1. He aquí la respuesta a tu búsqueda de paz. 2He aquí
lo que le dará significado a un mundo que no parece tener sentido. 3He aquí la
senda que conduce a la seguridad en medio de aparentes peligros que parecen
acecharte en cada recodo del camino y socavar todas tus esperanzas de poder
hallar alguna vez paz y tranquilidad. 4Con esta idea todas tus preguntas quedan
contestadas; con esta idea queda asegurado de una vez por todas el fin de la
incertidumbre.
2. La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. 2La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. 3Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.
3. La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a todo lo que ve, atemorizada y airada. aLa mente que no perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. aTiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la oscuridad la aterra, mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. 2¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? 3¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?
4. La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. 2Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. 3Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. 4Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. 5Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.
5. La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. 2Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. 3No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. 4No pregunta, pues cree saber. 5No cuestiona, convencida de que tiene razón.
6. El perdón es algo que se adquiere. 2No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. 3Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tiene que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa tu otro Ser. 4A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. 5Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.
7. Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. 2Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. 3No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. 4Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. 5La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. 6Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. 7Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.
8. Nuestra práctica de hoy consiste en aprender a perdonar. 2Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. 3Dedicaremos diez minutos por la mañana y otros diez por la noche a aprender cómo otorgar perdón y también cómo recibirlo.
9. La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo. 2Hoy trataremos, no obstante, de aprender que son uno y lo mismo practicando el perdón con alguien a quien consideras un enemigo, así como con alguien a quien consideras un amigo. 3Y a medida que aprendas a verlos a ambos como uno solo, extenderemos la lección hasta ti y veremos que su escape supone el tuyo.
10. Comienza las sesiones de práctica más largas pensando en alguien que no te cae bien, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías haberte encontrado; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. 2La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. 3Probablemente ya sabes de quién se trata. 4Ese mismo vale.
11. Cierra ahora los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. 2Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. 3Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. 4Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso.
12. Contempla esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. 2Trata de transferirle a éste la luz que aprendiste a ver en torno de quien antes fuera tu "enemigo". 3Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro.
13. Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu "enemigo" y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. 2Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. 3Ahora te has perdonado a ti mismo. 4No te olvides a lo largo del día del papel que juega la salvación en brindar felicidad a todas las mentes que no perdonan, incluyendo la tuya. 5Cada vez que el reloj dé la hora, di para tus adentros:
6El perdón es la llave de la felicidad.
7Despertaré del sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré que soy el perfecto Hijo de Dios.
2. La mente que no perdona vive atemorizada, y no le da margen al amor para ser lo que es ni para que pueda desplegar sus alas en paz y remontarse por encima de la confusión del mundo. 2La mente que no perdona está triste, sin esperanzas de poder hallar alivio o liberarse del dolor. 3Sufre y mora en la aflicción, merodeando en las tinieblas sin poder ver nada, convencida, no obstante, de que el peligro la acecha allí.
3. La mente que no perdona vive atormentada por la duda, confundida con respecto a sí misma, así como con respecto a todo lo que ve, atemorizada y airada. aLa mente que no perdona es débil y presumida, tan temerosa de seguir adelante como de quedarse donde está, de despertar como de irse a dormir. aTiene miedo también de cada sonido que oye, pero todavía más del silencio; la oscuridad la aterra, mas la proximidad de la luz la aterra todavía más. 2¿Qué puede percibir la mente que no perdona sino su propia condenación? 3¿Qué puede contemplar sino la prueba de que todos sus pecados son reales?
4. La mente que no perdona no ve errores, sino pecados. 2Contempla el mundo con ojos invidentes y da alaridos al ver sus propias proyecciones alzarse para arremeter contra la miserable parodia que es su vida. 3Desea vivir, sin embargo, anhela estar muerta. 4Desea el perdón, sin embargo, ha perdido toda esperanza. 5Desea escapar, sin embargo, no puede ni siquiera concebirlo, pues ve pecado por doquier.
5. La mente que no perdona vive desesperada, sin la menor esperanza de que el futuro pueda ofrecerle nada que no sea desesperación. 2Ve sus juicios con respecto al mundo, no obstante, como algo irreversible, sin darse cuenta de que se ha condenado a sí misma a esta desesperación. 3No cree que pueda cambiar, pues lo que ve da testimonio de que sus juicios son acertados. 4No pregunta, pues cree saber. 5No cuestiona, convencida de que tiene razón.
6. El perdón es algo que se adquiere. 2No es algo inherente a la mente, la cual no puede pecar. 3Del mismo modo en que el pecado es una idea que te enseñaste a ti mismo, así el perdón es algo que tiene que aprender, no de ti mismo, sino del Maestro que representa tu otro Ser. 4A través de Él aprendes a perdonar al ser que crees haber hecho, y dejas que desaparezca. 5Así es como le devuelves tu mente en su totalidad a Aquel que es tu Ser y que jamás puede pecar.
7. Cada mente que no perdona te brinda una oportunidad más de enseñarle a la tuya cómo perdonarse a sí misma. 2Cada una de ellas está esperando a liberarse del infierno a través de ti, y se dirige a ti implorando el Cielo aquí y ahora. 3No tiene esperanzas, pero tú te conviertes en su esperanza. 4Y al convertirte en su esperanza, te vuelves la tuya propia. 5La mente que no perdona tiene que aprender, mediante tu perdón, que se ha salvado del infierno. 6Y a medida que enseñes salvación, aprenderás lo que es. 7Sin embargo, todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.
8. Nuestra práctica de hoy consiste en aprender a perdonar. 2Si estás dispuesto, hoy puedes aprender a aceptar la llave de la felicidad y a usarla en beneficio propio. 3Dedicaremos diez minutos por la mañana y otros diez por la noche a aprender cómo otorgar perdón y también cómo recibirlo.
9. La mente que no perdona no cree que dar y recibir sean lo mismo. 2Hoy trataremos, no obstante, de aprender que son uno y lo mismo practicando el perdón con alguien a quien consideras un enemigo, así como con alguien a quien consideras un amigo. 3Y a medida que aprendas a verlos a ambos como uno solo, extenderemos la lección hasta ti y veremos que su escape supone el tuyo.
10. Comienza las sesiones de práctica más largas pensando en alguien que no te cae bien, alguien que parece irritarte y con quien lamentarías haberte encontrado; alguien a quien detestas vehementemente o que simplemente tratas de ignorar. 2La forma en que tu hostilidad se manifiesta es irrelevante. 3Probablemente ya sabes de quién se trata. 4Ese mismo vale.
11. Cierra ahora los ojos y, visualizándolo en tu mente, contémplalo por un rato. 2Trata de percibir algún atisbo de luz en alguna parte de él, algún pequeño destello que nunca antes habías notado. 3Trata de encontrar alguna chispa de luminosidad brillando a través de la desagradable imagen que de él has formado. 4Continúa contemplando esa imagen hasta que veas luz en alguna parte de ella, y trata entonces de que esa luz se expanda hasta envolver a dicha persona y transforme esa imagen en algo bueno y hermoso.
12. Contempla esta nueva percepción por un rato, y luego trae a la mente la imagen de alguien a quien consideras un amigo. 2Trata de transferirle a éste la luz que aprendiste a ver en torno de quien antes fuera tu "enemigo". 3Percíbelo ahora como algo más que un amigo, pues en esa luz su santidad te muestra a tu salvador, salvado y salvando, sano e íntegro.
13. Permite entonces que él te ofrezca la luz que ves en él, y deja que tu "enemigo" y tu amigo se unan para bendecirte con lo que tú les diste. 2Ahora eres uno con ellos, tal como ellos son uno contigo. 3Ahora te has perdonado a ti mismo. 4No te olvides a lo largo del día del papel que juega la salvación en brindar felicidad a todas las mentes que no perdonan, incluyendo la tuya. 5Cada vez que el reloj dé la hora, di para tus adentros:
6El perdón es la llave de la felicidad.
7Despertaré del sueño de que soy mortal, falible y lleno de pecado, y sabré que soy el perfecto Hijo de Dios.
LECCIÓN 122 - 2 de mayo
El perdón me ofrece todo lo que deseo.
El perdón me ofrece todo lo que deseo.
¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese
ofrecerte? 2¿Deseas paz? 3El perdón te la ofrece. 4¿Deseas ser feliz, tener una
mente serena, certeza de propósito y una sensación de belleza y de ser valioso
que transciende el mundo? 5¿Deseas cuidados y seguridad, y disponer siempre del
calor de una protección segura? 6¿Deseas una quietud que no pueda ser
perturbada, una mansedumbre eternamente invulnerable, una profunda y permanente
sensación de bienestar, así como un descanso tan perfecto que nada jamás pueda
interrumpirlo?
2. El perdón te ofrece todo eso y más. 2El perdón pone un destello de luz en tus ojos al despertar, y te infunde júbilo con el que hacer frente al día. 3Acaricia tu frente mientras duermes, y reposa sobre tus párpados para que no tengas sueños de miedo o de maldad, de malicia o de ataque. 4Y cuando despiertas de nuevo, te ofrece otro día de felicidad y de paz. 5El perdón te ofrece todo esto y más.
3. El perdón permite que se descorra el velo que oculta la faz de Cristo de aquellos que contemplan el mundo sin piedad. 2Te permite reconocer al Hijo de Dios, y borra de tu memoria todo pensamiento muerto, de manera que el recuerdo de tu Padre pueda alzarse en el umbral de tu mente. 3¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese darte? 4¿Qué otros regalos aparte de éstos merecen procurarse? 5¿Qué imaginado valor, efecto trivial o promesa pasajera que nunca se ha de cumplir puede ofrecerte más esperanza que la que te brinda el perdón?
4. ¿Por qué habrías de buscar una respuesta distinta de la que lo contesta todo? 2He aquí la respuesta perfecta, la que se da a toda pregunta imperfecta, a las súplicas sin sentido, a tu reticencia a escuchar, a tu poco esmero y a la confianza parcial que tienes. 3¡He aquí la respuesta! 4Deja de buscar. 5No hallarás ninguna otra en su lugar.
