hasta que se hace de día otra vez.
8. La luz de la fortaleza es constante, tan segura como el amor y eternamente feliz de darse a sí misma, ya que no puede sino darse a lo que es ella misma. 2Nadie que pida compartir su visión lo hace en vano, y nadie que entre en su morada puede partir sin un milagro ante sus ojos y sin que la fortaleza y la luz moren en su corazón.
9. La fortaleza que mora en ti te ofrecerá luz y guiará tu visión para que no habites en las vanas sombras que los ojos del cuerpo te proveen a fin de que te engañes a ti mismo. 2La fortaleza y la luz se unen en ti, y ahí donde se unen, tu Ser se alza presto a recibirte como Suyo. 3Tal es el lugar de encuentro que hoy trata­remos de hallar para descansar en él, pues la paz de Dios está ahí donde tu Ser, Su Hijo, aguarda ahora para encontrarse Consigo Mismo otra vez y volver a ser uno.
10. Dediquemos veinte minutos en dos ocasiones hoy a estar pre­sentes en ese encuentro. 2Déjate conducir ante tu Ser. 3Su fortaleza será la luz en la que se te concederá el don de la visión. 4Deja atrás hoy la oscuridad por un rato, y practica ver en la luz, cerrando los ojos del cuerpo y pidiéndole a la verdad que te muestre cómo hallar el lugar de encuentro entre el ser y el Ser, en el que la luz y la fortaleza son una.
11. Así es como practicaremos mañana y noche. 2Después de la reunión de por la mañana, usaremos el día para prepararnos para la de por la noche, cuando nuevamente nos volveremos a reunir en confianza.3Repitamos la idea de hoy tan a menudo como sea posible, y reconozcamos que es un preludio a la visión y que se nos está llevando de las tinieblas a la luz donde única­mente pueden percibirse milagros.

LECCIÓN 93 - 3 de abril
La luz, la dicha y la paz moran en mí.

1. Crees ser la morada del mal, de las tinieblas y del pecado. 2Piensas que si alguien pudiese ver la verdad acerca de ti sentiría tal repulsión que se alejaría de ti como si de una serpiente vene­nosa se tratase.3Piensas que si la verdad acerca de ti te fuese revelada, te sobrecogería un horror tan grande que te apresura­rías de inmediato a quitarte la vida, pues sería imposible seguir viviendo después de haber contemplado semejante atrocidad.
2. Estas creencias están tan firmemente arraigadas en ti que resulta difícil hacerte entender que no tienen fundamento alguno. 2Que has cometido errores es obvio. 3Cierto es también, teniendo en cuenta lo que ahora crees, que has buscado la salvación por extra­ños caminos; que te has dejado engañar y que a tu vez has enga­ñado; que has tenido miedo de fantasías pueriles y de sueños crueles y que te has postrado ante ídolos de polvo.
3. Hoy vamos a poner en tela de juicio todo esto, no desde el punto de vista de lo que piensas, sino desde un punto de referen­cia muy distinto, desde el cual tales pensamientos vanos carecen de sentido. 2Esos pensamientos no concuerdan con la Voluntad de Dios. 3Él no comparte contigo estas extrañas creencias. 4Esto es suficiente para probarte que son erróneas, pero tú no te das cuenta de ello.
4. ¿Por qué no habrías de dar saltos de alegría cuando se te ase­gura que todo el mal que crees haber hecho nunca ocurrió; que todos tus pecados no son nada; que sigues siendo tan puro y santo como fuiste creado, y que la luz, la dicha y la paz moran en ti? 2La imagen que tienes de ti mismo no puede resistir la Volun­tad de Dios. 3Tú piensas que eso es la muerte, sin embargo, es la vida. 4Tú piensas que se te está destruyendo, sin embargo, se te está salvando.
5. El ser que tú fabricaste no es el Hijo de Dios. 2Por lo tanto, no existe en absoluto. 3Y todo lo que aparentemente hace o piensa carece de significado. 4No es bueno ni malo. 5Es simplemente irreal; nada más.6No batalla con el Hijo de Dios. 7No le hace daño ni ataca su paz. 8No ha alterado la creación en absoluto, ni ha convertido la eterna impecabilidad en pecado, o el amor en odio. 9¿Qué poder puede poseer ese ser que tú fabricaste, cuando lo que hace es contradecir la Voluntad de Dios?
6. Tu impecabilidad está garantizada por Dios. 2Esto tiene que repetirse una y otra vez, hasta que se acepte. 3Es la verdad. 4Tu impecabilidad está garantizada por Dios. 5Nada puede afectarla, y nada puede cambiar lo que Dios creó eterno. 6El ser que tú fabri­caste, lleno de maldad y de pecado, no es nada. 7Tu impecabilidad está garantizada por Dios, y la luz, la dicha y la paz moran en ti.
7. La salvación requiere que aceptes un solo pensamiento: que eres tal como Dios te creó, y no lo que has hecho de ti mismo. 2Sea cual sea el mal que creas haber hecho, eres tal como Dios te creó. 3Sean cuales sean los errores que hayas cometido, la verdad con respecto a ti permanece inalterada. 4La creación es eterna e inalterable. 5Tu impecabilidad está garantizada por Dios. 6Eres, y siempre serás, exactamente como fuiste creado. 7La luz, la dicha y la paz moran en ti porque ahí las puso Dios.
8. En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy, las cuales serían más provechosas si las llevases a cabo durante los prime­ros cinco minutos de cada hora de vigilia, comienza afirmando la verdad acerca de tu creación:

2La luz, la dicha y la paz moran en mí.
3Mi impecabilidad está garantizada por Dios.