5. El plan de Dios para tu salvación no puede cambiar ni fracasar. 2Siéntete agradecido de que siga siendo exactamente como Él lo planeó. 3Su plan se alza inmutable ante ti como una puerta abierta, llamándote desde adentro en cálida bienvenida, exhortándote a que entres y a que te sientas como en tu casa, donde te corresponde estar.
6. ¡He aquí la respuesta! 2¿Preferirías quedarte afuera cuando el Cielo en su totalidad te espera adentro? 3Perdona y serás perdonado. 4Tal como des, así recibirás. 5No hay más plan que éste para la salvación del Hijo de Dios. 6Regocijémonos hoy de que así sea, pues la respuesta que aquí se nos da es clara y explícita, y su sencillez hace que sea inmune al engaño. 7Todas las complejidades que el mundo ha tejido de frágiles telarañas desaparecen ante el poder y majestuosidad de esta simplísima afirmación de la verdad.
7. ¡He aquí la respuesta! 2No le des la espalda para irte a vagar sin rumbo otra vez. 3Acepta ahora la salvación. 4Es el regalo que te hace Dios, no el mundo. 5El mundo no puede dar ningún regalo de valor a la mente que ha aceptado como suyo lo que Dios le ha dado. 6Dios dispone que hoy se reciba la salvación y que los enredos de tus sueños no sigan ocultándote su insustancialidad.
8. Abre hoy los ojos y contempla un mundo feliz, donde reinan la paz y la seguridad. 2El perdón es el medio por el que este mundo feliz viene a ocupar el lugar del infierno. 3Dicho mundo se alza en la quietud para salir al encuentro de tus ojos abiertos y llenar tu corazón de una profunda tranquilidad, según afloran en tu conciencia verdades ancestrales en eterno renacimiento. 4Lo que entonces recordarás jamás podrá describirse. 5Sin embargo, tu perdón te lo ofrece.
9. Teniendo presente los regalos que el perdón concede, emprenderemos nuestra práctica de hoy con la esperanza y la fe de que éste será el día en que alcanzaremos la salvación. 2Hoy la buscaremos gustosamente y con ahínco, sabiendo que tenemos la llave en nuestras manos; y aceptaremos la respuesta que el Cielo ha dado al infierno que nosotros mismos nos hemos labrado, pero en el que ya no queremos permanecer por más tiempo.
10. Dedicaremos gustosamente un cuarto de hora por la mañana y por la noche a la búsqueda que garantiza que al infierno le llegará su fin. 2Comienza lleno de esperanza, pues hemos llegado al punto donde el camino se vuelve mucho más fácil. 3Y ahora el trecho que todavía nos queda por recorrer es corto. 4Estamos en verdad muy cerca del momento que se ha señalado como el final de sueño.
11. Sumérgete en una sensación de felicidad al comienzo de estas sesiones de práctica, pues en ellas hallarás la segura recompensa de preguntas que ya han sido contestadas, así como lo que tu aceptación de esas respuestas te brinda. 2Hoy se te concederá experimentar la paz que ofrece el perdón y la dicha que te proporciona el descorrimiento del velo.
12. Ante la luz que hoy has de recibir, el mundo se desvanecerá hasta desaparecer por completo, y verás surgir otro mundo para describir al cual no tienes palabras. 2Ahora nos encaminamos directamente hacia la luz, y recibimos los regalos que han sido salvaguardados para nosotros desde los orígenes del tiempo, los cuales han estado aguardando el día de hoy.
13. El perdón te ofrece todo lo que quieres. 2Hoy se te conceden todas las cosas que deseas. 3No pierdas de vista tus regalos a lo largo del día, cuando regreses nuevamente a enfrentarte a un mundo de constantes cambios y sombrías apariencias. 4Mantén tus regalos claramente en tu conciencia, según ves lo inmutable en medio del cambio y la luz de la verdad tras toda apariencia.
14. No caigas en la tentación de dejar que tus regalos queden sepultados en el olvido, por el contrario, manténlos firmes en tu mente tratando de pensar en ellos por lo menos un minuto cada cuarto de hora. 2Recuerda cuán preciados son con el siguiente recordatorio, el cual tiene el poder de mantenerlos en tu conciencia a lo largo del día:
3El perdón me ofrece todo lo que quiero.
4Hoy he aceptado que esto es verdad.
5Hoy he recibido los regalos de Dios.
2. El perdón te ofrece todo eso y más. 2El perdón pone un destello de luz en tus ojos al despertar, y te infunde júbilo con el que hacer frente al día. 3Acaricia tu frente mientras duermes, y reposa sobre tus párpados para que no tengas sueños de miedo o de maldad, de malicia o de ataque. 4Y cuando despiertas de nuevo, te ofrece otro día de felicidad y de paz. 5El perdón te ofrece todo esto y más.
3. El perdón permite que se descorra el velo que oculta la faz de Cristo de aquellos que contemplan el mundo sin piedad. 2Te permite reconocer al Hijo de Dios, y borra de tu memoria todo pensamiento muerto, de manera que el recuerdo de tu Padre pueda alzarse en el umbral de tu mente. 3¿Qué podrías desear que el perdón no pudiese darte? 4¿Qué otros regalos aparte de éstos merecen procurarse? 5¿Qué imaginado valor, efecto trivial o promesa pasajera que nunca se ha de cumplir puede ofrecerte más esperanza que la que te brinda el perdón?
4. ¿Por qué habrías de buscar una respuesta distinta de la que lo contesta todo? 2He aquí la respuesta perfecta, la que se da a toda pregunta imperfecta, a las súplicas sin sentido, a tu reticencia a escuchar, a tu poco esmero y a la confianza parcial que tienes. 3¡He aquí la respuesta! 4Deja de buscar. 5No hallarás ninguna otra en su lugar.
5. El plan de Dios para tu salvación no puede cambiar ni fracasar. 2Siéntete agradecido de que siga siendo exactamente como Él lo planeó. 3Su plan se alza inmutable ante ti como una puerta abierta, llamándote desde adentro en cálida bienvenida, exhortándote a que entres y a que te sientas como en tu casa, donde te corresponde estar.
6. ¡He aquí la respuesta! 2¿Preferirías quedarte afuera cuando el Cielo en su totalidad te espera adentro? 3Perdona y serás perdonado. 4Tal como des, así recibirás. 5No hay más plan que éste para la salvación del Hijo de Dios. 6Regocijémonos hoy de que así sea, pues la respuesta que aquí se nos da es clara y explícita, y su sencillez hace que sea inmune al engaño. 7Todas las complejidades que el mundo ha tejido de frágiles telarañas desaparecen ante el poder y majestuosidad de esta simplísima afirmación de la verdad.
7. ¡He aquí la respuesta! 2No le des la espalda para irte a vagar sin rumbo otra vez. 3Acepta ahora la salvación. 4Es el regalo que te hace Dios, no el mundo. 5El mundo no puede dar ningún regalo de valor a la mente que ha aceptado como suyo lo que Dios le ha dado. 6Dios dispone que hoy se reciba la salvación y que los enredos de tus sueños no sigan ocultándote su insustancialidad.
8. Abre hoy los ojos y contempla un mundo feliz, donde reinan la paz y la seguridad. 2El perdón es el medio por el que este mundo feliz viene a ocupar el lugar del infierno. 3Dicho mundo se alza en la quietud para salir al encuentro de tus ojos abiertos y llenar tu corazón de una profunda tranquilidad, según afloran en tu conciencia verdades ancestrales en eterno renacimiento. 4Lo que entonces recordarás jamás podrá describirse. 5Sin embargo, tu perdón te lo ofrece.
9. Teniendo presente los regalos que el perdón concede, emprenderemos nuestra práctica de hoy con la esperanza y la fe de que éste será el día en que alcanzaremos la salvación. 2Hoy la buscaremos gustosamente y con ahínco, sabiendo que tenemos la llave en nuestras manos; y aceptaremos la respuesta que el Cielo ha dado al infierno que nosotros mismos nos hemos labrado, pero en el que ya no queremos permanecer por más tiempo.
10. Dedicaremos gustosamente un cuarto de hora por la mañana y por la noche a la búsqueda que garantiza que al infierno le llegará su fin. 2Comienza lleno de esperanza, pues hemos llegado al punto donde el camino se vuelve mucho más fácil. 3Y ahora el trecho que todavía nos queda por recorrer es corto. 4Estamos en verdad muy cerca del momento que se ha señalado como el final de sueño.
11. Sumérgete en una sensación de felicidad al comienzo de estas sesiones de práctica, pues en ellas hallarás la segura recompensa de preguntas que ya han sido contestadas, así como lo que tu aceptación de esas respuestas te brinda. 2Hoy se te concederá experimentar la paz que ofrece el perdón y la dicha que te proporciona el descorrimiento del velo.
12. Ante la luz que hoy has de recibir, el mundo se desvanecerá hasta desaparecer por completo, y verás surgir otro mundo para describir al cual no tienes palabras. 2Ahora nos encaminamos directamente hacia la luz, y recibimos los regalos que han sido salvaguardados para nosotros desde los orígenes del tiempo, los cuales han estado aguardando el día de hoy.
13. El perdón te ofrece todo lo que quieres. 2Hoy se te conceden todas las cosas que deseas. 3No pierdas de vista tus regalos a lo largo del día, cuando regreses nuevamente a enfrentarte a un mundo de constantes cambios y sombrías apariencias. 4Mantén tus regalos claramente en tu conciencia, según ves lo inmutable en medio del cambio y la luz de la verdad tras toda apariencia.
14. No caigas en la tentación de dejar que tus regalos queden sepultados en el olvido, por el contrario, manténlos firmes en tu mente tratando de pensar en ellos por lo menos un minuto cada cuarto de hora. 2Recuerda cuán preciados son con el siguiente recordatorio, el cual tiene el poder de mantenerlos en tu conciencia a lo largo del día:
3El perdón me ofrece todo lo que quiero.
4Hoy he aceptado que esto es verdad.