4Luego deja a un lado las disparatadas imágenes que tienes de ti mismo, y pasa el resto de la sesión de práctica tratando de experi­mentar lo que Dios te ha dado, en lugar de lo que tú has decre­tado para ti mismo.
9. Pues o bien eres lo que Dios creó, o bien lo que tú mismo has hecho de ti. 2Un Ser es real; el otro no existe. 3Trata de experimen­tar la unidad de tu único Ser. 4Trata de apreciar Su santidad y el Amor del que fue creado. 5Trata de no ser un obstáculo para el Ser que Dios creó como lo que tú eres, ocultando Su majestad tras los insignificantes ídolos de maldad y de pecado que has inven­tado para reemplazarlo.6Permítele venir ahí donde le corres­ponde estar. 7Ahí estás tú; Eso es lo que eres. 8Y la luz, la dicha y la paz moran en ti porque esto es así.
10. Tal vez no estés dispuesto o no puedas dedicar los primeros cinco minutos de cada hora a hacer estos ejercicios. 2Trata, no obstante, de hacerlos cuando puedas. 3Acuérdate por lo menos de repetir estos pensamientos cada hora:

4La luz, la dicha y la paz moran en mí.
5Mi impecabilidad está garantizada por Dios.

6Trata luego de dedicar un minuto más o menos, con los ojos cerrados, a cobrar conciencia de que se trata de una afirmación de la verdad acerca de ti.
11. Si surge alguna situación que parezca perturbarte, desvanece la ilusión de miedo de inmediato, repitiendo de nuevo estos pen­samientos. 2Si te sientes tentado de enfadarte con alguien, dile silenciosamente:

3La luz, la dicha y la paz moran en ti.
4Tu impecabilidad está garantizada por Dios.

5Hoy puedes hacer mucho por la salvación del mundo. 6Hoy pue­des hacer mucho por desempeñar más fielmente el papel que Dios te ha asignado en la salvación. 7Y hoy puedes asimismo hacer mucho por convencer a tu mente de que la idea de hoy es en efecto la verdad.

LECCIÓN 94 - 4 de abril

Soy tal como Dios me creó.

1. Hoy continuamos con la idea que nos brinda total salvación; la afirmación que hace que toda forma de tentación sea impotente; el pensamiento que silencia al ego y lo desarma por completo. 2Eres tal como Dios te creó. 3Esta idea acalla todos los sonidos de este mundo, hace que sus vistas desaparezcan y borra para siempre todos los pensamientos que él jamás haya tenido. 4Con esta idea se alcanza la salvación. 5Con esta idea se restaura la cordura.
2. La verdadera luz es fortaleza, y la fortaleza es impecabilidad. 2Si sigues siendo tal como Dios te creó, tienes que ser fuerte, y la luz tiene que encontrarse en ti. 3Aquel que se aseguró de que fueses impecable, tiene que ser necesariamente la garantía de tu fortaleza y tu luz. 4Eres tal como Dios te creó. 5Las tinieblas no pueden ensombrecer la gloria del Hijo de Dios. 6Te encuentras en la luz, firme en la impecabilidad en la que fuiste creado y en la que permanecerás por toda la eternidad.
3. Hoy volveremos a dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a intentar sentir la verdad que se encuentra en ti. 2Comienza estos períodos de búsqueda con estas palabras:

3Soy tal como Dios me creó.
4Soy Su Hijo eternamente.

5Trata ahora de llegar hasta el Hijo de Dios en ti. 6Éste es el Ser que jamás pecó ni forjó una imagen para reemplazar a la reali­dad. 7Éste es el Ser que jamás abandonó Su morada en el seno de Dios para irse a deambular por el mundo. 8Éste es el Ser que no conoce el miedo, ni puede concebir lo que es la pérdida, el sufri­miento o la muerte.
4. Para alcanzar este objetivo no se requiere nada de ti, excepto que dejes a un lado todos los ídolos e imágenes de ti mismo, que vayas más allá de todos los atributos tanto buenos como malos que te hayas adjudicado a ti mismo y que aguardes la verdad con queda expectación. 2Dios Mismo ha prometido que ésta le será revelada a todo aquel que la pida. 3Tú la estás pidiendo ahora. 4No puedes fracasar porque Él no puede fracasar.
5. Si no cumples con el requisito de practicar durante los primeros cinco minutos de cada hora, por lo menos recuerda decirte a ti mismo una vez por hora:

2Soy tal como Dios me creó.
3Soy Su Hijo eternamente.

4Repite hoy frecuentemente para tus adentros que eres tal como Dios te creó. 5Y asegúrate de responder a cualquier persona que parezca irritarte con estas palabras:

6Eres tal como Dios te creó.
7Eres Su Hijo eternamente.

8Haz todo lo posible hoy por llevar a cabo los ejercicios que se deben hacer cada hora. 9Cada sesión de práctica será un paso gigantesco hacia tu liberación, y un hito en el proceso de apren­der el sistema de pensamiento que este curso postula.

LECCIÓN 95 - 5 de abril

Soy un solo Ser, unido a mi Creador.

1. La idea de hoy te describe exactamente tal como Dios te creó. 2Eres uno solo contigo mismo y uno solo con Él. 3Tuya es la uni­dad de toda la creación. 4Tu perfecta unidad hace que cualquier cambio en ti sea imposible. 5No aceptas esto, ni te das cuenta de que no puede sino ser verdad, debido únicamente a que crees que ya has efectuado un cambio en ti.
2. Crees ser una ridícula parodia de la creación de Dios: débil, perverso, lleno de fealdad y de pecado, abatido por la miseria y agobiado por el dolor. 2Tal es la versión que tienes de ti mismo: un ser dividido en muchas partes conflictivas y separadas de Dios que a duras penas se mantienen unidas por su errático y capri­choso hacedor, a quien rezas. 3Él no oye tus rezos, pues es sordo. 4No ve tu unidad, pues es ciego.5No entiende que tú eres el Hijo de Dios, pues es insensato y no comprende nada.
3. Hoy trataremos de ser conscientes únicamente de lo que puede oír y ver, y tiene perfecto sentido. 2Una vez más, la meta de nues­tros ejercicios será llegar hasta tu único Ser, el Cual está unido a Su Creador.3Lleno de paciencia y esperanza, hoy volveremos a tratar de llegar hasta Él.
4. Dedicar los primeros cinco minutos de cada hora de vigilia a practicar la idea del día te ofrece ciertas ventajas en la etapa de aprendizaje en la que te encuentras ahora. 2Es muy difícil a estas alturas evitar que la mente divague si se la somete a largos perío­dos de práctica. 3Seguramente ya te habrás percatado de esto. 4Has visto cuán grande es tu falta de disciplina mental y la nece­sidad que tienes de entrenar a tu mente. 5Es necesario que reco­nozcas esto, pues ciertamente es un obstáculo para tu progreso.
5. Las sesiones de práctica más cortas y más frecuentes te ofrecen otras ventajas en este momento. 2Además de haber reconocido cuán difícil te resulta mantener tu atención fija por largos interva­los, tienes también que haber notado que, a no ser que se te recuerde frecuentemente tu propósito, tiendes a olvidarte de él por largos períodos de tiempo. 3A menudo te olvidas de llevar a cabo las aplicaciones cortas de la idea del día, y aún no has for­mado el hábito de utilizar la idea como respuesta automática a cualquier tentación.
6. Es necesario, pues, que, a estas alturas, dispongas de cierta estructura en la que se incluyen recordatorios frecuentes de tu objetivo e intentos regulares de alcanzarlo. 2La regularidad en cuanto al horario, no es el requisito ideal para la forma más bene­ficiosa de practicar la salvación. 3Es algo ventajoso, no obstante, para aquellos cuya motivación es inconsistente y cuyas defensas contra el aprendizaje son todavía muy fuertes.
7. Continuaremos, por lo tanto, con nuestras sesiones de práctica de cinco minutos cada hora por algún tiempo, y se te exhorta a que omitas las menos posibles. 2Utilizar los primeros cinco minu­tos de cada hora te resultará especialmente útil, ya que ello impone una estructura más firme. 3No obstante, no utilices tus desviaciones de este horario como una excusa para no volver a adherirte a él tan pronto como puedas.4Puede que te sientas ten­tado de considerar el día como perdido simplemente porque dejaste de hacer lo que se requería de ti. 5Esto, no obstante, se debe reconocer sencillamente como lo que es: una renuencia por tu parte a permitir que el error sea corregido y una falta de buena voluntad para tratar de nuevo.
8. Tus errores no pueden hacer que el Espíritu Santo se demore en impartir Sus enseñanzas. 2Sólo tu renuencia a desprenderte de ellos puede hacerlo. 3Resolvamos, por consiguiente, especial­mente durante los próximos siete u ocho días, estar dispuestos a perdonarnos a nosotros mismos nuestra falta de diligencia y el no seguir al pie de la letra las instrucciones que se nos dan para prac­ticar la idea del día. 4Esta tolerancia con la debilidad nos permitirá pasarla por alto, en lugar de otorgarle el poder de demorar nues­tro aprendizaje. 5Si le otorgarnos ese poder, creeremos que es for­taleza, y estaremos confundiendo la fortaleza con la debilidad.
9. Cuando no cumples con los requisitos de este curso, estás sim­plemente cometiendo un error. 2Y lo único que ello requiere es corrección. 3Permitir que el error siga repitiéndose es cometer errores adicionales, que se basan en el primero y que lo refuer­zan. 4Éste es el proceso que debes dejar a un lado, pues no es sino otra manera de defender las ilusiones contra la verdad.
10. Deja atrás todos estos errores reconociéndolos simplemente como lo que son: 2intentos de mantener alejado de tu conciencia el hecho de que eres un solo Ser, unido a tu Creador, uno con cada aspecto de la creación y dotado de una paz y un poder infinitos. 3Esto es la verdad y nada más lo es. 4Hoy volveremos a afirmar esta verdad y a tratar de llegar a aquel lugar en ti donde no existe la menor duda de que sólo eso es verdad.
11. Comienza las sesiones de práctica de hoy con la siguiente garantía y ofrécesela a tu mente con toda la certeza de que pue­das hacer acopio:

2Soy un solo Ser, unido a mi Creador, uno con cada aspecto de la creación, dotado de una paz y un poder infinitos.

3Luego cierra los ojos y repítela otra vez para tus adentros, lenta­mente y a conciencia, tratando de dejar que el significado de las palabras penetre en tu mente y reemplace todas tus ideas falsas:

4Soy un solo Ser.