5Hoy he recibido los regalos de Dios.
LECCIÓN 123 - 3 de mayo
Gracias Padre por los regalos que me has concedido.
Gracias Padre por los regalos que me has concedido.
1. Sintámonos agradecidos hoy. 2Hemos llegado a sendas
más llevaderas y a caminos más despejados. 3Ya no nos asalta el pensamiento de
volver atrás, ni resistimos implacablemente a la verdad. 4Aún hay cierta
vacilación, algunas objeciones menores y cierta indecisión, pero puedes sentirte
agradecido por tus logros, los cuales son mucho más grandes de lo que te
imaginas.
2. Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará el beneficio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido tu progreso y de los regalos que has recibido. 2Alégrate hoy, con amoroso agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. 3Agradece que te haya salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el de Su creación. 4Dale gracias hoy.
3. Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. 2Da gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan inmutable como Él Mismo. 3Agradece que se te haya salvado. 4Alégrate de tener una función que desempeñar en la salvación. 5Siéntete agradecido de que tu valía exceda con mucho los míseros regalos que le diste a quien Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que emitiste en contra suya.
4. Elevaremos hoy nuestros corazones llenos de agradecimiento por encima de la desesperanza, y alzaremos nuestros ojos agradecidos, que ya no mirarán al suelo. 2Hoy entonaremos el himno de gratitud, en honor al Ser que Dios ha dispuesto que sea nuestra verdadera Identidad en Él. 3Hoy le sonreiremos a todo aquel que veamos y marcharemos con paso ligero según seguimos adelante a llevar a cabo nuestro cometido.
5. No caminamos solos. 2Y damos gracias de que a nuestra soledad haya venido un Amigo a traernos la Palabra salvadora de Dios. 3Gracias a ti por escucharlo. 4Su Palabra es muda si no se la oye. 5Al darle las gracias a Él se te dan a ti también. 6Un mensaje que no se haya oído no puede salvar al mundo, por muy poderosa que sea la Voz que lo comunique o por muy amoroso que sea el mensaje.
6. Gracias a ti que has oído, pues así te vuelves el mensajero que lleva la Voz de Él consigo y que la deja resonar por todo el mundo. 2Acepta hoy las gracias que Dios te da, al darle tú las gracias a Él. 3Pues Él quiere ofrecerte las gracias que tú le das, puesto que acepta tus regalos lleno de amorosa gratitud y te los devuelve multiplicados miles y cientos de miles de veces más. 4Él bendecirá tus regalos compartiéndolos contigo. 5Y así, el poder y fortaleza de éstos crecerán hasta llenar el mundo de gozo y gratitud.
7. Acepta las gracias que Él te da y dale las tuyas durante quince minutos en dos ocasiones hoy. 2Y comprenderás a Quién le das las gracias, y a Quién le da Él las gracias según tú se las das a Él. 3Esta santa media hora que le dediques te será devuelta a razón de años por cada segundo; y debido a las gracias que le das, tendrá el poder de brindarle la salvación al mundo miles y miles de años más pronto.
8. Acepta las gracias que Él te da, y comprenderás con cuánto amor te conserva en Su Mente, cuán profundo e infinito es el cuidado que te prodiga y cuán perfecta es Su gratitud hacia ti. 2Acuérdate de pensar en Él cada hora y de darle las gracias por todo lo que Él le ha dado a Su Hijo para que éste pueda elevarse por encima del mundo, y recordar a su Padre y a su Ser.
2. Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará el beneficio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido tu progreso y de los regalos que has recibido. 2Alégrate hoy, con amoroso agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. 3Agradece que te haya salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el de Su creación. 4Dale gracias hoy.
3. Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. 2Da gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan inmutable como Él Mismo. 3Agradece que se te haya salvado. 4Alégrate de tener una función que desempeñar en la salvación. 5Siéntete agradecido de que tu valía exceda con mucho los míseros regalos que le diste a quien Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que emitiste en contra suya.
4. Elevaremos hoy nuestros corazones llenos de agradecimiento por encima de la desesperanza, y alzaremos nuestros ojos agradecidos, que ya no mirarán al suelo. 2Hoy entonaremos el himno de gratitud, en honor al Ser que Dios ha dispuesto que sea nuestra verdadera Identidad en Él. 3Hoy le sonreiremos a todo aquel que veamos y marcharemos con paso ligero según seguimos adelante a llevar a cabo nuestro cometido.
5. No caminamos solos. 2Y damos gracias de que a nuestra soledad haya venido un Amigo a traernos la Palabra salvadora de Dios. 3Gracias a ti por escucharlo. 4Su Palabra es muda si no se la oye. 5Al darle las gracias a Él se te dan a ti también. 6Un mensaje que no se haya oído no puede salvar al mundo, por muy poderosa que sea la Voz que lo comunique o por muy amoroso que sea el mensaje.
6. Gracias a ti que has oído, pues así te vuelves el mensajero que lleva la Voz de Él consigo y que la deja resonar por todo el mundo. 2Acepta hoy las gracias que Dios te da, al darle tú las gracias a Él. 3Pues Él quiere ofrecerte las gracias que tú le das, puesto que acepta tus regalos lleno de amorosa gratitud y te los devuelve multiplicados miles y cientos de miles de veces más. 4Él bendecirá tus regalos compartiéndolos contigo. 5Y así, el poder y fortaleza de éstos crecerán hasta llenar el mundo de gozo y gratitud.
7. Acepta las gracias que Él te da y dale las tuyas durante quince minutos en dos ocasiones hoy. 2Y comprenderás a Quién le das las gracias, y a Quién le da Él las gracias según tú se las das a Él. 3Esta santa media hora que le dediques te será devuelta a razón de años por cada segundo; y debido a las gracias que le das, tendrá el poder de brindarle la salvación al mundo miles y miles de años más pronto.
8. Acepta las gracias que Él te da, y comprenderás con cuánto amor te conserva en Su Mente, cuán profundo e infinito es el cuidado que te prodiga y cuán perfecta es Su gratitud hacia ti. 2Acuérdate de pensar en Él cada hora y de darle las gracias por todo lo que Él le ha dado a Su Hijo para que éste pueda elevarse por encima del mundo, y recordar a su Padre y a su Ser.
LECCIÓN 124 - 4 de mayo
Que no me olvide de que soy uno con Dios.
Que no me olvide de que soy uno con Dios.
1. Hoy volvemos a dar gracias de que nuestra Identidad
se encuentre en Dios. 2Nuestro hogar está a salvo; nuestra protección
garantizada en todo lo que hacemos, y tenemos a nuestra disposición el poder y
la fuerza para llevar a cabo todo cuanto emprendamos. 3No podemos fracasar en
nada. 4Todo lo que tocamos adquiere un brillante resplandor que bendice y que
sana. 5En unión con Dios y con el universo seguimos adelante llenos de regocijo,
teniendo presente el pensamiento de que Dios Mismo va con nosotros a todas
partes.
2. ¡Cuán santas son nuestras mentes!. 2Todo cuanto vemos refleja la santidad de la mente que es una con Dios y consigo misma. 3¡Cuán fácilmente desaparecen los errores y la muerte da paso a la vida eterna! 4Nuestras luminosas huellas señalan el camino a la verdad, pues Dios es nuestro Compañero en nuestro breve recorrido por el mundo. 5Y aquellos que vienen para seguirnos reconocerán el camino porque la luz que nos acompaña se rezaga; si bien, no se separa de nosotros según seguimos adelante.
3. Lo que recibimos es el eterno regalo que hemos de dar a aquellos que han de venir después, así como a los que vinieron antes o a los que estuvieron con nosotros por algún tiempo. 2Y Dios, que nos ama a todos con el amor equitativo con el que fuimos creados, nos sonríe y nos ofrece la felicidad que dimos.
4. Hoy no pondremos en duda Su Amor por nosotros, ni cuestionaremos Su protección ni Su cuidado 2Ninguna absurda ansiedad podrá venir a interponerse entre nuestra fe y nuestra conciencia de Su Presencia. 3Hoy somos uno con Él en reconocimiento y en recuerdo. 4Lo sentimos en nuestros corazones. 5Sus Pensamientos se encuentran en nuestras mentes y nuestros ojos ven Su hermosura en todo cuanto contemplamos. 6Hoy vemos únicamente lo amoroso y lo que es digno de amor.
5. Lo vemos en lo que aparenta ser doloroso, y el dolor da paso a la paz. 2Lo vemos en los que están desesperados; en los tristes y en los compungidos, en los que creen estar solos y amedrentados y a todos se les devuelve la tranquilidad y la paz interior en la que fueron creados. 3Y lo vemos igualmente en los moribundos y en los muertos, restituyéndolos así a la vida. 4Y podemos ver todo esto porque primero lo vimos en nosotros mismos.
6. A aquellos que saben que son uno con Dios jamás se les puede negar ningún milagro. 2Ni uno solo de sus pensamientos carece del poder de sanar toda forma de sufrimiento en cualquier persona, sea ésta de tiempos pasados o aún por venir, y de hacerlo tan fácilmente como en las que ahora caminan a su lado. 3Sus pensamientos son intemporales, y no tienen nada que ver con el tiempo ni con la distancia.
7. Nos unimos a esta conciencia al decir que somos uno con Dios. 2Pues con estas palabras afirmamos también que estamos sanos y salvos, y que podemos salvar y sanar. 3Ahora queremos dar lo que hemos recibido. 4Pues queremos conservar los regalos que nuestro Padre nos dio. 5Hoy deseamos tener la experiencia de que somos uno con Él, de modo que el mundo pueda compartir con nosotros nuestro reconocimiento de la realidad. 6Al nosotros tener esta experiencia el mundo se libera. 7Y al negar que estamos separados de nuestro Padre, el mundo sana junto con nosotros.
8. ¡Que la paz sea contigo hoy! 2Asegura tu paz practicando la conciencia de que eres uno con tu Creador, tal como Él es uno contigo. 3En algún punto hoy, cuando te parezca más conveniente, dedica media hora al pensamiento de que eres uno con Dios. 4Ésta es la primera vez que intentamos llevar a cabo una sesión prolongada para la cual no se establecen reglas ni se sugieren palabras especiales con las que dirigir la meditación. 5Hoy confiaremos en que la Voz de Dios nos hablará cuando lo crea oportuno, seguros de que no habrá de fallar. 6Mora en Él durante esa media hora. 7Él se encargará del resto.
9. ¡El beneficio que ello te ha de aportar no será menor porque creas que no está pasando nada. 2Quizá no estés listo hoy para aceptar estas ganancias. 3Pero en algún punto y en algún lugar, llegarán a tu conciencia, y no podrás sino reconocerlas cuando afloren con certeza en tu mente. 4Esta media hora estará enmarcada en oro, y cada minuto será como un diamante incrustado alrededor del espejo que este ejercicio te ofrece. 5Y verás en él la faz de Cristo, reflejando la tuya.
10. Tal vez hoy, tal vez mañana, veas tu propia transfiguración en el espejo que esta santa media hora te presenta para que te mires en él. 2Cuando estés listo, la encontrarás allí, en tu mente, en espera de ser hallada. 3Recordarás entonces el pensamiento al que dedicaste esta media hora, y lleno de agradecimiento te darás cuenta de que jamás habrías podido invertir mejor el tiempo.
11. Tal vez hoy, tal vez mañana, mires en ese espejo y comprendas que la inmaculada luz que ves emana de ti; que la hermosura que en él contemplas es la tuya propia. 2Considera esta media hora como el regalo que le haces a Dios, con la certeza de que lo que Él te dará a cambio será una sensación de amor que sobrepasa tu entendimiento; una dicha tan profunda que excede tu comprensión y una visión tan santa que los ojos del cuerpo no la pueden ver. 3Sin embargo, puedes estar seguro de que algún día, tal vez hoy, tal vez mañana, entenderás, comprenderás y verás.
12. Añade más gemas al marco dorado que rodea al espejo que hoy se te ofrece repitiendo cada hora para tus adentros:
2Que no me olvide de que soy uno con Dios, en unión con todos mis hermanos y con mi Ser, en eterna paz y santidad.
2. ¡Cuán santas son nuestras mentes!. 2Todo cuanto vemos refleja la santidad de la mente que es una con Dios y consigo misma. 3¡Cuán fácilmente desaparecen los errores y la muerte da paso a la vida eterna! 4Nuestras luminosas huellas señalan el camino a la verdad, pues Dios es nuestro Compañero en nuestro breve recorrido por el mundo. 5Y aquellos que vienen para seguirnos reconocerán el camino porque la luz que nos acompaña se rezaga; si bien, no se separa de nosotros según seguimos adelante.
3. Lo que recibimos es el eterno regalo que hemos de dar a aquellos que han de venir después, así como a los que vinieron antes o a los que estuvieron con nosotros por algún tiempo. 2Y Dios, que nos ama a todos con el amor equitativo con el que fuimos creados, nos sonríe y nos ofrece la felicidad que dimos.
4. Hoy no pondremos en duda Su Amor por nosotros, ni cuestionaremos Su protección ni Su cuidado 2Ninguna absurda ansiedad podrá venir a interponerse entre nuestra fe y nuestra conciencia de Su Presencia. 3Hoy somos uno con Él en reconocimiento y en recuerdo. 4Lo sentimos en nuestros corazones. 5Sus Pensamientos se encuentran en nuestras mentes y nuestros ojos ven Su hermosura en todo cuanto contemplamos. 6Hoy vemos únicamente lo amoroso y lo que es digno de amor.
5. Lo vemos en lo que aparenta ser doloroso, y el dolor da paso a la paz. 2Lo vemos en los que están desesperados; en los tristes y en los compungidos, en los que creen estar solos y amedrentados y a todos se les devuelve la tranquilidad y la paz interior en la que fueron creados. 3Y lo vemos igualmente en los moribundos y en los muertos, restituyéndolos así a la vida. 4Y podemos ver todo esto porque primero lo vimos en nosotros mismos.
6. A aquellos que saben que son uno con Dios jamás se les puede negar ningún milagro. 2Ni uno solo de sus pensamientos carece del poder de sanar toda forma de sufrimiento en cualquier persona, sea ésta de tiempos pasados o aún por venir, y de hacerlo tan fácilmente como en las que ahora caminan a su lado. 3Sus pensamientos son intemporales, y no tienen nada que ver con el tiempo ni con la distancia.
7. Nos unimos a esta conciencia al decir que somos uno con Dios. 2Pues con estas palabras afirmamos también que estamos sanos y salvos, y que podemos salvar y sanar. 3Ahora queremos dar lo que hemos recibido. 4Pues queremos conservar los regalos que nuestro Padre nos dio. 5Hoy deseamos tener la experiencia de que somos uno con Él, de modo que el mundo pueda compartir con nosotros nuestro reconocimiento de la realidad. 6Al nosotros tener esta experiencia el mundo se libera. 7Y al negar que estamos separados de nuestro Padre, el mundo sana junto con nosotros.
8. ¡Que la paz sea contigo hoy! 2Asegura tu paz practicando la conciencia de que eres uno con tu Creador, tal como Él es uno contigo. 3En algún punto hoy, cuando te parezca más conveniente, dedica media hora al pensamiento de que eres uno con Dios. 4Ésta es la primera vez que intentamos llevar a cabo una sesión prolongada para la cual no se establecen reglas ni se sugieren palabras especiales con las que dirigir la meditación. 5Hoy confiaremos en que la Voz de Dios nos hablará cuando lo crea oportuno, seguros de que no habrá de fallar. 6Mora en Él durante esa media hora. 7Él se encargará del resto.
9. ¡El beneficio que ello te ha de aportar no será menor porque creas que no está pasando nada. 2Quizá no estés listo hoy para aceptar estas ganancias. 3Pero en algún punto y en algún lugar, llegarán a tu conciencia, y no podrás sino reconocerlas cuando afloren con certeza en tu mente. 4Esta media hora estará enmarcada en oro, y cada minuto será como un diamante incrustado alrededor del espejo que este ejercicio te ofrece. 5Y verás en él la faz de Cristo, reflejando la tuya.
10. Tal vez hoy, tal vez mañana, veas tu propia transfiguración en el espejo que esta santa media hora te presenta para que te mires en él. 2Cuando estés listo, la encontrarás allí, en tu mente, en espera de ser hallada. 3Recordarás entonces el pensamiento al que dedicaste esta media hora, y lleno de agradecimiento te darás cuenta de que jamás habrías podido invertir mejor el tiempo.
11. Tal vez hoy, tal vez mañana, mires en ese espejo y comprendas que la inmaculada luz que ves emana de ti; que la hermosura que en él contemplas es la tuya propia. 2Considera esta media hora como el regalo que le haces a Dios, con la certeza de que lo que Él te dará a cambio será una sensación de amor que sobrepasa tu entendimiento; una dicha tan profunda que excede tu comprensión y una visión tan santa que los ojos del cuerpo no la pueden ver. 3Sin embargo, puedes estar seguro de que algún día, tal vez hoy, tal vez mañana, entenderás, comprenderás y verás.
12. Añade más gemas al marco dorado que rodea al espejo que hoy se te ofrece repitiendo cada hora para tus adentros:
2Que no me olvide de que soy uno con Dios, en unión con todos mis hermanos y con mi Ser, en eterna paz y santidad.
LECCIÓN 125 - 5 de mayo
En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios.
En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios.
1. Deja que hoy sea un día de quietud y de sosegada
escucha. 2La Voluntad de tu Padre es que hoy oigas Su Palabra. 3Por eso te llama
desde lo más recóndito de tu mente donde Él mora. 4Óyele hoy. 5No podrá haber
paz hasta que Su Palabra sea oída por todos los rincones del mundo, y tu mente,
escuchando en quietud, acepte el mensaje que el mundo tiene que oír para que
pueda dar comienzo la serena hora de la paz.
2. Este mundo cambiará gracias a ti. 2Ningún otro medio puede salvarlo, pues el plan de Dios es simplemente éste: el Hijo de Dios es libre de salvarse a sí mismo, y se le ha dado la Palabra de Dios para que sea su Guía, y Ésta se encuentra para siempre a su lado y en su mente, a fin de conducirlo con certeza a casa de Su Padre por su propia voluntad, la cual es eternamente tan libre como la de Dios. 3No se le conduce a la fuerza, sino con amor. 4No es juzgado, sino santificado.
3. Hoy oiremos la Voz de Dios en la quietud, sin la intromisión de nuestros insignificantes pensamientos ni la de nuestros deseos personales, y sin juzgar en modo alguno Su santa Palabra. 2Tampoco nos juzgaremos a nosotros mismos hoy, pues lo que somos no puede ser juzgado. 3Nos hallamos mucho más allá de todos los juicios que el mundo ha formado contra el Hijo de Dios. 4El mundo no lo conoce. 5Hoy no prestaremos oídos al mundo, sino que aguardaremos silenciosamente la Palabra de Dios.
4. Santo Hijo de Dios, oye a tu Padre. 2Su Voz quiere darte Su santa Palabra para que disemines por todo el mundo las buenas nuevas de la salvación y de la santa hora de la paz. 3Nos congregamos hoy en el trono de Dios, en el sereno lugar de tu mente donde Él mora para siempre en la santidad que creó y que nunca ha de abandonar.
5. Él no ha esperado a que tú le devuelvas tu mente para darte Su Palabra. 2Él no se ocultó de ti cuando tú te alejaste por un breve período. 3Para Él, las ilusiones que abrigas de ti mismo no tienen ningún valor. 4Él conoce a Su Hijo, y dispone que siga siendo parte de Él a pesar de sus sueños y a pesar de la locura que le hace pensar que su voluntad no es su voluntad.