5Repite esto varias veces y luego trata de experimentar lo que las palabras quieren decir.
12. Eres un solo Ser, unificado y a salvo en la luz, la dicha y la paz. 2Eres el Hijo de Dios, un solo Ser, con un solo Creador y un solo objetivo: brindar a todas las mentes la conciencia de esta unidad, de manera que la verdadera creación pueda extender la Totali­dad y Unidad de Dios. 3Eres un solo Ser, completo, sano y pleno, con el poder de levantar el velo de tinieblas que se abate sobre el mundo y dejar que la luz que mora en ti resplandezca a fin de enseñarle a éste la verdad de lo que eres.
13. Eres un solo Ser, en perfecta armonía con todo lo que existe y con todo lo que jamás existirá. 2Eres un solo Ser, el santo Hijo de Dios, unido a tus hermanos en ese Ser y unido a tu Padre en Su Voluntad.3Siente a este único Ser en ti, y deja que Su resplandor disipe todas tus ilusiones y dudas. 4Éste es tu Ser, el Hijo de Dios Mismo, impecable como Su Creador, Cuya fortaleza mora en ti y Cuyo Amor es eternamente tuyo. 5Eres un solo Ser, y se te ha concedido poder sentir este Ser dentro de ti y expulsar todas tus ilusiones fuera de la única Mente que es ese Ser, la santa verdad en ti.
14. No te olvides hoy. 2Necesitamos tu ayuda, el pequeño papel que te corresponde desempeñar para brindar felicidad a todo el mundo. 3Y el Cielo te contempla sabiendo que hoy vas a inten­tarlo. 4Comparte, por lo tanto, su certeza con él, pues es tuya. 5Mantente alerta. 6No te olvides hoy. 7Recuerda tu objetivo a lo largo del día. 8Repite la idea de hoy tan a menudo como puedas, comprendiendo que cada vez que lo haces, alguien oye la voz de la esperanza, el alborear de la verdad en su mente y el sereno batir de las alas de la paz.
15. Tu propio reconocimiento de que eres un solo Ser, unido a tu Padre, es un llamamiento a todo el mundo para que se una a ti. 2Asegúrate de extender la promesa de la idea de hoy a todo aquel con quien te encuentres en este día diciéndole:

3Tú y yo somos un solo Ser, unidos con nuestro Creador en este Ser.
4Te honro por razón de lo que soy, y de lo que es Aquel que nos ama a ambos cual uno solo.


 
LECCIÓN 96 - 6 de abril

La salvación procede dé mi único Ser.

1. Aunque eres un solo Ser, te percibes a ti mismo como si fueses dos: bueno y malo, lleno de amor y lleno de odio, mente y cuerpo. 2Esta sensación de estar dividido en dos estados opuestos da lugar a un constante y agudo conflicto, y conduce a desesperados inten­tos de reconciliar los aspectos contradictorios de esa auto-percep­ción. 3Has buscado muchas de estas soluciones reconciliatorias, pero ninguna de ellas te ha dado resultado. 4Los opuestos que percibes en ti jamás serán compatibles. 5Tan sólo uno de ellos existe.
2. Si has de salvarte, tienes que aceptar el hecho de que, por mucho que lo intentes, la verdad y lo ilusorio no pueden reconci­liarse, independientemente de los medios que utilices o de dónde percibas el problema. 2Hasta que no aceptes esto, irás en pos de un sinnúmero de metas irrealizables, desperdiciarás el tiempo, tus esfuerzos serán en vano, fluctuarás entre la esperanza y la duda, y cada intento será tan fútil como el anterior y tan inútil como sin duda alguna habrá de ser el siguiente.
3. Los problemas que no tienen sentido no se pueden resolver dentro del marco en que se han planteado. 2Dos seres en conflicto supone una condición que no se puede resolver, y no puede haber tampoco un punto de encuentro entre el bien y el mal.3El ser que tú fabricaste jamás podrá ser tu Ser, ni tampoco puede tu Ser divi­dirse en dos y seguir siendo lo que es y lo que no puede sino ser eternamente. 4Una mente y un cuerpo no pueden ambos coexistir. 5No trates de reconciliarlos, pues cada uno de ellos niega que el otro sea real. 6Si eres lo físico, tu mente desaparece del concepto que tienes de ti mismo, pues no tiene un lugar en el que realmente pueda ser parte de ti. 7Si eres espíritu, el cuerpo es entonces el que no tiene ningún sentido en tu realidad.
4. La mente es el medio del que el espíritu se vale para expresarse a Sí Mismo. 2Y la mente que sirve al espíritu está en paz y llena de gozo. 3Deriva su poder del espíritu y desempeña gustosamente su función aquí. 4La mente puede, por otro lado, verse también a sí misma como divorciada del espíritu y percibirse como dentro de un cuerpo al que confunde consigo misma. 5Sin su función, pues, no tiene paz, y la felicidad se vuelve algo ajeno a su pensamiento.
5. Mas una mente separada del espíritu no puede pensar. 2Ha negado la Fuente de su fortaleza, y se considera a sí misma des­valida, limitada y débil. 3Desasociada ahora de su función, cree estar sola y separada, atacada por ejércitos que se organizan con­tra ella; cree asimismo estar oculta en la frágil estructura del cuerpo. 4Ahora tiene que reconciliar lo que es diferente con lo que es lo mismo, pues para eso es para lo que piensa que es.
6. No pierdas más tiempo en esto. 2¿Quién puede resolver los insensatos conflictos que los sueños presentan? 3¿Qué significado podría tener en verdad su resolución? 4¿Qué objeto tendría? 5¿De qué serviría? 6La salvación no puede hacer que las ilusiones sean reales, ni tampoco resolver un problema que no existe. 7Tal vez albergas la esperanza de que puede. 8Mas ¿querrías que el plan de Dios para la liberación de Su amado Hijo le causase dolor a éste y además no lo liberase?
7. Tu Ser aún conserva Sus pensamientos, los cuales permanecen dentro de tu mente y en la Mente de Dios. 2El Espíritu Santo con­serva la salvación en tu mente y le ofrece el camino de la paz. 3La salvación es un pensamiento que compartes con Dios porque Su Voz lo aceptó por ti y respondió en tu nombre que se había consu­mado. 4De esta manera, la salvación está salvaguardada entre los pensamientos que tu Ser aprecia y abriga por ti con amor.
8. Hoy intentaremos localizar este pensamiento, cuya presencia en tu mente está garantizada por Aquel que te habla desde tu único Ser. 2Nuestras prácticas de cinco minutos cada hora estarán dedicadas a buscar este Ser en tu mente. 3La salvación procede de Él a través de Aquel que es el puente entre tu mente y Él. 4Espera pacientemente y deja que Él te hable acerca de tu Ser y de lo que tu mente puede hacer una vez que haya sido restituida a Éste y se encuentre libre para servir Su Voluntad.
9. Comienza diciendo lo siguiente:

2La salvación procede de mi único Ser.
3Sus pensamientos están a mi disposición.

4Luego busca Sus pensamientos, y reclámalos como tuyos. 5Son tus pensamientos reales, los cuales has negado mientras dejabas que tu mente vagase por un mundo de sueños en busca de ilusio­nes que los sustituyesen. 6He aquí tus pensamientos, los únicos que tienes. 7La salvación se encuentra entre ellos. aHállala allí.
10. Si tienes éxito, los pensamientos que se te ocurran te dirán que te has salvado y que tu mente ha encontrado la función que pro­curó perder. 2Tu Ser le dará la bienvenida y la colmará de paz. 3Una vez que su fortaleza haya sido restaurada, tu mente podrá fluir de nuevo desde su espíritu al espíritu de todas las cosas creadas por el Espíritu a semejanza de Sí Mismo. 4Tu mente ben­decirá todas las cosas. 5Una vez que la confusión haya cesado, quedarás restaurado, pues habrás hallado tu Ser.
11. Tu Ser sabe que hoy no puedes fracasar. 2Tal vez tu mente siga dudándolo por un rato, 3pero no te dejes desanimar por ello. 4Tu Ser conservará para ti la dicha que experimenta, y gozarás de ella con plena conciencia. 5Cada vez que dedicas cinco minutos de cada hora a buscar a Aquel que une a tu mente con tu Ser, le ofreces un tesoro adicional para que lo salvaguarde para ti.
12. Cada vez que le dices hoy a tu agitada mente que tu salvación procede de tu único Ser, añades otro tesoro más a tu creciente almacén. 2Y éste se le da en su totalidad a todo aquel que lo pida y acepte el regalo. 3Piensa, pues, cuánto se te está dando este día para que lo des, de manera que se te pueda dar a ti.

LECCIÓN 97 - 7 de abril


Soy espíritu.

1. La idea de hoy te identifica a ti con tu único Ser. 2No acepta una identidad dividida, ni trata de formar una unidad entrela­zando factores opuestos. 3Simplemente declara la verdad. 4Prac­tica hoy esta verdad tan a menudo como puedas, pues extraerá a tu mente del conflicto y la llevará a los serenos campos de la paz. 5Ni el más leve escalofrío de miedo hará acto de presencia, pues habrá sido absuelta de la locura al haber abandonado la ilusión de una identidad dividida.
2. Volvemos a declarar la verdad acerca de tu Ser, el santo Hijo de Dios que mora en ti, a Cuya mente le ha sido restituida la cordura. 2Tú eres el espíritu que ha sido amorosamente dotado de todo el Amor, la paz y la dicha de tu Padre. 3Tú eres el espíritu que completa a Dios Mismo y que comparte con Él Su función de Creador. 4Él está siempre contigo, tal como tú estás con Él.
3. Hoy trataremos de acercar la realidad a tu mente todavía más. 2Cada vez que practicas, te vuelves cuando menos un poco más consciente, ahorrando en algunas ocasiones mil años o más. 3Los minutos que dedicas se multiplican una y otra vez, pues el mila­gro hace uso del tiempo, pero no está regido por él. 4La salvación es un milagro, el primero y el último; el primero que es el último, pues es uno.
4. Tú eres el espíritu en cuya mente mora el milagro en el que el tiempo se detiene; el milagro en el que un minuto que se dedique a la práctica de estas ideas se convierte en un lapso de tiempo ilimitado e infinito. 2Da, pues, gustosamente estos minutos, y cuenta con Aquel que prometió infundirlos de intemporalidad. 3Él respaldará con toda Su fortaleza cada pequeño esfuerzo que hagas. 4Concédele hoy los minutos que Él necesita para poder ayudarte a entender con Él que tú eres el espíritu que mora en Él y que hace un llamamiento a todas las cosas vivientes a través de Su Voz; el espíritu que ofrece Su visión a todo aquel que se la pide y que reemplaza el error con la simple verdad.
5. El Espíritu Santo se regocijará de tomar cinco minutos de cada hora de tu tiempo para llevarlos alrededor de este mundo afli­gido donde el dolor y la congoja parecen reinar. 2No pasará por alto ni una sola mente receptiva que esté dispuesta a aceptar los dones de curación que esos minutos brindan, y los concederá allí donde Él sabe que han de ser bien recibidos. 3Y su poder sanador aumentará cada vez que alguien los acepte como sus propios pensamientos y los use para curar.
6. De esta manera, cada ofrenda que se le haga se multiplicará miles de veces y decenas de miles más. 2Y cuando te sea devuelta, sobrepasará en poderío la pequeña ofrenda que hiciste, en forma parecida a como el resplandor del sol es infinitamente más potente que el pequeño destello que emite la luciérnaga en un fugaz instante antes de apagarse. 3El constante fulgor de esta luz permanecerá y te guiará más allá de las tinieblas; y jamás podrás olvidar el camino otra vez.
7. Comienza estos gratos ejercicios con las palabras que el Espí­ritu Santo te dice, y deja que su eco reverbere por todo el mundo a través de Él:

2Espíritu soy, un santo Hijo de Dios; libre de toda limita­ción, a salvo, sano y pleno.
3Libre para perdonar y libre para salvar al mundo.

3Expresado a través de ti, el Espíritu Santo aceptará este regalo que recibiste de Él, aumentará su poder y te lo devolverá.
8. Ofrécele gustosamente hoy cada sesión de práctica. 2Y Él te hablará, recordándote que eres espíritu, uno con Él y con Dios, uno con tus hermanos y con tu Ser. 3Escucha las seguridades que te da cada vez que pronuncias las palabras que Él te ofrece hoy, y permite que Él le diga a tu mente que son verdad. 4Utilízalas contra cualquier tentación, y evita las lamentables consecuencias que la tentación trae consigo si sucumbes a la creencia de que eres otra cosa. 5El Espíritu Santo te brinda paz hoy. 6Recibe Sus palabras, y ofréceselas a Él.