6. Él te habla hoy. 2Su Voz espera tu silencio, pues Su Palabra no puede ser oída hasta que tu mente no se haya aquietado por un rato y tus vanos deseos hayan sido acallados. 3Aguarda Su Palabra en silencio. 4Hay una paz en ti a la que puedes recurrir hoy a fin de que te ayude a preparar a tu santísima mente para oír la Voz que habla por su Creador.
7. En tres ocasiones hoy, y en aquellos momentos que sean más conducentes a estar en silencio, deja de escuchar al mundo durante diez minutos y elige en su lugar escuchar plácidamente la Palabra de Dios. 2Él te habla desde un lugar que se encuentra más cerca de ti que tu propio corazón. 3Su Voz está más cerca de ti que tu propia mano. 4Su Amor es todo lo que eres y todo lo que Él es; Su Amor es lo mismo que tú eres y tú eres lo mismo qué El es.
8. Es tu voz la que escuchas cuando Él te habla. 2Es tu Palabra la que Él pronuncia. 3Es la Palabra de la libertad y de la paz, de la unión de voluntades y propósitos; sin separación o división en la única Mente del Padre y del Hijo. 4Escucha hoy a tu Ser en silencio, y deja que te diga que Dios nunca ha abandonado a Su Hijo y que tú nunca has abandonado a tu Ser.
9. Sólo necesitas estar muy quieto. 2No necesitas ninguna otra regla que ésta para dejar que la práctica de hoy te eleve muy por encima del pensamiento del mundo y libere tu visión de lo que ven los ojos del cuerpo. 3Sólo necesitas estar quieto y escuchar. 4Oirás la Palabra en la que la Voluntad de Dios el Hijo se une a la Voluntad de su Padre en total armonía con ella y sin ninguna ilusión que se interponga entre lo que es absolutamente indivisible y verdadero. 5A medida que transcurra cada hora hoy, detente por un momento y recuérdate a ti mismo que tienes un propósito especial en este día: recibir en la quietud la Palabra de Dios.
2. Este mundo cambiará gracias a ti. 2Ningún otro medio puede salvarlo, pues el plan de Dios es simplemente éste: el Hijo de Dios es libre de salvarse a sí mismo, y se le ha dado la Palabra de Dios para que sea su Guía, y Ésta se encuentra para siempre a su lado y en su mente, a fin de conducirlo con certeza a casa de Su Padre por su propia voluntad, la cual es eternamente tan libre como la de Dios. 3No se le conduce a la fuerza, sino con amor. 4No es juzgado, sino santificado.
3. Hoy oiremos la Voz de Dios en la quietud, sin la intromisión de nuestros insignificantes pensamientos ni la de nuestros deseos personales, y sin juzgar en modo alguno Su santa Palabra. 2Tampoco nos juzgaremos a nosotros mismos hoy, pues lo que somos no puede ser juzgado. 3Nos hallamos mucho más allá de todos los juicios que el mundo ha formado contra el Hijo de Dios. 4El mundo no lo conoce. 5Hoy no prestaremos oídos al mundo, sino que aguardaremos silenciosamente la Palabra de Dios.
4. Santo Hijo de Dios, oye a tu Padre. 2Su Voz quiere darte Su santa Palabra para que disemines por todo el mundo las buenas nuevas de la salvación y de la santa hora de la paz. 3Nos congregamos hoy en el trono de Dios, en el sereno lugar de tu mente donde Él mora para siempre en la santidad que creó y que nunca ha de abandonar.
5. Él no ha esperado a que tú le devuelvas tu mente para darte Su Palabra. 2Él no se ocultó de ti cuando tú te alejaste por un breve período. 3Para Él, las ilusiones que abrigas de ti mismo no tienen ningún valor. 4Él conoce a Su Hijo, y dispone que siga siendo parte de Él a pesar de sus sueños y a pesar de la locura que le hace pensar que su voluntad no es su voluntad.
6. Él te habla hoy. 2Su Voz espera tu silencio, pues Su Palabra no puede ser oída hasta que tu mente no se haya aquietado por un rato y tus vanos deseos hayan sido acallados. 3Aguarda Su Palabra en silencio. 4Hay una paz en ti a la que puedes recurrir hoy a fin de que te ayude a preparar a tu santísima mente para oír la Voz que habla por su Creador.
7. En tres ocasiones hoy, y en aquellos momentos que sean más conducentes a estar en silencio, deja de escuchar al mundo durante diez minutos y elige en su lugar escuchar plácidamente la Palabra de Dios. 2Él te habla desde un lugar que se encuentra más cerca de ti que tu propio corazón. 3Su Voz está más cerca de ti que tu propia mano. 4Su Amor es todo lo que eres y todo lo que Él es; Su Amor es lo mismo que tú eres y tú eres lo mismo qué El es.
8. Es tu voz la que escuchas cuando Él te habla. 2Es tu Palabra la que Él pronuncia. 3Es la Palabra de la libertad y de la paz, de la unión de voluntades y propósitos; sin separación o división en la única Mente del Padre y del Hijo. 4Escucha hoy a tu Ser en silencio, y deja que te diga que Dios nunca ha abandonado a Su Hijo y que tú nunca has abandonado a tu Ser.
9. Sólo necesitas estar muy quieto. 2No necesitas ninguna otra regla que ésta para dejar que la práctica de hoy te eleve muy por encima del pensamiento del mundo y libere tu visión de lo que ven los ojos del cuerpo. 3Sólo necesitas estar quieto y escuchar. 4Oirás la Palabra en la que la Voluntad de Dios el Hijo se une a la Voluntad de su Padre en total armonía con ella y sin ninguna ilusión que se interponga entre lo que es absolutamente indivisible y verdadero. 5A medida que transcurra cada hora hoy, detente por un momento y recuérdate a ti mismo que tienes un propósito especial en este día: recibir en la quietud la Palabra de Dios.
LECCIÓN 126 - 6 de mayo
Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo
doy.
1. La idea de hoy, que es
completamente ajena al ego y a la manera de pensar del mundo, es de suma
importancia para la inversión de pensamiento al que este curso dará
lugar.2Si creyeses
lo que la idea de hoy afirma, no te resultaría difícil perdonar completamente,
tendrías certeza con respecto a tu objetivo y no tendrías ninguna duda acerca
de tu rumbo. 3Entenderías los medios a través de los cuales
se alcanza la salvación, y no vacilarías en emplearlos ahora
mismo.
2. Examinemos lo que crees en lugar
de esta idea. 2Te
parece que los demás están separados de ti, que son capaces de adoptar
comportamientos que no tienen repercusión alguna sobre tus pensamientos; y que
los que tú adoptas no tienen repercusión alguna sobre los de
ellos. 3Tus
actitudes, por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre ellos, y sus súplicas
de ayuda no guardan relación alguna con las tuyas. 4Crees además que ellos pueden pecar sin que
ello afecte la percepción que tienes de ti mismo, mientras que tú puedes juzgar
sus pecados y mantenerte a salvo de cualquier condenación y en
paz.
3. Cuando "perdonas" un pecado, no
ganas nada con ello directamente. 2Es una
ofrenda de caridad a alguien que no se la merece, a fin de demostrar simplemente
que tú eres mejor y que te encuentras en un plano superior a él. 3Él no se ha ganado la limosna de tu tolerancia
-que tú le concedes sabiendo que no es digno
de tal dádiva- ya que sus pecados lo han situado muy por debajo de una verdadera
igualdad contigo. 4No tiene
derecho a tu perdón, el cual supone un regalo para él, pero no para
ti.
4. De este modo, el perdón es
básicamente algo falso: un capricho caritativo, benévolo tal vez, pero
inmerecido; una dádiva que a veces se concede y a veces se niega. 2Puesto que es inmerecido, es justo no
otorgarlo, pero no es justo que tú tengas que sufrir por haberte negado a
concederlo. 3El
pecado que perdonas no es tu pecado. 4Alguien
que se encuentra separado de ti lo cometió. 5Y
si tú
entonces eres magnánimo con él y le concedes lo que no se merece, la dádiva es
algo tan ajeno a ti como lo fue su pecado.
5. Si esto fuese verdad, el perdón no
tendría ningún fundamento sobre el que basarse con certeza y seguridad. 2Sería una excentricidad, según la cual algunas
veces decides conceder indulgentemente un indulto inmerecido. 3Conservarías, no obstante, el derecho a no
eximir al pecador de la justa retribución por su pecado. 4¿Crees que el Señor de los Cielos iba a
permitir que la salvación del mundo dependiera de esto? 5¿No sería acaso Su interés por ti ciertamente
ínfimo, si permitiese que tu salvación dependiese de un
capricho?
6. No entiendes lo que es el
perdón. 2Tal como
lo ves, no es sino un freno al ataque abierto que no requiere corrección alguna
en tu mente. 3Tal como
lo percibes, no te puede brindar paz. 4No
constituye un medio por el que liberarte de aquello que ves en otro, pero no en
ti mismo. 5No tiene
poder alguno para restaurar en tu conciencia tu unidad con él.6Eso no es lo que Dios dispuso para
ti.
7. Al no haberle concedido al Padre
el regalo que Él te pide, no puedes reconocer Sus regalos; y
crees que Él no te los ha dado. 2Sin
embargo, ¿te pediría Él un regalo que no fuese para ti? 3¿Podría acaso quedar satisfecho con gestos
vacíos y considerar que tales míseros regalos son dignos de Su Hijo? 4La salvación es un regalo mucho mejor que
eso. 5Y el
verdadero perdón, que es el medio por el que se alcanza la salvación, no puede
sino sanar a la mente que da, pues dar es recibir. 6Lo que no se ha recibido, no se ha dado, pero
lo que se ha dado tiene que haberse recibido.
8. Hoy
trataremos de entender la verdad según la cual el que da y el que recibe son
uno. 2Vas a necesitar ayuda para poder entender esto,
ya que es una idea completamente ajena a los pensamientos a los que estás
acostumbrado. 3Mas la
Ayuda que necesitas ya está aquí. 4Deposita
tu fe en Él hoy, y pídele que esté contigo a la hora de practicar con la
verdad. 5Y si
sólo logras captar un pequeño atisbo de la liberación que reside en la idea que
practicamos hoy, éste será ciertamente un día glorioso para el
mundo.
9. Dedica hoy quince minutos en dos
ocasiones a tratar de entender la idea de hoy. 2Esta idea es el pensamiento mediante el cual el
perdón pasa a ocupar el lugar que le corresponde entre tus prioridades. 3Es el pensamiento que liberará a tu mente de
cualquier obstáculo que te impida comprender el significado del perdón y lo
valioso que es para ti.
10. Mientras permaneces en silencio,
cierra los ojos al mundo que no comprende lo que es el perdón, y busca amparo en
el sereno lugar en el que los pensamientos quedan transformados y donde las
falsas creencias se abandonan. 2Repite
la idea de hoy, y pide poder entender lo que realmente significa. 3Estáte dispuesto a dejarte enseñar. 4Alégrate
de oír lo que te dice la Voz de la verdad y de la curación, y entenderás las
palabras que Él te diga y reconocerás que son tus propias
palabras.
11. Tan a menudo como puedas hoy,
recuérdate a ti mismo que tienes un objetivo, una meta que hace que éste sea un
día de especial importancia para ti y para todos tus hermanos. 2No
permitas que tu mente se olvide de este objetivo por mucho tiempo, sino que di
para tus adentros:
3Todo
lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy.
4La
Ayuda que necesito para comprender que esto es verdad, está conmigo
ahora.
5Y confiaré
en Él plenamente.
6Permanece
luego en silencio por un momento y deja que tu mente sea receptiva a Su
corrección y a Su Amor. 7Y
creerás lo que le oigas decir, pues recibirás lo que Él te dé.
LECCIÓN 127 - 7 de mayo
No hay otro amor que el de Dios
1. Tal vez creas que hay diferentes
clases de amor. 2Tal vez
creas que hay un tipo de amor para esto y otro para aquello; que es posible amar
a alguien de una manera y a otra persona de otra. 3El
amor es uno. 4No
tiene partes separadas ni grados; no hay
diferentes clases de amor ni tampoco diferentes niveles; en él no hay
divergencias ni distinciones.5Es
igual a sí mismo, sin ningún cambio en ninguna parte de él. 6Ninguna persona o circunstancia puede hacer que
cambie. 7Es
el Corazón de Dios y también el de Su Hijo.
2. El significado del amor queda velado
para todo aquel que crea que el amor puede cambiar, 2pues no se da cuenta de que un amor cambiante es algo
imposible. 3Y
así, cree que algunas veces puede amar y otras odiar. 4Cree
también que se puede profesar amor sólo a una persona, y que el amor puede
seguir siendo lo que
es aunque se le niegue a los demás. 5El
que crea estas cosas acerca del amor demuestra que no entiende su
significado. 6Si
el amor pudiese hacer tales distinciones, tendría que discernir entre justos y
pecadores, y percibir al Hijo de Dios fragmentado.
3. El amor no puede juzgar. 2Puesto
que en sí es uno solo, contempla a todos cual uno solo. 3Su
significado reside en la unicidad*. 4Y
no puede sino eludir a la
mente que piensa qué el amor
es algo parcial o fragmentado. 5No hay
otro amor que el de
Dios, y todo amor es de Él. 6Ningún
otro principio puede gobernar allí donde no hay amor. 7El amor es una ley que no tiene
opuestos. 8Su plenitud
es el poder que mantiene a todas las cosas unidas, el vínculo entre Padre e Hijo
que hace que Ambos
sean lo mismo eternamente.
4. Ningún curso cuyo propósito sea
enseñarte a recordar lo que realmente eres podría dejar de subrayar que no puede
haber diferencia entre lo que realmente eres y lo que es el amor. 2El significado del amor es tu propio significado, el
cual Dios Mismo comparte. 3Pues
lo que tú eres es lo que
Él es. 4No
hay otro amor
que el Suyo, y lo que Él es, es lo único que existe. 5Nada lo limita, y, por lo tanto, tú eres tan
ilimitado como Él.
5. Ninguna ley que el mundo obedezca
puede ayudarte a entender el significado del amor. 2Las creencias del mundo fueron concebidas para
ocultar el significado del amor y para mantenerlo oculto y secreto. 3No hay ni un solo principio de los que el mundo
defiende que no viole la verdad de lo que es el amor, y de lo que, por ende,
eres tú también.
6. No busques tu Ser en el
mundo. 2El amor
no se puede encontrar en las tinieblas ni en la muerte. 3Sin embargo, es perfectamente evidente, para
los ojos que ven y para los oídos que oyen la Voz del amor. 4La práctica de hoy consiste en liberar a tu
mente de todas las leyes que crees que debes obedecer, de todas las
limitaciones que rigen tu vida y de todos los cambios que crees forman parte
del destino humano. 5Hoy
vamos a dar el paso más ambicioso de los que requiere este curso en tu avance
hacia el objetivo que ha establecido.
7. Si hoy consigues tener el más leve
vislumbre de lo que significa el amor, habrás salvado una distancia
inconmensurable hacia tu liberación y te habrás ahorrado un tiempo que no se
puede medir en años. 2Juntos,
pues, regocijémonos de dedicarle algún tiempo a Dios y de comprender que no hay
mejor manera de emplear el tiempo que ésa.
8. Dedica hoy quince minutos en
dos ocasiones a escaparte de todas las leyes en las que ahora crees. 2Abre tu mente y descansa. 3Cualquiera puede escaparse del mundo que parece
mantenerte prisionero si deja de atribuirle valor. 4Deja de
otorgarle valor a sus míseras ofrendas y absurdos regalos, y permite que el
regalo que Dios te hace los reemplace a todos.
9. Invoca a tu Padre con la certeza
de que Su Voz te responderá. 2Él Mismo
lo ha prometido, 3y Él Mismo pondrá una chispa de
verdad en tu mente cada vez que renuncies a una creencia falsa, o a una
tenebrosa ilusión de tu realidad y de lo que significa el amor. 4Él irradiará hoy a través de tus vanos
pensamientos y te ayudará a comprender la verdad del
amor. 5Con amorosa ternura morará contigo a medida que
dejes que Su Voz le enseñe a tu mente abierta y despejada el significado del
amor. 6Y bendecirá la lección con Su
Amor.
10. Hoy la legión de años que
tendrías que esperar en el futuro para tu salvación desaparece ante la
intemporalidad de lo que estás aprendiendo. 2Demos
gracias por habernos librado de un futuro que hubiese sido igual que el
pasado. 3Hoy
dejamos atrás el pasado para nunca jamás volver a recordarlo. 4Y alzamos los ojos para contemplar un presente
muy distinto, en el cual se vislumbra un futuro que en nadase parece al
pasado.
11. El mundo que acaba de nacer aún se
encuentra en su infancia. 2Y lo
veremos crecer fuerte y saludable, para derramar su bendición sobre todos
aquellos que vengan a aprender a desprenderse del mundo que pensaban había sido
engendrado con odio para ser el enemigo del amor. 3Ahora todos ellos se liberan junto con
nosotros. 4Ahora
todos ellos son nuestros hermanos en el Amor de Dios.
12. Nos acordaremos de ellos en el
transcurso del día, ya que no podemos excluir de nuestro amor a ninguna parte de
nosotros si queremos conocer a nuestro Ser. 2Por lo
menos tres veces por hora piensa en alguien que te acompaña en esta jornada, y
que vino a aprender lo mismo que tú tienes que aprender. 3Y cuando te venga a la mente, comunícale este
mensaje de parte de tu Ser:
4Te bendigo, hermano,
con el Amor de Dios, el cual quiero compartir contigo.
5Pues quiero aprender
la gozosa lección de que no hay otro amor que el de Dios, el tuyo, el mío y el
de todos.
LECCIÓN
128 - 8 de mayo
El mundo que veo no me ofrece nada que yo
desee
1. El mundo
que ves no
te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno; ni
nada en absoluto que te pueda hacer feliz. 2Cree
esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y
esperanzas que se convierten en amargas cenizas
de desesperación. 3Todo
aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado
alcance y de sus mezquindades tiene que aceptar que este pensamiento es
verdad.
2. Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo; y ése es su único
propósito. 2Pues
todas las cosas tienen que servir para el propósito que tú les has asignado, hasta que veas en
ellas otro propósito. 3El
único propósito digno de tu mente que este mundo tiene es que lo pases de largo,
sin detenerte a percibir ninguna esperanza allí donde no hay ninguna. 4No
te dejes engañar más. 5El mundo
que ves no te ofrece nada que tú desees.
3. Escápate hoy de las cadenas con
las que aprisionas a tu mente cuando percibes la salvación aquí. 2Pues aquello que valoras lo consideras parte de
ti tal como te percibes a ti mismo. 3Todo
aquello que persigues para realzar tu valor ante tus propios ojos te limita
todavía más, oculta de tu conciencia tu valía y añade un cerrojo más a la puerta
que conduce a la verdadera conciencia de tu Ser.
4. No dejes que nada que esté
relacionado con pensamientos corporales te demore en tu avance hacia la
salvación, ni que la tentación de creer que el mundo puede ofrecerte algo que
deseas te retrase. 2No
hay nada aquí que valga la pena anhelar. 3Nada
aquí es digno de un instante de retraso o de dolor, ni de un solo momento de
incertidumbre o de duda.4Lo
que carece de valor no ofrece nada. 5Lo que
verdaderamente tiene valor no se puede hallar en lo que carece de
valor.
5. Nuestra práctica de hoy consiste
en abandonar todo pensamiento que tenga que ver con cualquier valor que le
hayamos atribuido al mundo. 2Lo
liberaremos de cualquier propósito que le hayamos asignado a sus aspectos, fases
y sueños. 3Lo
consideraremos en nuestra mente como algo carente de propósito, y lo
relevaremos de todo aquello que queríamos que fuese. 4De
esta manera romperemos las cadenas que atrancan la puerta que conduce a nuestra
liberación de él, e iremos más allá de todos sus insignificantes valores y
limitados objetivos.