LECCIÓN 98 - 8 de abril


Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.

1. Hoy es un día de una consagración especial. 2Hoy vamos a adoptar una postura firme en favor de un solo bando. 3Nos vamos a poner de parte de la verdad y a abandonar las ilusiones. 4No vacilaremos entre una cosa y otra, sino que adoptaremos una firme postura en favor de Dios. 5Hoy nos vamos a consagrar a la verdad, y a la salvación tal como Dios la planeó. 6No vamos a alegar que es otra cosa 7ni a buscarla donde no está. 8La aceptare­mos gustosamente tal como es, y desempeñaremos el papel que Dios nos asignó.
2. ¡Qué dicha tener certeza! 2Hoy dejamos de lado todas nuestras dudas y nos afianzamos en nuestra postura, seguros de nuestro propósito y agradecidos de que la duda haya desaparecido y la certeza haya llegado. 3Tenemos una importante función que de­sempeñar y se nos ha provisto de todo cuanto podamos necesitar para alcanzar la meta. 4Ni una sola equivocación se interpone en nuestro camino. 5Hemos sido absueltos de todo error. 6Hemos quedado limpios de todos nuestros pecados al habernos dado cuenta de que no eran sino errores.
3. Los que están libres de culpa no tienen miedo, pues están a salvo y reconocen su seguridad. 2No recurren a la magia, ni inge­nian posibles escapatorias de amenazas imaginarias y desprovis­tas de realidad. 3Descansan en la serena certeza de que llevarán a cabo lo que se les encomiende hacer. 4No ponen en duda su pro­pia capacidad porque saben que cumplirán debidamente su fun­ción en el momento y lugar perfectos. 5Ellos adoptaron la postura que nosotros vamos a adoptar hoy, a fin de que pudiésemos com­partir su certeza y aumentarla mediante nuestra aceptación.
4. Todos aquellos que adoptaron la postura que hoy vamos a adoptar nosotros estarán a nuestro lado y nos transmitirán gusto­samente todo cuanto aprendieron, así como todos sus logros. 2Los que todavía no están seguros también se unirán a nosotros y, al compartir nuestra certeza, la reforzarán todavía más. 3Y los que aún no han nacido, oirán la llamada que nosotros hemos oído, y la contestarán cuando hayan venido a elegir de nuevo. 4Hoy no ele­gimos sólo para nosotros.
5. ¿No vale la pena acaso dedicar cinco minutos de tu tiempo cada hora a cambio de poder aceptar la felicidad que Dios te dio? 2¿No vale la pena acaso dedicar cinco minutos de cada hora a fin de reconocer cuál es tu función especial aquí? 3¿Qué son cinco minutos si a cambio de ello puedes recibir algo tan grande que es inconmensurable? 4Has hecho por lo menos mil tratos en los que saliste perdiendo.
6. He aquí una oferta que garantiza tu total liberación de cual­quier clase de dolor y una dicha que no es de este mundo. 2Puedes intercambiar una pequeña parte de tu tiempo por paz interior y certeza de propósito, con la promesa de que triunfarás. 3Ypuesto que el tiempo no tiene significado, se te está dando todo a cambio de nada. 4He aquí un trato en el que no puedes perder. 5Y lo que ganas es en verdad ilimitado.
7. Ofrécele hoy tu modesta dádiva de cinco minutos cada hora. 2Él impartirá a las palabras que utilices al practicar con la idea de hoy la profunda convicción y firmeza de las que tú careces. 3Sus palabras se unirán a las tuyas y harán de cada repetición de la idea de hoy una absoluta consagración, hecha con fe tan perfecta y segura como la que Él tiene en ti. 4La confianza que Él tiene en ti impartirá luz a todas las palabras que pronuncies, e irás más allá de su sonido a lo que verdaderamente significan. 5Hoy prac­ticas con Él mientras dices:

6Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.

8. En cada uno de los períodos de cinco minutos que pases con Él, Él aceptará tus palabras y te las devolverá radiantes de una fe y confianza tan grandes e inquebrantables que iluminarán el mundo con esperanza y felicidad. 2No dejes pasar ni una sola oportunidad de ser el feliz receptor de Sus regalos, para que a tu vez puedas dárselos hoy al mundo.
9. Ofrécele las palabras y Él se encargará del resto. 2Él te ayudará a entender tu función especial. 3Él allanará el camino que te con­duce a la felicidad, y la paz y la confianza serán Sus regalos, Su respuesta a tus palabras. 4Él responderá con toda Su fe, dicha y certeza que lo que dices es verdad. 5Y entonces gozarás de la misma convicción de que goza Aquel que conoce tu función en la tierra así como en el Cielo. 6Él estará contigo durante cada sesión de práctica que compartas con Él, e intercambiará cada instante de tiempo que le ofrezcas por intemporalidad y paz.
10. Pasa la hora preparándote felizmente para los próximos cinco minutos que vas a volver a pasar con Él. 2Repite la idea de hoy mientras esperas la llegada de ese feliz momento. 3Repítela a menudo, y no te olvides de que cada vez que lo haces, preparas a tu mente para el feliz momento que se acerca.
11. Y cuando la hora haya transcurrido y Él esté ahí una vez más para pasar otro rato contigo, siéntete agradecido y deja a un lado toda tarea mundana, pensamiento insignificante o idea restric­tiva, y pasa un feliz rato en Su compañía otra vez. 2Dile una vez más que aceptas el papel que Él quiere que asumas y que te ayu­dará a desempeñar, y Él hará que estés seguro de que deseas tomar esa decisión, la cual Él ya ha tomado contigo y tú con Él.