6. Permanece muy quedo y en paz por
un rato, y observa cuán alto te elevas por encima del mundo cuando liberas a tu
mente de sus cadenas y dejas que busque el nivel donde se siente a gusto. 2Tu
mente se sentirá agradecida de poder estar libre por un rato. 3Ella
sabe dónde le corresponde estar. 4Libera
sus alas y volará sin titubeo alguno y con alegría a unirse con su santo
propósito. 5Déjala
que descanse en su Creador, para que allí se le restituya la cordura, la
libertad y el amor.
7. Dale hoy diez minutos de descanso
en tres ocasiones. 2Y
cuando abras los ojos después de cada una de estas sesiones no valorarás nada
que veas tanto como lo valorabas
antes. 3Tu
perspectiva del mundo cambiará ligeramente cada vez que le permitas a tu mente
liberarse de sus cadenas. 4El
mundo no es el lugar donde le corresponde estar. 5Y a
ti te corresponde estar allí donde ella quiere estar, y a donde va a descansar
cuando la liberas del mundo. 6Tu
Guía es infalible. 7Haz que
tú mente sea receptiva a Él. 8Permanece muy quedo y
descansa.
8. Protege asimismo tu mente a lo
largo del día. 2Y cuando
pienses que algún aspecto o alguna imagen del mundo tiene valor, niégate a
encadenar tu mente de esa manera, y, en lugar de ello, repite para tus adentros
con tranquila certeza:
3Esto no me tentará a
que me demore.
4El mundo que veo no me
ofrece nada que yo desee.
LECCIÓN 129 - 9 de mayo
Más allá de este mundo hay un mundo que
deseo.
1. Este pensamiento es el que
naturalmente sigue al que practicamos, ayer. 2No puedes detenerte en la idea de que el mundo
no tiene valor, pues a menos que veas que hay algo más por lo que sentirte
esperanzado, no podrás evitar caer en la depresión. 3No estamos haciendo hincapié en que renuncies
al mundo, sino en que lo intercambies por algo mucho más satisfactorio, algo
rebosante de alegría y capaz de ofrecerte paz. 4¿Crees acaso que este mundo puede ofrecerte
eso?
2. Quizá valga la pena dedicar un
rato a reflexionar una vez más sobre el valor de este
mundo. 2Tal vez
estés dispuesto a conceder que nada se pierde con renunciar a cualquier
pensamiento que le adjudique algún valor. 3El mundo
que ves es ciertamente despiadado, inestable y cruel, indiferente en lo que a ti
respecta, presto a la venganza y lleno de odio inclemente. 4Da únicamente para más tarde quitar, y te
despoja de todo aquello que por un tiempo creíste amar. 5En él no se puede encontrar amor duradero,
porque en él no hay amor. 6Dicho
mundo es el mundo del tiempo, donde a todo le llega su fin.
3. ¿Cómo podría ser una pérdida,
entonces, encontrar un mundo en el que es imposible perder, en el que el amor
perdura eternamente y en el que el odio no existe y la venganza no tiene
sentido? 2¿Cómo
podría ser una pérdida hallar todas las cosas que realmente anhelas, y saber que
no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente tal como las
deseas? 3Incluso
esas cosas se intercambiarán finalmente por aquello de lo que no podemos hablar,
pues desde allí te trasladarás a donde las palabras son completamente inútiles,
a un silencio en el que el lenguaje, si bien no es hablado, se entiende
perfectamente.
4. La comunicación, inequívoca y
clara como la luz del día, permanece ilimitada por toda la eternidad. 2Y Dios
Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le habla a Él. 3Ellenguaje
en el que se comunican no
tiene palabras, pues lo que se dicen no puede ser simbolizado. 4Su conocimiento es directo, perfectamente
compartido y perfectamente uno.5¡Qué lejos
te encuentras de esto tú que sigues encadenado a este mundo! 6Y, sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás
cuando lo intercambies por el mundo que sí deseas!
5. Ahora el último paso es seguro;
ahora te encuentras sólo a un instante de la intemporalidad. 2Desde aquí sólo puedes mirar hacia adelante,
pues nunca más querrás mirar hacia atrás para ver el mundo que ya no
deseas. 3He aquí
el mundo que viene a ocupar su lugar, a medida que liberas a tu mente de las
nimiedades que el mundo te ofrece para mantenerte prisionero. 4No les atribuyas ningún valor, y
desaparecerán. 5Valóralas, y te parecerán
reales.
6. Ésas son tus opciones. 2¿Qué puedes perder si eliges no valorar lo que
no es nada? 3Este
mundo no te ofrece nada que realmente desees, mas el que eliges en su lugar ¡ése ciertamente lo
deseas! 4Deja que
se te conceda hoy. 5Ese
mundo espera tan solo a que lo elijas para
ocupar el lugar de todas las cosas que
buscas, pero que no deseas.
7. Practica estar dispuesto a
efectuar este cambio diez minutos por la mañana, diez por la noche y una vez más entremedias.
2Comienza
con lo siguiente:
3Más
allá de este mundo hay un mundo que deseo.
4Elijo
ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente
desee.
5Cierra
entonces los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa oscuridad contempla cómo
unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta que
deja de ser relevante donde comienza una y
donde termina la otra al fundirse todas
en una sola.
8. Hoy las luces del Cielo se
inclinan ante ti, para derramar su luz sobre tus párpados mientras descansas más
allá del mundo de las tinieblas. 2He aquí
una luz que los ojos no pueden contemplar. 3Y, sin
embargo, la mente puede verla claramente, y entender. 4Hoy se te concede un día de gracia, y nos sentimos
agradecidos por ello. 5Hoy nos
damos cuenta de que lo que temías perder era sólo la pérdida.
9. Ahora comprendemos que es
imposible perder. 2Pues
por fin hemos visto su opuesto, y damos
gracias de que la elección ya se haya llevado a cabo. 3Recuerda cada hora la decisión que has tomado,
y dedica un momento a confirmar tu elección dejando a un lado cualquier
pensamiento que tengas en ese momento y poniendo toda tu atención brevemente
en lo siguiente:
4El
mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
5Más
allá de este mundo hay un mundo que deseo.
LECCIÓN 130 - 10 de mayo
Es imposible ver dos mundos.
1. La percepción es congruente 2Lo que ves refleja lo que piensas. 3Y lo que piensas no es sino un reflejo de lo que quieres
ver. 4Tus valores determinan esto, pues no puedes
sino desear ver aquello que valoras, al creer que lo que ves existe realmente. 5Nadie puede ver un mundo al que su mente no le haya
conferido valor. 6Y nadie puede dejar de ver lo que cree desear.
2. Sin embargo, ¿quién puede odiar y al mismo tiempo amar? 2¿Quién puede anhelar aquello que él no desea
que sea real? 3¿Quién
puede elegir ver un mundo del que tiene miedo? 4El miedo no puede sino cegar, pues ésta es
su arma: que no puedes ver aquello
que temes ver. 5El amor
y la percepción, por lo tanto, van de la mano, pero el miedo oculta en las
tinieblas lo que se encuentra ahí.
3. ¿Qué puede, entonces, proyectar el
miedo sobre el mundo? 2¿Qué
puede verse en las tinieblas que sea real? 3La verdad
se ve eclipsada por el miedo, y el resto es todo imaginado. 4Mas ¿qué puede ser real
en las ciegas imaginaciones nacidas del pánico? 5¿Qué es lo que quieres para que sea esto lo que
se te muestra? 6¿Qué
ibas a querer
conservar de un sueño
así?
4. El miedo ha dado lugar a todo lo
que crees ver: 2a
toda separación, a todas las distinciones y a la multitud de diferencias
que crees que
configuran el mundo. 3Ninguna
de estas cosas existe. 4El
enemigo del amor las inventó. 5Mas el
amor no puede
tener enemigos, de modo que no tienen fundamento, existencia o consecuencia
alguna. 6Se les puede
atribuir valor, pero siguen siendo irreales. 7Se puede ir en pos
de ellas, mas no se pueden hallar. 8Hoy no
iremos en su busca ni desperdiciaremos
el día buscando lo que no se
puede hallar.
5. Es imposible ver dos mundos que
no tienen nada en común. 2Si vas
en pos de uno, el otro desaparece. 3Sólo uno
de ellos puede permanecer. 4Ambos
constituyen la gama de alternativas que tienes ante ti, más allá de la cual no hay nada que puedas
elegir. 5Lo real
y lo irreal son las únicas alternativas entre las que puedes elegir. 6No hay ninguna otra.
6. Hoy intentaremos no transigir allí dónde es imposible hacerlo. 2El mundo que ves es la prueba de que ya has elegido algo que es tan
completamente abarcador corno lo es su
opuesto: 3Lo que
deseamos aprender hoy es algo más que la simple lección de que no puedes ver dos
mundos. 4Esta
lección enseña también que el mundo que ves es completamente congruente desde el
punto de vista desde el que lo contemplas. 5Es un
sólo bloque porque procede de una sola emoción, y su origen se ve reflejado en
todo lo que ves.
7. En seis ocasiones hoy, llenos de
gratitud, dedicaremos gustosamente cinco minutos al pensamiento que pone fin a
toda transigencia y a toda duda, y las transcenderemos todas como si de una
sola se tratase. 2No
haremos miles de distinciones sin sentido, ni intentaremos conservar una pequeña
porción de la irrealidad cuando consagremos nuestras mentes a hallar sólo lo que
es real.
8. Comienza tu búsqueda del otro
mundo pidiendo que se te conceda una fortaleza superior a la tuya, y
reconociendo qué es lo que persigues. 2No
deseas más ilusiones. 3Y te
preparas para esos cinco minutos vaciando tus manos de todos los vanos tesoros
de este mundo. 4Esperas
la ayuda de Dios, según dices:
5Es imposible ver dos
mundos.
6Permítaseme aceptar la
fortaleza que Dios me ofrece y no ver valor alguno en este mundo, para así poder
hallar mi libertad y mi salvación.
9. Dios estará allí, 2pues habrás invocado el formidable e infalible
Poder que, lleno de gratitud, dará este gigantesco paso contigo. 3No dejarás de advertir Su agradecimiento
expresado en una percepción tangible y verdadera. 4No dudarás de lo que contemples, pues aunque se
trate de una percepción, no se trata de una de la que tus ojos por sí solos
hayan visto jamás. 5Y sabrás
que la fortaleza de Dios te respaldó cuando tomaste esta
decisión.
10. Rechaza hoy de inmediato cualquier
tentación que se presente, recordando simplemente la gama de tus
alternativas. 2Pues lo
que ves, y lo único que ves, es lo irreal o lo real, lo falso o lo
verdadero. 3La
percepción es congruente con tu elección, y según elijas, experimentarás el
Cielo o el infierno.
11. Acepta una pequeña parte del
infierno como real, y habrás condenado tus ojos y maldecido tu vista, y lo que
contemples será ciertamente el infierno. 2No
obstante, la liberación que te ofrece el Cielo sigue estando a tu alcance como
una de las alternativas que puedes elegir para que ocupe el lugar de todo lo que
el infierno quiere mostrarte. 3Lo único que necesitas decirle a cualquier
parte del infierno, sea cual sea la forma que adopte, es esto:
4Es
imposible ver dos mundos.
5Lo
único que deseo es mi libertad y mi salvación, y esto no forma parte de lo que
quiero.
LECCIÓN 131 - 11 de mayo
Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede
fracasar.
1. El fracaso te acechará mientras
persigas metas inalcanzables. 2Buscas
la permanencia en lo pasajero, el amor donde éste no se encuentra, la seguridad
en medio del peligro y la inmortalidad en las tinieblas del sueño de
muerte. 3¿Quién
puede triunfar cuando la contradicción es el marco de su búsqueda así como el
lugar adonde va en busca de estabilidad?
2. Las metas que no tienen sentido
son inalcanzables. 2No hay
manera de alcanzarlas, pues los medios que empleas para ello están tan
desprovistos de sentido como ellas mismas. ¿Quién puede esperar alcanzar algo
valiéndose de medios tan desatinados? 4¿Adónde
podrían conducirte?. 5¿Y qué
pueden lograr que ofrezca alguna esperanza de ser real? 6Ir en pos de lo imaginario conduce a la muerte
porque es la búsqueda de lo que no es nada, y mientras vas en pos de la vida
estás clamando por la muerte. 7Quieres
estar a salvo y tener seguridad, mientras que en tu corazón clamas por el
peligro y por protección para el mísero sueño que urdiste.
3. No obstante, la búsqueda es
inevitable aquí. 2Para eso
viniste, y es indudable que harás lo que viniste a hacer. 3Pero el mundo no puede determinar la meta que
debes perseguir, a menos que tú le otorgues ese poder. 4Y si esto
es así, aún eres libre de elegir una meta que se encuentra más allá del mundo y
de todo pensamiento mundano, y que procede de una idea que rechazaste, pero que
aún recuerdas; una idea ancestral, pero a la vez nueva; un eco de un patrimonio
olvidado, pero que encierra todo lo que realmente anhelas.
4. Alégrate de que tengas que
buscar. 2Alégrate
también de aprender que lo que andas buscando es el Cielo, y de que no puedes
sino alcanzar la meta que realmente deseas.3Nadie puede dejar de querer esta meta, ni nadie
puede; en última instancia, dejar de alcanzarla. 4El Hijo de
Dios no puede buscar en vano, a pesar de que trata de demorarse, de engañarse a
sí mismo y de pensar que lo que busca es el infierno. 5Cuando se equivoca, encuentra corrección. 6Cuando se extravía, se le conduce de nuevo a la
tarea que le fue asignada.
5. Nadie permanece en el infierno,
pues nadie puede abandonar a su Creador ni alterar en modo
alguno Su perfecto, intemporal e inmutable Amor. 2Hallarás el Cielo. 3Cualquier otra cosa que busques que no sea
esto desaparecerá. 4Mas no
porque se te vaya a quitar, 5sino
porque realmente no la deseas. 6Alcanzarás la meta que realmente anhelas, y
esto es tan seguro como que Dios te creó libre de pecado.
6. ¿Por qué esperar al Cielo? 2Se encuentra aquí hoy. 3El tiempo
es la gran ilusión de que el Cielo se encuentra en el pasado
o en el futuro. 4Mas esto
no puede ser cierto si el Cielo es el lugar en el que la Voluntad de Dios
dispone que Su Hijo esté. 5¿Cómo
iba a ser que la Voluntad de Dios estuviese en el pasado o aún por
cumplirse? 6Lo que
Él dispone está aquí ahora mismo, sin pasado y completamente sin futuro, 7y tan
alejado del tiempo como lo está una pequeña vela de una estrella distante, o lo
que elegiste de lo que realmente deseas.
7. El Cielo sigue siendo la única
alternativa a este extraño mundo que construiste y a todas sus idiosincrasias; a
sus patrones cambiantes y metas inciertas; a sus dolorosos placeres y trágicas
alegrías. 2Dios no
creó contradicciones. 3Aquello
que niega su propia existencia y se ataca a sí mismo .no es parte de Él. 4Dios no creó dos mentes, de las que el Cielo es
el grato efecto de una, y la tierra, lo opuesto al Cielo desde cualquier punto
de vista, el lamentable resultado de la otra.
8. Dios no está en conflicto, 2ni Su creación está dividida en
dos. 3¿Cómo iba a ser posible que Su Hijo estuviese
en el infierno, cuando Dios Mismo lo ubicó en el Cielo? 4¿Cómo podría él perder lo que la Voluntad
Eterna le ha dado para que sea su morada para siempre? 5No sigamos
tratando de imponer una voluntad ajena al único propósito de Dios. 6Él está aquí porque ésa es Su Voluntad, y lo
que Su Voluntad dispone se encuentra aquí ahora, más allá del alcance del
tiempo.
9. Hoy no elegiremos una paradoja
en lugar de la verdad. 2¿Cómo
iba a poder el Hijo de Dios concebir el tiempo para que anulase la Voluntad de
Dios? 3Al hacer eso, niega lo que él mismo es y
contradice lo que no tiene opuestos. 4Cree
haber hecho un infierno en contraposición al Cielo y morar en un lugar que no existe, mientras que
el Cielo es el lugar que no puede encontrar.
10. Deja hoy atrás esos pensamientos
tan absurdos y haz que tu mente se vuelva receptiva a ideas verdaderas. 2Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede
fracasar, y es la verdad lo que nos proponemos alcanzar hoy. 3Dedicaremos diez minutos a este objetivo en
tres ocasiones hoy, y pediremos que se nos conceda poder ver el despuntar del
mundo real para que reemplace las imágenes descabelladas que en tanta estima
tenemos por ideas verdaderas que ocupen el lugar de los pensamientos que no
tienen significado, efectos, ni fundamento o sustancia basados en la
verdad.
11. Esto es lo que reconocemos al
iniciar nuestras sesiones de práctica. 2Comienza
con lo siguiente:
3 Pido
que se me conceda ver un mundo diferente y tener pensamientos
distintos de aquellos que inventé.
4El
mundo que busco no lo construí yo solo, y los pensamientos que quiero tener no
son los míos.
5Durante
varios minutos observa tu mente y contempla, aunque tus ojos estén cerrados, el
mundo insensato que crees que es real. 6Revisa
asimismo los pensamientos que son compatibles con dicho mundo que tú crees que
son verdad. 7Luego
descártalos y deslízate por debajo de ellos hasta llegar al santo lugar donde no
pueden infiltrarse, 8Debajo
de ellos hay una puerta en tu mente, la cual no pudiste cerrar completamente
cuando quisiste ocultar lo que se encuentra más allá.
12. Busca esa puerta hasta que la
encuentres. 2Pero
antes de tratar de abrirla recuerda que nadie que se proponga alcanzar la
verdad puede fracasar. 3Y es
esto lo que estás pidiendo que se te conceda hoy. 4Nada excepto esto tiene ahora significado;
ahora no valoras ni persigues ninguna otra meta, no hay nada que se encuentre a
este lado de la puerta que realmente desees y sólo andas en pos de lo que se
encuentra detrás.
13. Empuja la puerta, y ve cuán
fácilmente se abre sólo con tu intención de cruzarla. 2Allí ángeles alumbran el camino, disipando
toda oscuridad, y tú te yergues en una luz tan brillante y tan diáfana que
puedes entender todo lo que allí ves. 3Un breve
momento de sorpresa, tal vez, haga que te detengas antes de que te des cuenta de
que el mundo que ves ante ti, en la luz, refleja la verdad que siempre has
conocido y de la que no te habías olvidado totalmente mientras vagabas en
sueños.
14. Hoy no puedes fracasar. 2Contigo va el Espíritu que el Cielo te envió
para que algún día pudieras aproximarte a esa puerta y deslizarte fácilmente con
Su ayuda más allá de ella hasta llegar a la luz. 3Hoy ha llegado ese día. 4Hoy Dios cumple la promesa que antaño le
hiciera a Su santo Hijo, y Su Hijo recuerda la que le hizo a Él. 5Éste es un día de júbilo, pues hemos llegado al
lugar y momento señalados en los que encontrarás el objetivo de toda tu búsqueda
aquí y de toda la búsqueda del mundo, las cuales finalizan al unísono al cruzar
tú el umbral de esa puerta.
15. Recuerda tan a menudo como puedas
que hoy debe ser un día de especial gozo, y abstente de abrigar pensamientos
desalentadores y quejas banales. 2La hora
de la salvación ha llegado. 3Hoy es
el día señalado por el mismo Cielo como un tiempo de gracia para ti y para el
mundo. 4Si te
olvidas de este feliz hecho tráelo nuevamente a tu conciencia repitiendo lo
siguiente:
5Hoy
busco y encuentro todo lo que deseo.
6Mi
único propósito me lo brinda.
7Nadie
que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.
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