LECCIÓN 99 - 9 de abril


La salvación es mi única función aquí.

1. La salvación y el perdón son lo mismo. 2Ambas cosas implican que algo anda mal, algo de lo cual es necesario que se nos salve y se nos perdone; algo impropio que necesita corrección; algo aparte o diferente de la Voluntad de Dios. 3Ambos términos, por lo tanto, implican algo totalmente imposible, pero que, sin embargo, ha ocurrido, dando lugar a un estado de aparente con­flicto entre lo que es y lo que nunca podría ser.
2. La verdad y las ilusiones están ahora a la par, pues ambas han ocurrido. 2Lo imposible se convierte en aquello de lo que se te necesita salvar y perdonar. 3La salvación se convierte ahora en la zona fronteriza entre la verdad y las ilusiones. 4Refleja la verdad porque es el medio a través del cual puedes escaparte de las ilu­siones. 5No obstante, no es la verdad porque cancela lo que nunca ocurrió.
3. ¿Cómo podría haber un punto de encuentro en el que la tierra y el Cielo se pudiesen reconciliar dentro de una mente en la que ambos existen? 2La mente que ve ilusiones piensa que éstas son reales. 3Existen en cuanto que son pensamientos. 4Sin embargo, no son reales porque la mente que piensa estos pensamientos se encuentra separada de Dios.
4. ¿Qué podría unir a la mente y a los pensamientos separados con la Mente y el Pensamiento que están eternamente unidos? 2¿Qué plan podría reconocer las necesidades que plantean las ilu­siones y proponer medios con los que eliminarlas sin ataque o ápice alguno de dolor, y no violar la verdad? 3¿Qué podría ser este plan sino un Pensamiento de Dios mediante el cual se pasa por alto lo que nunca ocurrió y se olvidan los pecados que nunca fueron reales?
5. El Espíritu Santo conserva este plan de Dios en la Mente de Dios y en la tuya, exactamente como lo recibió de Él. 2Dicho plan no tiene nada que ver con el tiempo toda vez que su Fuente es intemporal. 3No obstante, opera dentro del tiempo debido a tu creencia de que el tiempo es real. 4El Espíritu Santo contempla impasible lo que tú ves: el pecado, el dolor y la muerte, así como la aflicción, la separación y la pérdida. 5Mas Él sabe que hay algo que no puede sino seguir siendo verdad: que Dios sigue siendo Amor, y que eso que ves no es Su Voluntad.
6. Éste es el Pensamiento que lleva las ilusiones a la verdad, donde las ve como apariencias tras las cuales se encuentra lo inmutable y lo seguro. 2Éste es el Pensamiento que salva y per­dona, pues no pone su fe en lo que no fue creado por la única Fuente que conoce. 3Éste es el Pensamiento cuya función es sal­var asignándote a ti su función. 4La salvación es tu función, junto con Aquel a Quien se le confió el plan. 5Ahora se te confía a ti junto con Él. 6Él tiene una respuesta para todas las apariencias sea cual sea la forma, el tamaño, el volumen o los atributos que parezcan tener, y es ésta:

7La salvación es mi única función aquí.
8Dios sigue siendo Amor, y esto no es Su Voluntad.

7. Tú que aún has de obrar milagros, asegúrate de practicar bien la idea de hoy. 2Trata de percibir la fuerza de lo que dices, pues en esas palabras radica tu libertad. 3Tu Padre te ama. 4El mundo del dolor no es Su Voluntad. 5Perdónate a ti mismo el pensamiento de que eso fue lo que Él deseó para ti. 6Deja entonces que el Pensa­miento con el que Él reemplazó todos tus errores se adentre en los sombríos lugares de tu mente que pensó los pensamientos que nunca fueron Su Voluntad.
8. Esa parte de tu mente le pertenece a Dios, al igual que el resto. 2Dicha parte no tiene pensamientos solitarios, ni los hace reales ocultándolos de Él. 3Deja pasar la luz, y ningún obstáculo te impe­dirá ver lo que Él dispone para ti. 4Pon al descubierto tus secretos ante Su benévola luz y observa cuán intenso es el fulgor con el que dicha luz todavía resplandece sobre ti.
9. Practica con Su Pensamiento hoy, y deja que Su luz busque e ilumine todo rincón tenebroso, y que al brillar a través de ellos los una al resto. 2La Voluntad de Dios es que tu mente sea una con la Suya. 3La Voluntad de Dios es tener solamente un Hijo. 4La Voluntad de Dios es que Su único Hijo eres tú. 5Reflexiona sobre estas cosas durante las prácticas de hoy, y da comienzo a la lec­ción que vamos a aprender hoy con estas instrucciones relativas a la verdad:

6La salvación es mi única función aquí.
7La salvación y el perdón son lo mismo.
8Dirígete entonces a Aquel que comparte contigo tu función aquí, y permítele que te enseñe lo que necesitas aprender para poder dejar de lado todo miedo y reconocer a tu Ser como un amor que no tiene opuesto en ti.
10. Perdona todo pensamiento que se oponga a la verdad de tu compleción, unidad y paz. 2No puedes perder los regalos que tu Padre te dio. 3No es tu deseo ser otro ser. 4No tienes ninguna función que no, sea de Dios. 5Perdónate a ti mismo la que crees haber inventado. 6El perdón y la salvación son lo mismo. 7Per­dona lo que inventaste y te habrás salvado.
11. Hay un mensaje especial para hoy que tiene el poder de elimi­nar para siempre de tu mente cualquier forma de duda o de temor. 2Si te asalta la tentación de creer que son reales, recuerda que las apariencias no pueden resistirse a la verdad que encie­rran estas poderosas palabras:

3La salvación es mi única función aquí.
4Dios sigue siendo Amor, y esto no es Su Voluntad.

12. La única función que tienes te dice que eres uno. 2Recuérdate esto a ti mismo durante los intervalos de tiempo que transcurren entre los períodos en que das cinco minutos para compartirlos con Aquel que comparte el plan de Dios contigo.3Recuérdate a ti mismo lo siguiente:

4La salvación es mi única función aquí.

5De esta manera, depositas el perdón en tu mente y dejas que todo temor sea suavemente descartado, para que el amor pueda encon­trar el lugar donde le corresponde estar en ti y mostrarte que tú eres el Hijo de Dios.

 

LECCIÓN 100 - 10 de abril


Mi papel en el plan de salvación de Dios es esencial.

1. Del mismo modo en que el Hijo de Dios completa a su Padre, así también tu papel en el plan de tu Padre completa dicho plan. 2La salvación tiene que invertir la descabellada creencia en pensa­mientos y cuerpos separados, que viven vidas separadas y reco­rren caminos separados. 3Cuando mentes separadas comparten una sola función, se unen en un solo propósito, pues cada una de ellas es igualmente esencial para todas las demás.
2. La Voluntad de Dios para ti es perfecta felicidad. 2¿Por qué habrías de querer ir en contra de Su Voluntad? 3El papel que Él ha reservado para ti en el desarrollo de Su plan se te da para que puedas ser restituido a lo que Él dispone. 4Este papel es tan esen­cial para Su plan como para tu felicidad. 5Tu dicha tiene que ser total para que aquellos a los que Él te envía puedan entender Su plan. 6Ellos verán su función en tu radiante faz, y en tu risa feliz oirán a Dios llamándoles.
3. Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. 2Sin tu dicha, la Suya no es total. 3Sin tu sonrisa, el mundo no se puede salvar. 4Mientras la tristeza se abata sobre ti, la luz que el Propio Dios designó como el medio para salvar al mundo se atenúa y pierde su fulgor, y nadie ríe porque toda risa no es sino el eco de la tuya.
4. Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. 2Del mismo modo en que tu luz aumenta el fulgor de todas las luces que brillan en el Cielo, así también tu dicha en la tierra exhorta a todas las men­tes a abandonar sus pesares y a ocupar su puesto junto a ti en el plan de Dios. 3Los mensajeros de Dios rebosan de dicha, y su júbilo sana todo pesar y desesperación. 4Ellos son la prueba de que lo que la Voluntad de Dios dispone para todos los que acep­tan los regalos de su Padre como propios es perfecta felicidad.
5. Hoy no permitiremos que la tristeza se abata sobre nosotros. 2Pu
,  es en tal caso, no estaríamos asumiendo el papel que tan esen­cial es para el plan de Dios y para nuestra visión. 3La tristeza es señal de que prefieres desempeñar otro papel en lugar del que Dios te ha encomendado. 4Y así, no le muestras al mundo cuán grande es la felicidad que Él dispone para ti, y, por consiguiente, no reconoces que ya dispones de ella.
6. Hoy trataremos de comprender que la dicha es nuestra función aquí. 2Si te dejas abatir por la tristeza, no sólo no estarás cum­pliendo tu función, sino que estarás privándote a ti mismo de dicha y al mundo también. 3Dios te pide que seas feliz para que el mundo pueda ver cuánto ama Él a Su Hijo y que Su Voluntad es que ningún pesar menoscabe su dicha ni que ningún miedo lo acose y perturbe su paz. 4Tú eres hoy el mensajero de Dios. 5Brindas Su felicidad a todo aquel que contemplas y Su paz a todo aquel que al contemplarte ve Su mensaje en tu feliz semblante.
7. Hoy nos prepararemos para esto durante las sesiones de prác­tica de cinco minutos, dejando que la felicidad brote en nosotros tal como dispone la Voluntad de nuestro Padre y la nuestra. 2Comienza los ejercicios con el pensamiento que la idea de hoy presenta. 3Luego comprende que tu papel es ser feliz. 4Esto es lo único que se te pide a ti o a cualquiera que desee ocupar el lugar que le corresponde entre los mensajeros de Dios. 5Piensa en lo que esto significa. 6Estabas ciertamente equivocado al creer que se te estaba exigiendo algún sacrificio. 7De acuerdo con el plan de Dios tan solo puedes recibir, sin jamás perder nada, hacer sacrificio alguno o morir.
8. Tratemos ahora de encontrar esa dicha que nos demuestra a nosotros, así como a todo el mundo, lo que la Voluntad de Dios dispone para nosotros. 2Tu función es encontrarla aquí, y encontrarla ahora. 3Para eso viniste. 4¡Ojalá que hoy sea el día en que lo logres! 5Busca en lo profundo de tu ser, sin dejarte desanimar por los pensamientos pueriles y metas absurdas que pasas de largo a medida que asciendes para encontrarte con el Cristo en ti.
9. Él estará allí. 2Y tú puedes llegar a Él ahora. 3¿Qué otra cosa preferirías contemplar en lugar de Aquel que aguarda para que tú lo contemples? 4¿Qué pensamiento pueril podría detenerte? 5¿Qué meta absurda podría impedirte triunfar cuando es Dios Mismo Quien te llama?
10. Él estará allí. 2Eres esencial en Su plan. 3Hoy eres Su mensajero. 4Y tienes que encontrar lo que Él quiere que des. 5No te olvides de la idea de hoy entre las sesiones de práctica de cada hora. 6Es tu Ser Quien te llama hoy. 7Y es a Él a Quien respondes cada vez que te dices a ti mismo que eres esencial en el plan de Dios para la salvación del mundo.

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